viernes, 30 de septiembre de 2011

"La reina sin espejo", de Lorenzo Silva


Penúltima de las novelas de Silva de la saga Bevilacqua-Chamorro. Esta vez la pareja investiga el asesinato de una famosa presentadora de televisión casada con un escritor. La mayor parte de la historia transcurre en Barcelona lo que da pie al autor a hacer una radiografía de las complejidades de coordinación de los múltiples cuerpos policiales, lo cual está bien. Pero por contra, Silva se pasa en disquisiciones culturales y filosóficas, además de presentar a un Bevilacqua mas pedante de lo habitual, rivalizando con intelectuales catalanes sobre sus mutuos conocimientos.


"La aparición de una mujer apuñalada en un pueblo de Zaragoza podría ser un trabajo más para el sargento Bevilacqua y la cabo Chamorro, pero éste es un caso fuera de lo común; la víctima es Neus Barutell, una célebre periodista casada con un consagrado escritor catalán, lo que atrae a la prensa más sensacionalista y somete a los investigadores de la Guardia Civil a una dosis suplementaria de presión. En estas peculiares circunstancias, Bevilacqua y su compañera deberán remover con sigilo las entrañas de una vida pública más allá de las apariencias y sumergirse en las flaquezas e inseguridades que se escondían tras la imagen solvente e impecable de la víctima. También será necesario rastrear con detalle sus últimos trabajos periodísticos. Las pesquisas llevan a nuestros protagonistas a Barcelona y las primeras pistas apuntan a un crimen pasional en un mundo de vanidades, lleno de tapujos y secretos y con ramificaciones hasta los sórdidos bajos fondos de la ciudad.

La reina sin espejo nos sumerge en una indagación compleja y fascinante en la que los guardias civiles deberán, entre otras muchas cosas, dilucidar enigmas literarios de Alicia a través del espejo, desentrañar relaciones cibernéticas y colaborar con la policía autonómica catalana para llegar a la resolución de un caso espinoso y difícil."



Pese a que la historia no está mal, le sobran páginas. Por ejemplo, las referencias al libro de Lewis Carroll no acaban de ser eficaces ni aportan demasiado a la historia. De todo el ciclo es con diferencia la novela que menos me ha gustado. Afortunadamente, "La estrategia del agua", la última entrega por el momento de la pareja de guardias civiles es bastante mejor, más rápida y directa. Y Silva ha introducido un sentido del humor muy recomendable. Insisto en que la novela no está mal y que tal vez llevo un cierto atracón de guardias civiles que me influye. Simplemente no es la mejor novela de un ciclo que por lo demás, es francamente digno y muy recomendable en conjunto.


martes, 27 de septiembre de 2011

"1280 almas", de Jim Thompson


He releído este verano el mítico libro de Jim Thompson. Me ha hecho gracia leer en el prólogo que en una encuesta publicada en su momento la novela era valorada en tercer lugar en un ranking de novelas de serie negra, por detrás de "El largo adiós" de Chandler y de "Cosecha roja" de Hammet. La encuesta era de finales de los años 70, publicada por una revista que a mas de uno le traerá antiguos recuerdos, "El viejo topo". No creo que si se realizara en la actualidad la encuesta, el libro mantuviera ese puesto, aunque a veces hay sorpresas, porque lo cierto es que solo hay dos maestros indiscutibles y permanentes del género, Chandler y Hammet, y los demás parecen mucho más volátiles.

El caso es que me ha divertido recuperar las andanzas del cínico y amoral jefe de policía de Potts County:

"Bien, señor, el caso es que yo debería haberme encontrado a gusto, tan a gusto como un hombre puede encontrarse. Porque allí estaba, jefe de policía de Potts County y ganando al año casi dos mil dólares, sin mencionar los pellizcos que sacaba de paso. Por si fuera poco, tenía alojamiento gratis en el segundo piso del palacio de justicia, un sitio tan bonito como el que un hombre pueda desear; hasta tenía cuarto de baño, de manera que no me veía en la necesidad de bañarme en un barreño ni de ir a un lugar público, como hacían casi todos los del pueblo. En lo que a mí me concernía, creo que podía afirmarse que aquello era el reino de los cielos. Para mí lo era, y parecía que podía seguir siéndolo —mientras fuera comisario de Potts County—, con tal de que me preocupara sólo de mis propios asuntos y sólo detuviera a alguien cuando no tuviese más remedio, y de que el detenido fuera un don nadie."

James Myers Thompson nació en Oklahoma el 27 de septiembre de 1906. Escritor y guionista de bastantes películas policiales, es conocido sobre todo por esta novela en la que narra la historia del sheriff Nick Corey, en la época en que tiene que enfrentarse a su reelección. Haciéndose el tonto y sin el más mínimo escrúpulo, va deshaciéndose de sus adversarios a la vez que juega con su mujer y un par de amantes, manipula a los electores, asesina sin miramientos y enreda los hechos hasta tal punto que al final él mismo queda desbordado. Hay que decir que el padre de Thompson fué también sheriff de un condado de Oklahoma y con fama de corrupto, así que posiblemente la novela es en parte autobiográfica.

Publicada en 1964, supuso un auténtico escándalo y un revulsivo para el género. Y aunque leída en la actualidad no impacta igual que la primera vez, aguanta bien el paso del tiempo. Si no la habéis leído, os falta una pieza clave en la historia del género. Y puestos a protagonistas antihéroes, prefiero al odioso sheriff de Potts County que al blandito de Ripley.

Por cierto, el final del libro me recuerda a como estamos todos, incluyendo los sheriffs de la economía, en relación a la crisis:
"Bien, señor, el caso es que me encontraba despierto igual que la noche que he puesto como ejemplo, removiéndome y dándole vueltas a la cabeza, hasta que ya no pude soportarlo más. Así que fui y me dije:
—Nick. Nick Corey, tus problemas van a acabar desquiciándote, así que lo mejor es que pienses algo y pronto. Lo mejor es que tomes una decisión. Nick Corey, porque si no lamentarás no haberlo hecho.
De modo que me puse a pensar y pensar, y luego pensé un poco más. Y decidí que no sabía qué mierda hacer."



PD: He encontrado en la red otra historia sobre el libro, en un blog dedicado a los problemas de traducción. Al parecer, el libro cuyo título original es "Pop.1280", abreviatura de Población 1280 haciendo referencia  a los habitantes de la ciudad, fué bautizado en francés como "1275 âmes", perdiendo a cinco de sus habitantes. La búsqueda de esas cinco almas dió lugar incluso a otra novela. Os dejo el enlace a un blog que está francamente bien:   

http://traduccionydoblaje.blogspot.com/2010/04/el-cambio-en-la-traduccion-que-dio-pie.html




"Vie de Joseph Roulin", de Pierre Michon



Otra de las pequeñas joyas del autor francés. Es muy probable que no os suene de nada el nombre de Joseph Roulin. Pero si véis el retrato de abajo, uno de los cuatro o cinco que le hizo su amigo Vincent, su figura empieza a tomar forma.




Sabemos poco de Roulin. "Sabemos, por ejemplo, que la administración de Correos lo trasladó, a finales de 1888, de Arles a Marsella, y si se trató de un ascenso por su entregada labor o de una penalización por sus cogorzas, es cosa que no consta; sabemos a ciencia cierta que vio por última vez a Vincent en el hospital de Arles en febrero del siguiente año, a Vincent, al que también iban a trasladar, a poco, de aquel manicomio al del Saint-Rémy, antes de la mudanza de envergadura a Auvers, donde pereció en julio de 1890. No sabemos qué fue lo último que se dijeron. Lo poco que acerca de ello escribió Van Gogh, deja claro que el otro era alcohólico y republicano, es decir, que decía de sí mismo que era republicano y creía serlo, y era alcohólico, con una profesión de ateísmo que el ajenjo enardecía; que era destemplado en el hablar y muy buenazo, y de eso da fe su fraternal conducta para con el desventurado pintor."

Sabemos que el cartero Roulin y el holandés de pelo rojo, el atormentado y pobre y genial Van Gogh, tuvieron una gran amistad y que como resultado de ella, Vincent pintó varios retratos del cartero y de su familia, cuadros que tuvo la familia en su casa durante muchos años sin saber el valor que empezaban a tener, al igual que no lo supo nunca el pintor, atrapado en la miseria y en la locura.

"A uno le adjudicó Correos ese destino, de forma arbitraria o atendiendo a sus deseos; el otro fue allí porque había leído libros; porque aquello era el Sur, donde creía que el dinero escaseaba menos, las mujeres eran más clementes, y los cielos, extremosos y japoneses. Porque iba huyendo. Unas cuantas casualidades los hicieron arribar a ambos a la ciudad de Arles, en 1888. Aquellos dos hombres tan dispares se agradaron; cuando menos, el aspecto de uno ellos, del de más edad, agradó al otro lo suficiente para que lo pintase cuatro o cinco veces."

Sabemos que al igual que el pintor, Michon construye, con su prosa densa y precisa, en apenas setenta páginas, otro retrato del cartero, otra de sus vidas minúsculas. Y de paso, reflexiona sobre el arte y sobre el genio, sobre la amistad y la locura. Una miniatura del autor francés, otra pequeña obra maestra.


« Qui dira ce qui est beau et en raison de cela parmi les hommes vaut cher ou ne vaut rien ? Est-ce que ce sont nos yeux, qui sont les mêmes, ceux de Vincent, du facteur et les miens ? »

"¿Quién decidirá qué cosas son hermosas y por ello valen mucho entre los hombres o no valen nada? ¿Lo deciden acaso nuestros ojos, que son iguales, los de Vincent, los del cartero y los míos? ¿Lo deciden acaso nuestros corazones, a los que una nadería seduce, a los que una nadería repele? ¿Lo decides tú, joven que estás sentado en casa de Antoine Vollard, que has dejado a tu lado el sombrero y, con fogosa animación, hablas de pintura con mujeres muy bonitas? ¿O lo decidís vosotros, lienzos encaramados en Manhattan, mercancías cuyas fantasiosas manías teofánicas son regocijo para los dólares y, por ello, os aproximáis sin duda también un poco a Dios? (......) O tú, quizá, Viejo Capitán tocado de azul celeste que estás mirando un bulto pequeño, color azul de Prusia, caído en un camino; lo decidís vosotros, animales blancos, sabios y mudos, cuyo volumen concreto se palpa lejos de aquí, en la calle de Les Récollettes, que sabéis con precisión cuánto valen tres francos; lo decidís vosotros, cuervos que voláis sobre todo ello y que nadie puede comprar, que nadie puede utilizar, que no habláis, de quienes nadie se nutre salvo en las más tremendas carestías, a los que ni siquiera Fouquier querría en su sombrero, queridos cuervos a los que el Señor dio alas de un negro mate, un grito quebrado, un vuelo de piedra y, por boca de Linneo, servidor suyo, el nombre imperial de Corvus corax. Lo decidís vosotros, caminos. Tejos que morís como hombres. Y tú, sol."



PD:  En la primera edición de esta nota escribí que "Vie de Joseph Roulin" no estaba publicada en español. JohannChristianBach me corrige. "Vida de Joseph Roulin" está publicado en España en Anagrama, dentro del volumen "Señores y sirvientes". La traducción es de Maria Teresa Gallego.

sábado, 24 de septiembre de 2011

"La voz del violín", de Andrea Camilleri



A mí personalmente, en persona, me ha encantado esta cuarta entrega de las aventuras sicilianas del comisario Montalbano. Aunque en persona, personalmente, me gustaron mas las tres anteriores, pienso seguir leyendo personalmente, en persona, el resto de los títulos. Camilleri es un gran contador de historias y un magnífico escritor.

Un resumen:

"La aparente paz siciliana se ve truncada por el asesinato de una extraña. Una joven hermosa, mujer de un médico boloñés, aparece muerta en el chalet de ambos. Pocas pertenencias la acompañaban en la escena del crimen, aparte de un misterioso violín guardado en su estuche. Su bolsa de joyas se ha esfumado y todas las miradas se centran en un pariente desequilibrado que ha desaparecido la misma noche del crimen. Montalbano, con su parsimonia habitual, inicia la investigación."

Esta vez, más que poner el énfasis en la historia, que aún estando bien me ha parecido algo mas floja que las previas, me gustaría insistir en lo bien que escribe Camilleri. La agilidad de la escritura, que te conduce a toda velocidad por los acontecimientos, esconde una calidad literaria que a veces puede pasar desapercibida. Lo dicho, a seguir leyendo personalmente al comisario, en persona, claro.


 

jueves, 22 de septiembre de 2011

"Sunset Park", de Paul Auster


He visto críticas dispares sobre la última novela de Auster. No sé si en mi caso influye que lo descubrí no hace mucho y que por tanto, me falta buena parte de su obra por leer, pero a mí me ha gustado mucho.

"Miles Heller tiene veintiocho años, y a los veinte abando­nó la universidad, se despidió de sus padres, dejó Nueva York, y nadie ha vuelto a saber nada de él. Ahora vive en Florida, y trabaja para una empresa que se encarga de vaciar las viviendas de los desahuciados. Además de aca­rrear bultos y repintar paredes, Miles saca fotos de todas las cosas abandonadas para probar que los fantasmas de esa gente aún están presentes. Miles vive con lo mínimo, y habría seguido así de no haber sido por Pilar Sanchez. El único inconveniente es la edad de Pilar: dieciséis años. Y como Miles puede ir a la cárcel por la relación con una menor, y la codiciosa hermana de Pilar comienza a chan­tajearlos, regresa a Nueva York y espera allí la mayoría de edad de Pilar. Su vuelta es el retorno al pasado y a sus secretos; a su padre, un brillante editor; a su madre, una actriz implacablemente seductora. Y también la vuelta a la comunidad de Sunset Park y a sus compañeros okupas; a la vida, con todos sus horrores y esplendores."

El arranque del libro es magnífico. Con esa prosa aparentemente sencilla y deslizante que le caracteriza, Auster nos sitúa de un plumazo en el Nueva York de la crisis.

"Durante casi un año ya, viene tomando fotografías de cosas abandonadas. Hay como mínimo dos servicios al día, a veces hasta seis o siete, y siempre que entra con sus huestes en otro domicilio, se enfrenta con las cosas, los innumerables objetos desechados por las familias que se han marchado. Los ausentes han huido a toda prisa, avergonzados, confusos, y seguro que dondequiera que habiten ahora (si es que han encontrado un lugar para vivir y no han acampado en la calle) sus nuevas viviendas son más pequeñas que los hogares que han perdido. Cada casa es una historia de fracaso –de insolvencia e impago, deudas y ejecución de hipoteca– y él se ha propuesto documentar los últimos y persistentes rastros de esas vidas desperdigadas con objeto de demostrar que las familias desaparecidas estuvieron allí una vez, que los fantasmas de gente que nunca verá ni conocerá siguen presentes en los desechos esparcidos por sus casas vacías."

(...)

A estas alturas, ya tiene miles de fotografías, y entre su creciente archivo pueden encontrarse imágenes de libros, zapatos y cuadros al óleo, pianos y tostadoras, muñecas, juegos de té y calcetines sucios, televisores y juegos de mesa, vestidos de fiesta y raquetas de tenis, sofás, lencería de seda, pistolas de silicona, chinchetas, soldaditos de plástico, barras de labios, rifles, colchones descoloridos, cuchillos y tenedores, fichas de póquer, una colección de sellos y un canario muerto que yace en el fondo de su jaula. No sabe por qué se siente impelido a tomar esas fotografías. Comprende que es una empresa vana, que a nadie puede ser de utilidad, y sin embargo cada vez que pone los pies en una casa, siente que las cosas lo llaman, que le hablan con las voces de la gente que ya no está, pidiéndole que las mire una vez más antes de que se las lleven."

A partir de ahí, y en ese marco, Sunset Park es la novela de unas vidas rotas, en las que el autor deja pocas puertas a la esperanza. Con unos personajes perfectamente construidos, sorprende como esa desesperanza el autor la sitúa incluso más en las generaciones jóvenes que en las de los mayores, como si esas generaciones no acabaran de encontrar su lugar en el caos, y como incluso cuando lo encuentran, cuando empiezan a construir un futuro personal, la sociedad tampoco lo tolera.

Tal vez ese último aspecto es lo que más duro me ha resultado. A riesgo de desvelar algo del final para quien no haya leído el libro, es ese sombrío final lo que más tristeza me ha producido. Cuando parecía que empezaba a apuntarse una posibilidad, caminos propios, esperanza al fin y al cabo, el libro acaba mal y cierra puertas. Posiblemente es el final lógico, pero me hubiera gustado más una puerta abierta. Aunque eso no es una crítica a la novela, en todo caso sería una crítica a la vida.

De las crónicas que he leído, una de las que más me gustado es la de Lamemmour. Dejo el enlace:

http://delibroenlibro-lamemmour.blogspot.com/2011/06/aul-auster-y-las-metaforas.html


PD: Por cierto, en esa crónica la autora enlaza con otro blog que me ha encantado, "Viajes desde mi sillón", en el que el autor documenta ampliamente los lugares y las referencias que aparecen en las novelas que comenta. Entre otros, libros de Fred Vargas, Domingo Villar o María Dueñas, a la que hace un homenaje muy personal. Os lo recomiendo. Aquí está el enlace a la novela de Auster:

http://paseandocon.blogspot.com/2011/03/paul-auster-sunset-park.html



lunes, 19 de septiembre de 2011

"Nadie vale más que otro", de Lorenzo Silva



"En Nadie vale más que otro, Lorenzo Silva nos convierte de nuevo en testigos privilegiados de las pesquisas de los célebres Chamorro y Bevilaqua pero en esta ocasión el lector tendrá la oportunidad de adentrarse en cuatro casos diferentes en los que se pondrá en juego la pericia y perspicacia de esta pareja de investigadores de la Guardia Civil. El asesinato de una mujer en el que todas las sospechas recaen en un marido con un largo historial de malos tratos, la violación y muerte de una niña, el hallazgo de un cadáver de un delincuente común donde todo parece indicar que se trata de un ajuste de cuentas y el crimen contra un inmigrante en un pequeño pueblo son los cuatro asuntos que tienen como nexo, además de suceder todos en periodos estivales, el hecho de ser crímenes tan cotidianos como los que se leen a diario en los periódicos, alejados de la extravagancia y de la sofisticación y, en consecuencia, tan reales como la vida, o la muerte, misma. Casos, no obstante, en los que la línea recta no es necesariamente el camino más corto y en los que casi nada es lo que a simple vista parece."

Después de 10 años desde la primera aparición de sus dos ya célebres personajes, Silva publicó en 2004 un libro con cuatro relatos, que había ido escribiendo por motivos diversos en ese período y que no habían sido editados anteriormente, aunque si los había difundido a través de su web.  Se trata de cuatro historias sencillas pero bien construidas. Como cuenta el autor en el prólogo (que por cierto está reproducido en su página web), se trata de homicidios cotidianos, de los que se resuelven con relativa rapidez en la práctica cotidiana de los agentes. El libro, pues, es una pequeña introducción a esa práctica profesional. Y el título, "Nadie vale más que otro", el mejor resumen de la filosofía del sargento Vila y del propio Silva.

Un libro entretenido sobre todo si se quiere completar la serie. Pero no imprescindible.


 

jueves, 15 de septiembre de 2011

"Que empiece la fiesta", de Niccolò Ammaniti


Aunque me han gustado algunos trozos, me ha defraudado en conjunto el libro de Ammaniti. Sobre todo por lo desproporcionado de la realidad con las expectativas creadas.

"El rico constructor Sasà Chiatti organiza en su residencia de Villa Ada, en Roma, una fiesta que será el acontecimiento más grande de la República italiana. Entre cocineros búlgaros, cirujanos estéticos, actrices, futbolistas, tigres, elefantes, el conocido escritor Fabrizio Ciba y las Bestias de Abadón, la desquiciada secta satánica de Oriolo Romano, protagonizan una aventura de héroes y comparsas que dan vida a una grandiosa y disparatada comedia humana. Con su humor irresistible, Ammaniti plasma los vicios y las pocas virtudes de nuestra época. Y al final sólo quedan los restos de una cultura fatua y cansada, incapaz de tomarse en serio su propia ruina. Una novela que confirma a Ammaniti como la gran fi­gura literaria italiana de su generación, alabado por la crítica, galardonado con el Strega y el Viareggio, los premios más prestigiosos, con incontables lectores y traducido a 44 lenguas."

Iba a reproducir aquí las alabanzas de la crítica, pero casi que dejo el enlace a la página de Anagrama:


Los adjetivos, si os daís una vuelta por ahí, son superlativos: absoluta maestría, obra perfecta, divertidísima, el mayor talento de la literatura italiana actual, etc,... Desmesurados. Y además, al final, acaban perjudicando a la propia obra, ya que si el listón de medida está tan alto, la novela defrauda. Por contra, si la publicidad fuera menos escandalosa, el libro superaría mejor la prueba, ya que se trata de una historia entretenida con algunos momentos brillantes.

Imposible no acordarse en algún momento de la película "El guateque". Al fin y al cabo, la novela es una especie de guateque pero a lo bestia, más cercana al esperpento, a la estética de Berlanga y Azcona, una variante de escopeta nacional a la italiana.   

Insisto en lo dicho. Si las expectativas no hubieran sido tan altas, creo que la novela me hubiera gustado más de lo que me ha gustado. Supongo que le acabaré dando alguna oportunidad futura más a Ammaniti. Al fin y al cabo, lo mejor del libro es la capacidad de reírse de sí mismo y de su mundo de autores y editores, y eso es siempre de agradecer.

Link: A la página del autor: http://www.niccoloammaniti.it/eng/index.php

martes, 13 de septiembre de 2011

"Una pequeña ciudad de Alemania", de John Le Carré


He visto estos días que en el Festival de Venecia se presentó una película basada en las novelas de Le Carré, concretamente en las del ciclo central de Smiley, con muy buena acogida. Me alegra que el viejo maestro de espías siga con buena salud. Por mi parte sigo recuperando sus viejas novelas y completando mis huecos. Entre ellos este título, "Una pequeña ciudad de Alemania", en referencia inequívoca a Bonn, capital de la antigua República Federal.

A principios de los años 70, Leo Harting, un funcionario de segunda de la embajada británica en Bonn, ha desaparecido llevándose consigo varios archivos secretos que pueden ser sensibles para el gobierno ya que contienen informaciones sobre las negociaciones pra la entrada del Reino Unido en el Mercado Común Europeo. El Foreign Office envía a la embajada a Alan Turner, un investigador rudo y curtido, que pronto chocará con la ineficiencia y la altanería de una parte del personal diplomático. En un contexto en el que se está produciendo un crecimiento preocupante de la extrema derecha como partido, Turner tendrá que enfrentarse tanto a las autoridades británicas como a las alemanas para recomponer el rompecabezas de la compleja personalidad de Harting y descubrir la verdad, que como siempre en las novelas de Le Carré, es de todo menos simple.

El autor, que pasó unos años trabajando en esa Embajada, aprovecha su buen conocimiento del terreno  para mostrarnos con sutileza e inteligencia, tanto la vida cotidiana de una pequeña ciudad de provincias convertida por las ironías de la historia en la capital germana, como la complejidad de la situación alemana y europea del momento, condicionada por la guerra fría y el enfrentamiento con el bloque soviético, pero también atrapada por los fantasmas de su propio pasado reciente.

Una historia magnífica en la que vuelven a aparecer todos los temas que impregnan la obra del autor. En especial la idea del espía como ser humano, con sus pequeñas miserias y grandezas, con sus motivaciones personales nobles o despreciables, que se mezclan sin solución de continuidad con el gran escenario de la historia.

He encontrado una crítica del New York Times del mismo año 68. Os dejo el enlace:

http://www.nytimes.com/books/99/03/21/specials/lecarre-germany.html


PD: Creo que ya solo me queda "El amante ingenuo y sentimental" para llegar al ciclo de Smiley: "El topo" (Tinker, tailor, soldier, spy), de 1974; "El honorable colegial", 1977 y "La gente de Smiley",1979. Ya puedo confesar que ese era el verdadero objetivo de este ejercicio de relectura de la obra de Le Carré.



Primera edición del libro, 1968.

jueves, 8 de septiembre de 2011

"Ventanas de Manhattan", de Antonio Muñoz Molina



"Hay lugares de la ciudad que uno descubre por sí mismo en sus caminatas solitarias y otros que le son revelados como un regalo generoso de la amistad o el amor. Se puede regalar lo que uno más ama, cierta perspectiva al fondo de una calle, un parque pequeño junto a un puente, un café, un club de música, hasta un instante de la luz. Ese regalo intangible enriquece a quien lo ha hecho y se vuelve un tesoro enaltecido por el agradecimiento para el que lo recibe, en un recuerdo y también en la posibilidad de otro regalo. En el lugar estará siempre quien nos lo descubrió y el momento de nuestra vida en el que gracias a su mediación lo conocimos. "

Creo que no había dejado constancia aún en este blog de mi admiración por Antonio Muñoz Molina, para mí uno de los dos o tres mejores escritores actuales en lengua castellana.  He terminado de leer en estos días estas "Ventanas de Manhattan" que empecé hace un par de años. Lo dejé a medias aprovechando la estructura del libro, concebido como un conjunto de 87 entradas o mejor paseos por la ciudad:

"Me gustaría acordarme de cada una de mis caminatas y de todas las ventanas a las que me he ido asomando en Manhattan, enumerarlas en mi memoria algunas noches que no puedo dormir...".


A mí también me apetececía saborear más lentamente esos paseos, buscar las referencias de los lugares, de las músicas, de las obras de arte descritas, seguir formando en mi imaginación la idea de una ciudad que no conozco. Nueva York es para mí, por muchas razones, incluso familiares, una ciudad añorada, en parte idealizada. Mi abuelo vivió y trabajo allí durante más de un año a principios del siglo pasado, entre 1917 y 1918, en una de esas emigraciones golondrina que fueron bastante frecuentes en esa época en la provincia de Alicante, en particular en la Marina Alta. A veces pienso que no debería ir nunca, para que la ciudad real no me defraude, para que no se superponga y anule a la ciudad soñada. Otras, me pregunto como es posible que aún no me haya decidido. Mientras tanto, mientras resuelvo ese dilema o encuentro la oportunidad, un libro como el de Antonio vuelve a alimentar tanto mi añoranza como mis temores.


Empecé a releer el libro en julio. Entonces no me acordaba de que ahora hace diez años del 11-S, una de esas fechas que marcan para siempre cualquier vida. Pero al avanzar en el libro me acordé de que está escrito precisamente en esos días. El autor llevaba poco tiempo en la ciudad cuando ocurren los atentados e incluso pasó por la zona el día anterior:

"Ayer mismo estuvimos caminando por esas calles: bajamos del metro en una de las estaciones que hay, o había, en el interior de una de las Torres Gemelas, y al salir a la calle miramos hacia arriba y nos dio vértigo la altura, exagerada por las líneas paralelas del exterior del edificio. Es raro pensar que esos dos prismas gigantes e iguales ya no existen.."


El pasado domingo, el autor publicaba otro magnífico artículo sobre sus experiencias del 11-S:

"Aquel olor a ceniza mojada"


"Ventanas de Manhattan", con la prosa serena y la palabra precisa del autor, es  una de las mejores guías que se pueden encontrar para visitar Nueva York. Espero hacerlo algún día y releer estas páginas en alguno de sus parques. Mientras tanto, os reproduzco una postal con el skyline de la ciudad en 1911.




Colección particular

miércoles, 7 de septiembre de 2011

"El hombre del lago", de Arnaldur Indridasson



Sexta entrega de la serie del inspector Sveinsson y cuarto de los títulos publicados en castellano. Siguen faltando los dos primeros que son de los años 97 y 98. Y vamos aún muy por detrás, ya que en islandés hay otros cinco libros más. En inglés por lo menos llevan editados tres posteriores a este hombre del lago, "Artic Chill", "Hypothermia" y el reciente "Outrage". De momento habrá que seguir esperando.

La base de la novela vuelve a ser, como en toda la obra de Indridasson, el pasado, ese país al que siempre se regresa:

"El nivel del lago Kleifarvatn ha ido bajando lentamente después de un terremoto. Al parecer, unas fisuras en el fondo están propiciando el drenaje de las aguas. Un hidrólogo local está estudiando el curioso fenómeno cuando descubre un esqueleto con un agujero en el cráneo y un viejo aparato de radio, con inscripciones en ruso, usado a modo de lastre para que el cadáver no subiera a la superficie. Todo apunta a un asesinato cometido hace bastantes años.

El inspector Erlendur Sveinsson se ocupa de la investigación. Los archivos de personas desaparecidas no le proporcionan datos demasiado fiables, aunque el caso de un vendedor que se esfumó sin dejar más rastro que un Ford Falcon aparcado en la estación, y al que una mujer todavía espera, despierta en él un interés especial. Otra historia, la de un grupo de jóvenes y brillantes estudiantes islandeses que partió, treinta años atrás, a la Alemania del Este controlada por la Stasi, a estudiar en la Universidad de Leipzig y formarse en la ideología comunista, va tomando forma. Erlendur tiene que volver a abrir expedientes cerrados y heridas mal cicatrizadas, hurgando en el pasado —la compleja situación política de Islandia durante la Guerra Fría— y el presente de las personas involucradas en los hechos. La vida de aquellos jóvenes idealistas que partieron a Leipzig ha dado muchas vueltas desde entonces, y el peso de los recuerdos es a veces insoportable. El inspector Erlendur es un hombre curtido por el dolor, implacable cuando se trata de descubrir la verdad, incluso cuando está oculta tras las sombras del pasado."


A mí la novela me ha gustado. Tal vez la construcción es menos policíaca que en títulos anteriores. Pero pese a algunas debilidades en el ritmo, la parte de la novela que se sitúa en el pasado está muy bien hilvanada. La parte más floja en este caso, es el presente, la propia investigación y los aspectos personales del inspector, que pesan menos que en novelas anteriores. Pero en general, mantiene la altura. Sigo pensando que la mejor novela del islandés es "La mujer de verde", pero este hombre del lago es también una buena historia.



domingo, 4 de septiembre de 2011

"Federico Sánchez se despide de ustedes", de Jorge Semprún


Cuando falleció Jorge Semprún me apeteció revisar algo de su obra. No puedo decir que la haya leído completa, pero creo que en su momento leí la mayor parte, incluso algunos títulos como "Le grand voyage" directamente en francés. Lo que tenía más a mano era esta segunda parte de sus memorias, que recoge sobre todo la etapa en que ejerció de Ministro de Cultura de la mano de Felipe González y que en su  día me divirtió bastante, con algunos fragmentos francamente memorables. En particular, la descripción de sus enfrentamientos con Alfonso Guerra, a quién le profesó un odio africano, es muy divertida. Sin entrar en juicios de quién tenía razón, la posición del intelectual y superviviente de los campos de concentración es clara: cómo tener miedo al aparato burocrático del partido cuando se ha sobrevivido al horror de los campos de concentración.

En particular, si tuviera que recomendar alguno de sus libros, sin duda elegiría "La escritura y la vida", escrito en 1994, en el que vuelve una vez más a hablar de su estancia en el campo de concentración de Buchenwald. Cuando hace un año aproximadamente estuve con mi familia en Mauthausen, me acordaba de ese libro y de muchos de sus fragmentos, me acordaba de cuando Semprún hablaba del olor a carne quemada que percibió por primera vez al llegar al campo y que nunca le abandonaría.

En cualquier caso, se puede considerar que toda la obra de Semprún (tanto sus novelas como sus libros mas autobiográficos) compone unas inmensas memorias de quien ha vivido intensamente algunos de los momentos centrales de la Historia de Europa y de España y reflexiona permanentemente sobre esa historia con una gran profundidad intelectual y una enorme lucidez, además de ser un gran escritor. El mejor homenaje que se le puede hacer es leerle.

De todos los artículos publicados en junio sobre Semprún, os dejo el enlace a un texto de su amigo el pintor Eduardo Arroyo:



viernes, 2 de septiembre de 2011

"La niebla y la doncella", de Lorenzo Silva


Tercera entrega de la serie Bevilaqua-Chamorro. Muy buena también. A la altura de "El alquimista impaciente". Ambientada en La Gomera, con un caso bien desarrollado y muy bien resuelto. Como me cuesta enlazar bien la página del autor (el enlace lleva siempre a la primera página), reproduzco algunos de los textos de su web. Primero la presentación del editor:

"El sargento Bevilacqua y su compañera la cabo Chamorro, atípicos investigadores criminales de la Guardia civil, reciben un incómodo encargo. El asunto que les toca en suerte es un asesinato ocurrido dos años atrás en la isla canaria de La Gomera; el muerto, un joven de vida desordenada y carácter atolondrado. Por el crimen, en su día, se juzgó y absolvió a un político local cuya hija adolescente andaba en relaciones con la víctima. El caso ha estado en la vía muerta durante meses, pero las altas conexiones de la madre del chico han forzado a reabrirlo. Chamorro y Bevilacqua se encuentran con un crimen antiguo y muy pocas pistas para resolverlo. Tras desplazarse a la isla, la cabo y el sargento, con la colaboración no siempre entusiasta de los guardias que en su día cerraron el caso en falso, se sumergen en la búsqueda de un asesino que parece haberse desvanecido en la niebla del bosque donde apareció el cadáver. Lorenzo Silva nos ofrece en La niebla y la doncella la entrega más trepidante y ambiciosa de las andanzas del sargento Bevilacqua."

Y después, las palabras del autor:

"Era todo un reto volver a escribir una historia con esta pareja de investigadores, después del éxito (bastante espectacular e inesperado, para mí) de El alquimista impaciente, un libro que llegó a más de 200.000 lectores y, a través de la adaptación cinematográfica que hiciera Patricia Ferreira, a muchos millares de personas más. Ser consciente de que con Chamorro y Bevilacqua podía haber inventado una fórmula de éxito me hizo ser muy cauto: tardé tres años en volver a ellos, y no lo hice hasta que no estuve más o menos convencido de tener entre las manos una novela que, lejos de limitarse a repetir los hallazgos de alguna de las anteriores, me pareciera que podía ser la mejor, la más completa y valiosa de todas. Así lo intenté, entre finales de 2001 y el verano de 2002, y esto fue lo que salió. Una novela más extensa que las dos precedentes, donde se cala más a fondo en la pareja protagonista, y sobre todo en el sargento, que deja entrever alguna de sus zonas oscuras. Y una historia en la que los investigadores no pueden mantener siempre la frialdad y la distancia profesional, porque se ven personalmente implicados en los acontecimientos como nunca se habían visto antes. Por lo demás, intenta la novela ser de nuevo un reflejo literario de la España actual, y los personajes, dos representantes de esa gente que se levanta cada mañana para hacer su trabajo, con alguna conciencia del deber, algún deseo de ayudar a los demás y el prurito de cumplir decentemente con su cometido. Aunque no les paguen mucho, aunque sirvan a un sistema de justicia imperfecto, y aunque no hubieran soñado de pequeños estar donde están. Un hombre y una mujer honrados y pundonorosos, que fallan como tú y como yo, pero que como tú y como yo intentan mantener la dignidad. Nada más. Nada menos."

Creo que daría también para una buena película.