domingo, 30 de agosto de 2009

"Roma", de Nikolai Gógol


Empezando a comprar material de lectura para el principio de curso, una librería de Valencia, utilizando las mejores técnicas del merchandising, me incita a la compra impulsiva. Pero en este caso, en lugar de las pilas o los caramelos de última hora, el material ofrecido son pequeños títulos de una colección de la que ya he hablado en estas páginas: Paisajes narrados, de Editorial Minúscula. Y entre los títulos, descubro un libro que no conocía: ”Roma”, del ruso (ucraniano en realidad), Nikolái Vasílievich Gógol.

Al parecer, Gógol pasó casi cinco años viviendo en Italia y Alemania, y viajó también por Francia y Suiza. Entre 1838 y 1842 vivió en Roma, en la Via Sistina. En esta época, que marca su período de mayor creatividad, escribe sus novelas más conocidas, Almas muertas y la histórica Taras Bulba. El impacto que le causó su estancia en Roma le llevó a empezar una novela, de la cual este texto podría ser un fragmento inicial, si bien nunca la continuó, publicándola en su forma actual. Por eso, otros piensan que el texto fue escrito así voluntariamente.

Y es que, el inicio del breve texto, desorienta. Como nos cuenta la contraportada, la bellísima Annunziata deslumbra a un joven príncipe romano. «Intenta mirar un relámpago en el instante mismo en que irrumpe como un torrente de resplandor por entre las nubes negras como el carbón. Así son los ojos de Annunziata de Albano». Pero cuando todo parece indicar que se trata del comienzo de una historia de amor, descubrimos que la verdadera historia de amor es con Roma.

Después de un pasaje en el que Gógol nos cuenta la estancia del príncipe en París, ciudad sobre la que descarga todas sus críticas, el autor realiza un canto apasionado de la Roma vivida, de sus monumentos, gentes, paisajes, con una prosa extraordinaria, que nos permite pasear por sus calles y contemplarlas con la mirada del enamorado. Gógol nos transmite su entusiasmo por una Roma eterna, que refleja todos los valores en los que cree, y sobre todo, lo hace con una belleza encantadora, al hablar de los rincones, las piedras, las iglesias, el arte. Sus palabras lo hacen de mejor forma que cualquier imagen, porque alcanzan el alma de la ciudad, y permanecen porque esa alma también perdura.

Así, cuando el príncipe regresa después de su estancia parisina, Gógol escribe: “se aisló completamente y se dedicó a visitar Roma. Se convirtió en el extranjero que primero se sorprende ante su apariencia gris y miserable, sus casas oscuras y llenas de manchas y, perplejo, se pregunta mientras va de callejuela en callejuela: “¿Dónde está la grandiosa Roma antigua?”. Pero luego, poco a poco, comienza a conocerla cuando ve surgir en el corazón de aquellas angostas callecitas un arco ennegrecido, una cornisa de mármol incrustada en un muro, una columna de pórfido oscurecida, un frontón en medio de un apestoso mercado de pescado o todo un pórtico frente a una iglesia nueva".


Pero sobre todo el final es espectacular y no resisto a transcribirlo. En su búsqueda, poco intensa por otra parte, de la hermosísima Annunziata, el príncipe sube al Gianicolo, y Gógol escribe una de los párrafos más bellos que he leído sobre la ciudad, una auténtica declaración de amor:
"El príncipe lanzó una mirada hacia Roma y se interrumpió: frente a él se extendía, en un maravilloso y radiante panorama, la ciudad eterna. Todo el luminoso cúmulo de casas, iglesias y cúpulas estaba intensamente iluminado por el brillo del sol poniente. Por grupos o en solitario, iban apareciendo una tras otra las fachadas, los techos, las estatuas, las terrazas y las galerías; por allá aparecía abigarrada y resaltaba entre juegos de luz una masa de campanarios de cimas muy finas y de cúpulas con el ornamento caprichoso de las linternas; más allá despuntaba completo un oscuro palacio; allá se veía la cúpula achatada del Panteón; allá la punta decorada de la columna Antonina, con el capitel y la estatua del apóstol Pablo; un poco más a la derecha se alzaban los remates de los edificios del Capitolio, con sus caballos y sus estatuas; todavía más a la derecha, sobre la resplandeciente multitud de casas y tejados, se elevaba en toda su grandeza, majestuosa y austera, la oscura mole del Coliseo; allá, de nuevo aparecía una juguetona serie de muros, terrazas y cúpulas, arropada con el brillo deslumbrante del sol. Y sobre toda esta masa reluciente se ennegrecían a lo lejos, con su oscuro verdor, las copas de los pétreos robles de la Villa Ludovisi y de la Villa Médici, y por encima de ellas descollaban en el aire, como un rebaño entero, las copas en forma de cúpulas de los pinos romanos, sostenidas sobre sus esbeltos troncos. ¡Ni con la palabra ni con el pincel era posible reproducir la armonía prodigiosa y la combinación de los planos de aquel paisaje! El aire era hasta tal punto limpio y diáfano que la línea más fina de los edificios más lejanos era nítida, y todo parecía estar tan cerca que daba la impresión de poder alcanzarse con la mano. El menor ornamento arquitectónico, el friso decorado de una cornisa, todo se delineaba con una pureza inconcebible. (………….) El sol bajó acercándose a la tierra; su reflejo se volvió más rosado y más cálido sobre toda aquella masa arquitectónica; la ciudad se hizo más vívida y más cercana; los pinos se ennegrecieron todavía más; los montes se volvieron más azules y fosforescentes; y el aire, más solemne y más nítido, estaba a punto de apagarse… ¡Dios, qué vista! El príncipe, rodeado de ese paisaje, se olvidó de sí mismo, de la belleza de Annunziata, del misterioso destino de su pueblo y de todo lo que hay en el mundo.”

jueves, 27 de agosto de 2009

"La muerte de Amalia Sacerdote", de Andrea Camilleri

Este es el primer libro que leo de Andrea Camilleri. Había oído hablar mucho de él, y sobre todo, de la serie del comisario Montalbano. La verdad es que casi siempre bien. Sin embargo, es posible que la elección de este nombre, homenaje al maestro Manuel Vázquez Montalbán, me causara una cierta reticencia. Como si fuera a encontrarme con una especie de discípulo o imitador. Y a veces, es bueno preservar a los mitos. Tal vez también, por fidelidad a Brunetti.


La realidad es que estaba equivocado y bueno es reconocerlo. Camilleri es un maestro. Al menos, esta pequeña novela así lo anuncia. Genial. Es imposible imaginar una historia tan entramada, tan sutil, sin ser italiano. Nada es lo que parece. Todo el mundo engaña a todo el mundo. Y nadie es inmaculado y puro. Los medios de comunicación, los políticos, los hombres de negocio y el crimen organizado, se entrelazan de tal manera, y con tal ritmo, que a veces resultan difícil de seguir. Si Larsson a veces resultaba complicado, Camilleri, en menos de doscientas páginas, es infinitamente más complejo. Y a la vez todo es muy sencillo, cuando todas las piezas, los vivos y los muertos, acaban ocupando su lugar en el puzzle.


La historia empieza así. "Michele Caruso, director de la RAI en Palermo, se niega a que el auto de procesamiento de Manlio Caputo, hijo del líder de la izquierda siciliana y acusado del homicidio de su novia Amalia Sacerdote, hija a su vez de un notable diputado del partido rival, abra el informativo regional de la tarde: «Esta historia es peligrosa para todos, también para quien debe dar la noticia». Y es que «una pura y simple noticia de sucesos» no es pura ni simple en Sicilia, en donde política, mafia y familia conforman una red tan sólida, que hasta la justicia y el periodismo los dos escenarios en los que transcurre esta magistral novela están a su servicio. Y en la que unos y otros confabulan, no para encontrar la verdad, sino para esconderla. La muerte de Amalia Sacerdote no es sólo una novela sobre la corrupción política, sino también sobre la fidelidad al orden establecido: los títeres de la televisión, la farsa de los abogados, el farol del fiscal, la desaparición de las pruebas, el misterioso amante de Amalia Sacerdote y, por supuesto, el alto precio de negarse a mirar hacia otro lado."

La novela ha sido galardonada con el II Premio Internacional de Novela Negra RBA y creo que aún no está publicada en Italia. Su título original es La rizzagliata, una palabra inexistente en italiano, posiblemente de origen siciliano, y que hace referencia a un arte de pesca, a una red ancha en la base y estrecha en su parte alta, donde los peces entran libremente hasta que poco a poco, se cierra el círculo amplio, quedando los peces atrapados.

Habrá que volver a Camilleri.

Y bueno, Italia es Italia, pero Venecia aún no es Sicilia. O no, que diría un clásico.




Declaraciones de Andrea Camilleri:

domingo, 23 de agosto de 2009

"Entre limones", de Chris Stewart





Chris Stewart es uno de esos viajeros ingleses, a mitad camino entre el romanticismo y la iluminación, que llegaron a la España profunda de las Alpujarras, en busca de una nueva vida "auténtica". De efímero batería de Génesis, y tras un periplo personal que le lleva desde el circo hasta la esquila profesional de ovejas, se afinca con su mujer Ana, en un cortijo semiabandonado, El Valero, en las cercanías de Orgiva, en la sierra de Granada.








El libro cuenta su "epopeya" familiar desde la compra del cortijo, hasta la definitiva consolidación en la zona con el nacimiento de su hija Chloe. Tiene momentos divertidos, sobre todo los derivados del choque cultural terrible entre los habitantes del pueblo, que muestran su mejor y su peor cara, y la ingenuidad, a veces rayana en la estupidez, del recién llegado. Y aunque a veces no puede evitar caer en algunos tópicos, se deja leer.








Es curioso como resulta más crítico y analítico, más profundo, cuando describe los distintos personajes extranjeros afincados también en la zona, que componen un variopinto ramillete de naturistas, vegetarianos extremos o fanáticos radicales de la filosofía "new age", todos ellos en busca del paríso perdido, versión granaína.







Aunque es menos divertido de lo que se pretende, se deja leer y arranca de vez en cuando la sonrisa. Y si al principio puede parecer algo tópico, se aleja poco a poco de esa visión, y a medida en que la familia se va asentando en la zona, se va haciendo cada vez más entrañable. Creo que Stewart, o mejor Cristóbal, que al parecer ya es una institución en la zona, ha publicado ya dos continuaciones, de las cuales, una está ya traducida al español.










Y un link especial, para mi amigo Cornelius. A veces los sueños se pueden aún hacer realidad. El concierto es de sólo hace 2 años. David Gilmour en el Royal Albert Hall. Wish you were here.

En Youtube hay más vídeos de ese concierto y de otro en Gdansk. Y además hay otra versión interesante, hecha por Roger Waters y el mismísimo Eric Clapton. Un abrazo.

miércoles, 19 de agosto de 2009

"Monstres de pierre", de Jean-Louis Fischer y David Bordes



Hace unos meses me trajo Javier de Francia este precioso regalo que no había tenido oportunidad de leer con tranquilidad. Lo recupero estos días de vacaciones, deteniéndome sobre todo en las magníficas fotografías de David Bordes. El subtítulo de estos maravillosos monstruos de piedra es suficientemente descriptivo: gárgolas, diablillos y otras criaturas. Y el índice es otra guía precisa: Lo humano en cuestíón. Seres híbridos. El hombre devorado. Locos y personajes grotescos. Figuras infernales. Bestiario fantástico. Gárgolas. Dragones. Animales fabulosos. Quimeras. Simbólica del monstruo.

Durante los siglos XIII al XIX, los escultores y arquictectos franceses adornaron sus obras de estos seres inquietantes. En las fachadas de los edificios, y sobre todo en las iglesias, habita un mundo entero lleno de quimeras, dragones, seres mitad hombres mitad animales, locos en situaciones grotescas, sirenas, diablos. Imágenes del Juicio Final, en las que ángeles y diablos luchan para llevarse las almas. Imágenes de castigo para los pecados y premio a las almas justas. Los artistas han dejado vía libre a su imaginación y han dado forma a sus fantasmas.

A través de unas doscientas fotografías, el libro nos sumerge en este universo fantástico y nos acerca a este imaginario medieval, mezcla de ingenuidad y simbolismo, lleno de intención religiosa y a la vez, un poco naif y profano. Las paredes de las iglesias y catedrales francesas están llenas de estos monstruos de piedra, que buscaban impactar de forma visual, a un pueblo mayoritariamente iletrado y crédulo. A modo de cómic, las imágenes explicaban de forma sencilla todo el simbolismo religioso, las escenas bíblicas, el nuevo testamento, el juicio final, el premio y el castigo. Y a la vez, recreaban un universo lleno de componentes mágicos e imaginarios, que ayudaban a crear ese clima especial que sin duda correspondía a los templos religiosos del medievo.

¿Cuales eran las funciones de estos seres monstruosos?. Más allá de los aspectos funcionales de las gárgolas o de las lecturas directas del simbolismo religioso, estos monstruos hacen aflorar, sin duda, los terrores y las angustias más profundas de la humanidad.






París. Catedral de Notre Dame. Hacia 1210. Fachada occidental. San Miguel pesa las almas de los fieles. Los demonios empujan para inclinarla de su lado.

Vezelay. Iglesia de la Madeleine. 1125-1130. Medallón representando una sirena.


Autun. Catedral de Saint-Lazare. S.XII. Detalle del tímpano. Castigos inflingidos a los pecadores. Unas inmensas manos atrapan a un hombre por el cuello.



Conques. Iglesia Sainte-Foy. Hacia 1125-1135.Detalle del tímpano de la facha occidental. Juicio Final. Un diablo empuja a los condenados a la boca de Leviatán, que representa la entrada en los infiernos.



Semur-en-Brionnais. Iglesia de Saint-Hilaire. S. XII. Personaje exhibiendo grandes genitales.



Bourges. Catedral de Saint Etienne. Hacia 1240. Representación del infierno. Los demonios avivan las llamas y arrojan a los pecadores al caldero. Sapos y serpientes atacan a los condenados.



Troyes. Basílica de Saint Urbain. S.XIII. Pequeña gárgola.

Espero que os haya gustado esta pequeña muestra de imágenes del libro.

Pero no hay necesidad de ir tan lejos para descubrir ese bestiario fantástico. Las iglesias y los edificios de España también están llenas de monstruos, si sabemos mirar. Hace un par de años hice un montón de fotos a la Lonja gótica de mi ciudad, Valencia, en la que se pueden descubrir también un montón de pequeños monstruos, dragones, seres híbridos, sirenas mordidas, extrañas gárgolas,... Aunque no alcanzan la calidad de las fotos del libro, os dejo con esta pequeña galería.





































sábado, 15 de agosto de 2009

"La reina en el palacio de las corrientes de aire", de Stieg Larsson


Me había dejado la tercera parte para leerla en verano, de un tirón, y así ha sido. No puedo añadir mucho a lo que ya he comentado. El ciclo de Larsson me parece excelente y en gran medida adictivo. No comparto para nada el criterio de mi querida Donna Leon, sobre el exceso de sexo y violencia en sus novelas. En todo caso, me quejaría de que este tercer volumen se hace algo más denso que los anteriores, y que tal vez le sobren unas cien páginas de excesiva minuciosidad.

Sólo añado una cosa sobre los nombres de las novelas de la serie, porque la verdad es que no conseguí encontrarle el sentido a este tercer título. Por su interés, reproduzco aquí una crónica de Francisco Hidalgo que publicó, creo que en El País, el 24/06/2009:

"A los lectores españoles de la última entrega de la trilogía Millenium quizá les sorprenda su enigmático título: La reina en el palacio de las corrientes de aire. No sólo no tiene pies ni cabeza, sino que tampoco se parece en nada al original sueco: Luftslottet som sprängdes, es decir, El castillo en el aire que estalló. En cambio, curiosamente, sí es la traducción literal de la versión francesa: La reine dans le palais des courants d'air.

Y lo mismo ocurre con los dos libros anteriores de la serie: Män som hatar kvinnor (Hombres que odian a las mujeres) se transforma en Los hombres que no amaban a las mujeres (versión francesa: Les hommes qui n'aimaient pas les femmes), y Flickan som lekte med elden (La chica que jugaba con fuego) en La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (versión francesa: La fille qui rêvait d'un bidon d'essence et d'une allumette).En los tres casos se ha sustituido el título original, claro y contundente, por otro confuso y enrevesado -o sencillamente absurdo, en el caso del tercer libro-. Y los tres, en cambio, son una torpe traducción literal de las versiones francesas.Lo único que se me ocurre es que, para ahorrar tiempo o dinero, y puesto que seguramente será más fácil encontrar traductores españoles de francés que de sueco, la editorial haya decidido tirar por la calle de en medio y recurrir a una doble traducción utilizando la versión francesa."


Para terminar, lo que parece claro es que Larsson se dejó muchas puertas abiertas en este tercer libro, y que muchas historias no acaban, por lo que resulta evidente que había una cuarta parte en proceso, de la cual no sé si tendremos noticia algún día, al menos parcial. Mirad si os interesa el tema, el link que adjunto al final, con una entrevista con su compañera.

A falta de Larsson, seguiremos con Mankell. Aunque voy a ver si descanso un poco de Serie negra, o por lo menos, de nórdicos.



Links: A una interesante entrevista con la compañera de Larsson, que cuenta la situación de los derechos de autor y que habla de paso del cuarto libro:

lunes, 10 de agosto de 2009

"La falsa pista", de Henning Mankell







Mankell me sigue entusiasmando. Si ya lo dije en la anterior novela del ciclo Wallander ("El hombre sonriente"), esta quinta entrega ("La falsa pista") sigue in crescendo. No voy a insistir, pues, porque me repetiría.


Esta vez, en lugar de hablar del texto, voy a hablar de las portadas de la colección, que me parecen francamente buenas. Si alguien las ha visto con atención, se dará cuenta que se trata de fragmentos de obras de arte, recortados sobre un fondo negro que los resalta con intensidad. Como estamos en verano, y a modo de juego, he buscado en la red para tratar de identificar las obras originales de las que proceden, siguiendo las pistas que nos da el editor, que apenas indica en cada caso "fragmento de una obra de ............". De momento, de los cinco títulos que llevo, he encontrado tres y no localizo dos. Por si a alguien le interesa, os lo cuento, y si localizáis los dos que me faltan, agradeceré la información.








En primer lugar, los hermosos caballos de "Asesinos sin rostro", de Giambattista Tiépolo, proceden de los frescos que pintó el artista en el Salón Imperial del Palacio de Wurzburg, y son un fragmento del fresco principal.








En segundo lugar, no he encontrado la procedencia de la portada de "Los perros de Riga". Se trata de una obra de Anton Van Dyck, pero no he conseguido identificarla. Debe de venir de alguno de sus famosos retratos de los reyes cazadores o de alguna escena naturalista de caza, pero no la localizo.






Tampoco encuentro el origen de la figura de mujer de "La leona blanca". Pese a que el editor afirma que es un fragmento de obra de Kristian Kobke, no acaba de encajarme con la obra de este pintor danés de mediados del XIX.





El cuarto título de la serie, "El hombre sonriente", aisla un fragmento del cuadro de Tiziano, "David y Goliath", que se encuentra en la iglesia de Santa María della Salutte de Venecia. En la portada no se identifica, pero si se vé el cuadro entero, se entiende perfectamente que el hombre que eleva sus brazos en acción de gracias, es David después de derrotar al gigante. Y en este caso, el fragmento está sin duda bien escogido, porque es claramente una alusión al texto de Mankell.















Finalmente, la portada de "La falsa pista" es un fragmento del cuadro "Peste en Roma", del francés Delaunay, que se encuentra en el Musée d'Orsay. La figura del ángel vengador se acopla también perfectamente al espíritu de esta magnífica novela. El cuadro se basa en un pasaje de la Leyenda dorada de Jacques de Voragin que cuenta la historia de San Sebastián, donde está escrito: "Y entonces apareció visiblemente un buen ángel, que ordenaba al ángel malo, armado de un bastón, golpear las casas, y tantas veces como una casa recibía de golpes, tantos muertos habían".





Perdonad por la disgresión veraniega. Cuando complete la colección (ya hay dos títulos más publicados), intentaré cerrar esta pequeña investigación.




viernes, 7 de agosto de 2009

"El ciclo del hombre lobo", de Stephen King


Lecturas de verano. Me regalan en unos grandes almacenes (sutileza del triángulo en la portada), un libro de Stephen King. Así como soy adicto a la novela negra, y en otra época (en otra vida), lo fuí de la ciencia ficción (ya no queda casi nadie, ni autores ni lectores), no lo he sido nunca de los libros de terror. Si acaso de algunos autores, los clásicos (Poe, algún Lovecraft, ....). Pero no, por ejemplo, de Stephen King. Ni de sus novelas ni de sus películas.

Y este ciclo del hombre lobo, leído en un ratillo, (150 páginas en letra grande), apenas un relato largo, me reafirma en mi idea inicial. No sé si las novelas recientes de moda, Crepúsculo y demás, vampiros y hombres lobos, valdrán la pena más allá de la moda adolescente, del romanticismo de la sangre en efervescencia. Me da pereza leerlas. Pero este hombre lobo, sin ninguna duda, merece que le disparen varias balas de plata, ............., al autor.




martes, 4 de agosto de 2009

"Poesía (1980-2005)", de Luis García Montero



Para Asun, desde siempre





Hacía demasiado tiempo que no leía poesía.

Y volver a leerla es un síntoma de paz, de volver a la tranquilidad necesaria para saborear las palabras, para demorarme sin prisas en las frases, encontrar los ritmos y los ocultos sentidos del poeta. No me haré buenos propósitos ni falsas voluntades, pero si recupero la lentitud que debería, más allá de los largos aviones y los aburridos trenes, prometo volver. Beatus ille....

Para empezar, uno de los mejores poetas españoles vivos, Luis García Montero. Tenía por casa la edición de sus poema completos, y he disfrutado enormemente con sus versos, llenos de una intimidad comprometida. "Yo me conformo con tenerte a ti / y tener conciencia". Más que hablar de su poesía, os reproduzco dos poemas. No diré que elegidos al azar, pero sí que podría haber copiado muchos más.



El amor


"Las palabras son barcos
y se pierden así, de boca en boca,
como de niebla en niebla.
Llevan su mercancía por las conversaciones
sin encontrar un puerto,
la noche que les pese igual que un ancla.


Deben acostumbrarse a envejecer
y vivir con paciencia de madera
usada por las olas,
irse descomponiendo, dañarse lentamente,
hasta que a la bodega rutinaria
llegue el mar y la hunda.


Porque la vida entra en las palabras
como el mar en un barco,
cubre de tiempo el nombre de las cosas
y lleva a la raíz de un adjetivo
el cielo de una fecha,
el balcón de una casa,
la luz de una ciudad reflejada en un río.


Por eso, niebla a niebla,
cuando el amor invade las palabras,
golpea sus paredes, marca en ellas
los signos de una historia personal
y deja en el pasado de los vocabularios
sensaciones de frío y de calor,
noches que son la noche,
mares que son el mar,
solitarios paseos con extensión de frase
y trenes detenidos y canciones.


Si el amor, como todo, es cuestión de palabras,
acercarme a tu cuerpo fue crear un idioma."






Cabo Sounion


"Al pasar de los años,
¿qué sentiré leyendo estos poemas
de amor que ahora te escribo?
Me lo pregunto porque está desnuda
la historia de mi vida frente a mí,
en este amanecer de intimidad,
cuando la luz es inmediata y roja
y yo soy el que soy
y las palabras
conservan el calor del cuerpo que las dice.


Serán memoria y piel de mi presente
o sólo humillación, herida intacta.


Pero al correr del tiempo,
cuando dolor y dicha se agoten con nosotros,
quisiera que estos versos derrotados
tuviesen la emoción
y la tranquilidad de las ruinas clásicas.
Que la palabra siempre, sumergida en la hierba,
despunte con el cuerpo medio roto,
que el amor, como un friso desgastado,
conserve dignidad contra el azul del cielo
y que en el mármol frío de una pasión antigua
los viajeros románticos afirmen
el homenaje de su nombre,
al comprender la suerte tan frágil de vivir,
los ojos que acertaron a cruzarse
en la infinita soledad del tiempo."



Links: A la página oficial de García Montero: http://www.luisgarciamontero.com/

PD: Esta entrada debería haber salido el día 14 o 15, pero la red a veces es incontrolable.

"Mil soles espléndidos", de Khaled Hosseini


Después de Sarajevo, Afganistán.

Khaled Hosseini es un médico afgano que vive en Estados Unidos, y que con solo dos obras, estos "Mil soles espléndidos" y la anterior"Cometas en el cielo", ha conseguido una notoriedad mundial digna del mejor autor de best-sellers. A veces uno se acerca a este tipo de autores con una cierta prevención, precisamente por el exceso de éxito. Y muchas veces es injusto, y debe de reconocerlo.

La novela de Hosseini es magnífica, impresionante. La vida de las dos mujeres, Mariam y Laila, que nos van acompañando por toda la historia reciente del país, marca profundamente. Es una historia de soledades y de amistad, de ternura, sacrificio y dolor, también de esperanza y resistencia. Y nos acerca y hace entender una realidad terrible, en la que la condición de la mujer está sólo ligeramente por encima de la esclavitud.

El libro además, está muy bien narrado. Hosseini tiene ese pulso de los grandes contadores de historias, porque una vez empezado, no se puede parar de leer. Absolutamente recomendable.

Ojalá vuelva a ser posible dedicar a Kabul con esperanza los versos que dan título al libro:

"Eran incontables las lunas que brillaban sobre sus azoteas
o los mil soles espléndidos que se ocultaban tras sus muros."



Links: A la página web del autor, y a su Fundación para los refugiados afganos: