viernes, 17 de septiembre de 2010

"En el café de la juventud perdida", de Patrick Modiano



"De las dos entradas del café, siempre prefería la más estrecha, la que llamaban la puerta de la sombra. Escogía la misma mesa, al fondo del local, que era pequeño. Al principio, no hablaba con nadie; luego ya conocía a los parroquianos de Le Condé, la mayoría de los cuales tenía nuestra edad, entre los diecinueve y los veinticinco años, diría yo. En ocasiones se sentaba en las mesas de ellos, pero, las más de las veces, seguía siendo adicta a su sitio, al fondo del todo.


No llegaba a una hora fija. Podía vérsela ahí sentada por la mañana muy temprano. O se presentaba a eso de las doce de la noche y se quedaba hasta la hora de cerrar. Era el café que más tarde cerraba en el barrio, junto con Le Bouquet y La Pergola, y el que tenía una clientela más peculiar. Ahora que ha pasado el tiempo me pregunto si no era sólo su presencia la que hacía peculiares el local y a las personas que en él había, como si lo hubiera impregnado todo con su perfume."





Así empieza "En el café de la juventud perdida", escrita en 2007 por uno de los mejores autores franceses contemporáneos, Patrick Modiano, nacido en Boulogne-Billancourt en 1947. Modiano ha publicado en 2010 una nueva novela "L'horizon", creo que a punto de ser editada en España por Anagrama.

"En el café de la juventud perdida" es una novela sencilla que cuenta la historia de una joven, Louki, a través de cuatro puntos de vista distintos. Un joven estudiante que guarda la memoria de los habituales del café en una libreta (una Moleskine) donde anota las entradas y las salidas y los rasgos básicos de los clientes; un detective al que el marido abandonado por Louki le encarga encontrarla y que al final opta por el silencio; la propia Louki, vagabunda, desarraigada, habitante de las zonas neutras de la ciudad, en continua insatisfacción y quizás huyendo de todo y sobre todo de ella misma; y finalmente, un joven escritor, compañero de la Louki de la última etapa, que tratará de salvarla de sus propias tristezas. Y en el centro de la historia, uno de esos viejos cafés de París, Le Condé, en la zona de l'Odeón, por los Jardines de Luxemburgo, en los que la gente se sienta a hablar, a leer, simplemente a estar, a ver lo que pasa cuando no pasa nada.

Modiano describe con melancolía y nostalgia una historia triste, la historia de una joven cuya personalidad ya queda reflejada magistralmente en esa primera frase: "Des deux entrées du café, elle empruntait toujours la plus étroite, celle qu'on appelait la porte de l'ombre." (De las dos entradas del café, siempre prefería la más estrecha, la que llamaban la puerta de la sombra.). Refleja esa voluntad de pasar desapercibida, de no protagonizar la historia. Y de huir o esconderse. De mantenerse en una zona neutra de la realidad.

Y el París en el que Modiano sitúa la historia, en coherencia con el personaje, no es el de las grandes avenidas y las zonas monumentales, sino precisamente el de esa zonas oscuras, sin apenas referencias, que componen la mayor parte de nuestras ciudades. El café es una de esa zonas, pero también las primeras cuestas de Montmartre o la calle que separa el Cementerio de Montparnasse.

"Me acordé del texto que estaba intentando escribir cuando conocí a Louki. Lo había llamado Las zonas neutras. Había en París zonas intermedias, tierras de nadie en donde estaba uno en las lindes de todo, en tránsito, o incluso en suspenso. Podía disfrutarse allí de cierta inmunidad. Habría podido llamarlas zonas francas, pero zonas neutras era más exacto."

El título de la novela, que también es ya en sí un gran hallazgo, es un homenaje a una frase de Guy Debord, revolucionario, filósofo y escritor francés, y uno de los padres del situacionismo: "À la moitié du chemin de la vraie vie, nous étions environnés d'une sombre mélancolie, qu'ont exprimée tant de mots railleurs et tristes, dans le café de la jeunesse perdue."

La novela me ha parecido excepcional. Modiano tiene un estilo absolutamente personal, elegante y sencillo, que impregna la historia de melancolía. Vale la pena. No había leído a Modiano hasta ahora, pero se incorpora al plan infinito, y trataré de recuperarlo poco a poco.






Links: A una página francesa sobre el autor:  http://reseau-modiano.pagesperso-orange.fr/



3 comentarios:

Jose Ignacio Escribano dijo...

Sin lugar a dudas merece la pena su incororación al plan infinito.
Yo tampoco conocía el libro ni el autor, magnífico hallazgo y gran reseña.
Un saludo.

Lahierbaroja dijo...

Me han recomendado este libro, pero es que tu reseña le acaba de dar un empujón en mi lista de libros pendientes.

Muy buena tu reseña.

Saludos.

Zamarat dijo...

Ante todo, enhorabuena por tu blog: acabo de conocerlo y me han gustado tus reseñas.
Yo leí este libro el año pasado y me gusto muchísimo. Gracias por recordarme alguno de sus fragmentos.
Saludos!