sábado, 28 de enero de 2012

"El accionista mayoritario", de Petros Márkaris


Petros Márkaris ha sido uno de los últimos descubrimientos del 2011. Tenía en mi montaña de espera desde hacía algunos meses este accionista mayoritario y no sé muy bien la razón, cada vez que le tocaba el turno algún otro título se le colaba, empujándolo para abajo. Hasta que por fin se hizo su hueco y el resultado ha sido el contrario. Ha empujado hacia arriba otros títulos de la serie del Comisario Jaritos, de forma que en este momento llevo ya otros dos leídos y el resto de la serie en lista de espera, luchando para abrirse paso con Montalbanos, Martin Becks o con el mismísimo Smiley. Difícil elección. Pero poco a poco irán cayendo todos, que al menos para eso, la crisis me deja más tiempo libre.

Petros Jaritos es un escritor griego, nacido en Estambul en 1937. Aunque, pese a residir en Atenas desde los años 50, a causa de sus orígenes armenios no tuvo ninguna ciudadanía hasta la caída de la junta militar en 1974. Estudió primero Economía en Grecia, Turquía, Austria y Alemania, para después especializarse en cultura alemana. Ha sido traductor al griego de numerosos autores alemanes, guionista de series de televisión y coguionista de algunas de las películas del recientemente fallecido Theo Angelopoulos, como "La mirada de Ulises". Con una sólida formación, es un observador excepcional de la actual realidad griega.

"El accionista mayoritario" es la cuarta entrega de la serie del Comisario Kostas Jaritos, un clásico funcionario policial, que empezó su carrera en los tiempos de la dictadura y que no ha llegado más allá por no tener habilidades políticas, tal y como lo define en un momento dado el propio Márkaris en otro de los libros, al hablar de "un teniente que empezó como poli de base, tardó veinticinco años
en llegar a jefe del departamento de Homicidios y jamás consiguió aprender los trucos para dar el gran salto". De todos los detectives habituales, tal vez al que más me recuerde es a Brunetti, al tener una presencia y protagonismo enorme el entorno familiar. Aunque es un Brunetti más rudo, algo más machista y menos sofisticado, pero igual de perspicaz y humano. Un gran personaje.

La trama de la novela ya es absolutamente prometedora. Transcribo la sinopsis oficial: 
"En un caluroso mes de junio Kostas Jaritos de pronto recibe una terrible noticia: el barco en el que su hija Katerina viajaba a Creta, donde se disponía a disfrutar de unas breves vacaciones con su novio, acaba de ser asaltado por un comando terrorista. La vida de todos los viajeros corre peligro, pero los terroristas callan, ni siquiera han declarado de qué nacionalidad son, qué pretenden hacer con el barco ni qué condiciones piensan exigir a cambio de la vida de los pasajeros. ¿Son islamistas de Al-Qaeda, palestinos, chechenos? En estas, le ordenan investigar el asesinato de un modelo publicitario que trabaja haciendo anuncios para la televisión. El comisario tendrá que mantener toda su sangre fría para lidiar en ambos frentes: el del mundo de la publicidad y el del terrorismo internacional, mientras su vida familiar se ve dramáticamente afectada."
"El accionista mayoritario" es una novela muy entretenida que descubre a un comisario enormemente humano, casi entrañable, con una familia de gente absolutamente normal que sin embargo aporta un punto de vista muy peculiar. Muy divertido el papel de Adrianí, la esposa de Jaritos en todo el proceso del secuestro y en general en todos los libros.   

He retomado la serie desde su primera entrega. Ya dejaré constancia en estas páginas. En este caso, a quien tenga vocación, le recomiendo que empiece por la primera de la serie, "Noticias de la noche", ya que algunas piezas encajan mejor. Pero no es absolutamente necesario y yo mismo estoy casi por saltar algún título e irme a los ultimos publicados, que abordan la actual situación griega. El último hasta la fecha tiene el oportuno título de "Con el agua al cuello". Por su formación económica y su cultura griega y alemana, me parece que Márkaris puede ser un magnífico observador para entender lo que allí está pasando y sus consecuencias sociales.



PD:  El pasado 20 de enero Petros Márkaris publicó en El País un artículo muy interesante, "Un griego en 'la corte' de Bruselas", sobre la crisis y los efectos sobre la cultura y los valores europeos. Dejo el enlace:

jueves, 26 de enero de 2012

"Historia de Venecia", de John Julius Norwich



En las páginas finales de "El puente de los asesinos", Pérez-Reverte nos da algunas pistas sobre sus fuentes, algunas inciertas o apócrifas y otras verdaderas. Entre estas últimas, cita un libro al que vuelvo de vez en cuando, la "Historia de Venecia" de John Julius Norwich, un tomo de más de 750 páginas de letra densa y lleno de minuciosos detalles, que se lee casi como una novela.

Norwich, o mejor John Julius Cooper Norwich (15-9-29), segundo Vizconde de Norwich, es un historiador británico y escritor. Su facilidad para la escritura y la divulgación hizo de él también una estrella de la televisión. En la mejor tradición de los historiadores-escritores ingleses, es autor de varios libros divulgativos sobre temas como Bizancio o El Mediterráneo, alguno de los cuales como esta "Historia de Venecia", se han convertido en auténticas obras de referencia. El libro cuenta la historia de la Serenísima, desde sus orígenes hasta su caída en 1797, a manos de Napoleón.

He releído estos días dos capítulos, "Zen contra los diez (1623-1631)" que cuenta la etapa que cronológicamente coincide con los hechos narrados en el libro de Alatriste, y el anterior "Traición y complot (1607-1622)".  Por lo que respecta al primero, es una descripción magnífica del enfrentamiento permanente que existió entre el dogo Giovanni Corner o Cornaro y Renier Zen, "el más entusiasta reformador que jamás produjera Venecia y, desde luego, el más desagradable", en palabras de Norwich. Este conflicto entre Cornaro y Zeno (según los nombres italianos adoptados en la novela), es una de las bases que aprovecha Pérez-Reverte para dar pie a la novela.

Pero mas interesante aún es el capítulo anterior, ya que narra la (presunta) conspiración española de 1618, inspirada por el duque de Osuna y dirigida por el embajador español, marqués de Bedmar. Abortada por los servicios de inteligencia de la Serenísima, el relato que presentó el Consejo de los Diez al Senado tiene muchas coincidencias con la aventura de Alatriste, y es sin duda, una de sus fuentes de inspiración.

Como muestra de la prosa de Norwich, que invita a leer este por otra parte riguroso libro de historia veneciana, apenas unas líneas que bien podría firmar el amigo Reverte:

"Durante años la Embajada española había sido el más activo centro de intrigas de toda Venecia, y sus sótanos, antesalas y pasillos hervían de siniestras figuras embozadas que se agrupaban entre susurros mientras aguardaban ser recibidas en audiencia por el embajador."

A veces la historia es la mejor novela.

Lo dicho, uno de esos libros de referencia que no es necesario leer de un tirón, pero a los que es conveniente volver de vez en cuando, sea por consulta o por puro placer.



martes, 24 de enero de 2012

"El puente de los asesinos", de Arturo Pérez-Reverte



Arturo Pérez-Reverte vuelve con otro Alatriste, y nada menos que en mi querida Venecia. Me ha durado un suspiro. Vuelve el mejor Pérez-Reverte, el que para mi gusto se extravió un poco en "El asedio". Un maestro del lenguaje y un excelente narrador. Qué mejor que citar a Francisco Rico cuando califica al autor y al personaje de "clásico" por muchas y varias razones en un artículo magnífico que enlazo al final de esta nota. Vuelve Alatriste más alatriste que nunca, y con él su toda su corte celestial: Quevedo, Malatesta, Copons, el moro Gurriato y muchos mas, y por supuesto, el joven Iñigo Balboa.

Pasando por Roma, Nápoles y Milán, la novela narra la historia de una conjura organizada por la corona española para asesinar al dogo durante la misa del gallo, tomar los centros neurálgicos de la ciudad (el Arsenal y el Palacio Ducal entre otros), e instaurar en el gobierno de la República veneciana a un nuevo poder más favorable a sus intereses. Y en esa conjura, Alatriste y sus amigos jugarán un papel crucial, en una misión llena de sorpresas y giros inesperados.

Magníficamente ambientada y maravillosamente escrita. Con un dominio del lenguaje excepcional y una inmensa amplitud de vocabulario, aspecto éste cada vez menos frecuente en la literatura española. Puedo afirmar, lo que para mí constituye todo un mérito, que Pérez-Reverte es de los pocos autores que leo con un diccionario a mano, aprendiendo.

Podría seleccionar muchos párrafos, pero casi que prefiero enlazar con el Dossier de presentación del libro que se aloja en la página oficial del autor, en el que se pueden encontrar muchos materiales sobre el libro, incluyendo el inicio y algunas frases:



Y este es el enlace con el artículo de Francisco Rico:



Aunque al final, no puedo por menos que copiar un fragmento:




"Como español, yo tenía perfecto conocimiento de que aquella república corrupta, hecha en el agua por gente embustera de la que huyó la tierra, era nariz de las naciones y albañal de las monarquías: un mal tolerado por los turcos por hacer daño a los cristianos, y por los cristianos para hacer daño a los turcos; con los venecianos, que no eran turcos ni cristianos sino de la estirpe de Pilatos, tolerados por la Providencia para castigar a unos y otros con su entremetimiento y sus vilezas. Sabía todo eso, como digo; y también que si Dios hubiese amanecido cuerdo una mañana, habría borrado esa isla de la faz del mar y de la tierra. Pero no podía menos que fascinarme, a mi pesar, aquel portento de riqueza infinita, contornos alegres y mucha abundancia, donde todo podía encontrarse; pues lo mismo te cruzabas con un corpulento dálmata que con un esclavo etíope o un severo embajador oriental de capa y turbante. Iba así por la calle, como digo, aunque atento al capitán Alatriste, sin dejar de admirar las tiendas que cerraban o encendían luces dentro, los vidrios de magníficos colores, las especias y olores penetrantes pese al frío, la multitud que a esa hora discurría por los puentes, los señores que paseaban arrogantes con sombreros guarnecidos de piel, cadenas de oro de herradura y capas venecianas sobre los hombros, precedidos por criados con antorchas listas para ser encendidas en cuanto hiciese noche del todo. Y las damas de buena familia, o que lo aparentaban, forradas de martas bajo los zendaletos de seda blanca con que se cubrían la cabeza; pues la mantelina negra se dejaba esos días para mujeres de menos respeto ...."


domingo, 22 de enero de 2012

"El país de las últimas cosas", de Paul Auster


"El país de las últimas cosas", publicada originalmente en 1987, es la obra inmediatamente posterior a la "Trilogía de Nueva York" (1985-86).

"Anna Blume cuenta, en una carta a su novio, enviada desde una ciudad sin nombre, lo que sucede en "El país de las últimas cosas". Anna está allí para buscar a su hermano William, y describe una tierra en la que la búsqueda de la muerte ha reemplazado a los avatares de la vida: las clínicas de eutanasia y los clubes para el asesinato florecen, mientras que los atletas y los corredores no se detienen hasta caer muertos de cansancio. Pero Anna intentará sobrevivir a este país devastado."

 "El país de las últimas cosas" es una novela bastante surrealista, a mitad camino entre la ciencia-ficción y la literatura del absurdo. Transcurre en un mundo que podría ser post-apocalíptico si no fuera porque nada nos explica los motivos de lo que sucede. Para mí, es una novela de transición entre la trilogía inicial, mas cerrada y absurda, y la obra posterior de Auster, mucho más abierta y realista. Pero ya hay grandes avances y al autor se le van notando esas características de gran narrador que se reflejan en toda su obra. Al fin y al cabo, lo que da credibilidad al libro es sobre todo la gran capacidad narrativa de Auster, que como siempre, te va llevando por el texto de una forma tremendamente eficaz.

Copio dos párrafos que dan idea del tono de la novela. En particular el último me gusta mucho. Es aplicable por ejemplo a este mundo en crisis en el que vivimos, en el que lo que era está dejando de ser y aún no sabemos como adapatarnos.


"Éstas son las últimas cosas —escribía ella—. Desaparecen una a una y no vuelven nunca más. Puedo hablarte de las que yo he visto, de las que ya no existen; pero dudo que haya tiempo para ello. Ahora todo ocurre tan rápidamente que no puedo seguir el ritmo. No espero que me entiendas. Tú no has visto nada de esto y, aunque lo intentaras, jamás podrías imaginártelo. Éstas son las últimas cosas. Una casa está aquí un día y al siguiente desaparece. Una calle, por la que uno caminaba ayer, hoy ya no está aquí. Incluso el clima cambia de forma continua.

Cuando vives en la ciudad, aprendes a no dar nada por sentado. Cierras los ojos un momento, o te das la vuelta para mirar otra cosa y aquella que tenías delante desaparece de repente. Nada perdura, ya ves, ni siquiera los pensamientos en tu interior. Y no vale la pena perder el tiempo buscándolos; una vez que una cosa desaparece, ha llegado a su fin."


"Tal vez el mayor problema sea que la vida, tal como la conocíamos, ha dejado de existir pero, aun así, nadie es capaz de asimilar lo que ha sobrevenido en su lugar. A aquellos de nosotros que nacimos en otro lugar, o que tenemos la edad suficiente como para recordar un mundo distinto de éste, el mero hecho de sobrevivir de un día para el otro nos cuesta un enorme esfuerzo. No me refiero sólo a la miseria, sino a que ya no sabemos cómo reaccionar ante los hechos más habituales y, como no sabemos como actuar, tampoco nos sentimos capaces de pensar. En nuestras mentes reina la confusión; todo cambia a nuestro alrededor, cada día se produce un nuevo cataclismo y las viejas creencias se transforman en aire y vacío. He aquí el dilema, por un lado queremos sobrevivir, adaptarnos, aceptar las cosas tal cual están; pero, por otro lado, llegar a esto implica destruir todas aquellas cosas que alguna vez nos hicieron sentir humanos. ¿Entiendes lo que quiero decir? Para vivir, es necesario morir, por eso tanta gente se rinde, porque sabe que no importa cuán duramente pelee, siempre acabará perdiendo y, entonces, ya no tiene sentido la lucha."


viernes, 20 de enero de 2012

"El cuento", de Joseph Conrad



En una pequeña colección de bolsillo, Alpha Mini, encuentro esta pequeña joya de Joseph Conrad. "El cuento" es en realidad una caja china o muñeca rusa, un cuento dentro de otro cuento, que convergen en las líneas finales para cobrar todo su sentido. Magistral de principio a fin. Con un par de frases, Conrad es capaz de crear la atmósfera necesaria para leer y entrar en otra historia, que aparentemente poco tiene que ver con la primera.

"Al otro lado del ventanal, la luz crepuscular se extinguía poco a poco en un gran brillo cuadrado sin color enmarcado entre las sombras crecientes de la habitación. Era una habitación alargada. La irresistible marea de la noche se apoderaba de su extremo más apartado, donde la susurrante voz de un hombre, apasionadamante interrumpida y apasionantemente reanudada, parecía protestar contra los murmullos de infinita tristeza que le respondían."

En ese entorno de oscuridad y sombra, un oficial de la marina británica le cuenta a una mujer una historia de guerra ubicada en el mar, en la Primera Guerra Mundial. Sólo al final sabremos que el narrador es uno de los protagonistas de la otra historia y entenderemos la verdadera naturaleza del cuento, un cuento sobre el bien y el mal, sobre la responsabilidad y la culpa y sobre el horror de la guerra. Una maravilla. Creo que leer o releer a Conrad va a ser uno de los propósitos de este año.




PD: No puedo evitar leyendo este cuento de marinos, acordarme de algún capitán de crucero de plena actualidad. Qué diferencia de altura. ¿Que diría el viejo Conrad?.

domingo, 15 de enero de 2012

"No tengo miedo", de Niccolò Ammaniti


En septiembre hice una nota bastante crítica sobre otra novela de Ammaniti. Pero en la propia reseña ya decía que pese a todo le daría otra oportunidad, porque no me había disgustado del todo. Me molestaban más los excesos de la publicidad que el propio libro.

Acabo de terminar este "No tengo miedo" y me ha dejado mucho mejor sabor de boca, pese a que es un libro bastante más duro que el anterior. Poco que ver, tanto en la geografía como en la temática. La obra transcurre en la Italia rural a finales de los 70 y tiene poco del tono satírico y pasado de rosca del libro anterior. Es una historia más oscura y cruel, pero a la que la perspectiva infantil le aporta una dosis muy acertada de ingenuidad.

"El verano más caluroso del siglo. Cuatro casas perdidas entre los trigales. Seis niños, en sus bicicletas, se aventuran por entre los campos. En medio de ese mar de espigas, hay un secreto espeluznante que cambiará para siempre la vida de uno de ellos, Michele. Para afrontarlo deberá encontrar fuerzas precisamente en sus fantasías de niño, mientras el lector asiste a una doble historia: una que es vista con los ojos de Michele, y otra, trágica, que afecta a los mayores de Acqua Traverse, miserable caserío perdido entre los campos de trigo. El resultado es un relato poderoso y de una absoluta felicidad narrativa, donde se respiran atmósferas emparentadas con Las aventuras de Tom Sawyer o los Cuentos populares italianos de Italo Calvino y que mereciera en su momento los premios Viareggio y Strega. Novela del descubrimiento de uno mismo a través del peligro más extremo, y de la necesidad de afrontarlo, No tengo miedo es un adiós desolador a la edad de los juegos."

La novela es una obra seca y de ritmo intenso. Juega magistralmente con la doble perspectiva, la de los niños y la de los adultos. Y va avanzando con precisión hasta un final bien construido. Me ha parecido perfecta la recreación del mundo de la infancia en el campo, totalmente reconocible. En conjunto, una novela redonda. Publicada en el tiempo bastante antes de "Que empiece la fiesta", justifica sin duda el éxito notable del autor.




He descubierto después que existía una versión filmada de la novela con el mismo título. Con participación de nuestra Aitana Sanchez-Gijón. Dejo el trailer.

sábado, 14 de enero de 2012

"El amante ingenuo y sentimental", de John Le Carré


Tres años después de "Una pequeña ciudad en Alemania", Le Carré publica en 1971 "El amante ingenuo y sentimental". Es la primera y creo que única novela que se aleja de su temática tradicional para hablar de la vida sentimental de un empresario, desde una perspectiva bastante atípica.

"Aldo Cassidy es un monótono ciudadano y próspero industrial que aplica todo su ingenio a perfeccionar de un modo rentable el funcionamiento de los cochecitos y sillitas para niños. Un día conoce a Shamus, un genio en el arte de atormentar, humillar y pisotear a burgueses insatisfechos. Entre los dos surge una relación sadomasoquista teñida de homosexualidad latente, que tiene como un extraño sabor a libertad. Y entre los dos hombres está Helen, la compañera de Shamus, que completa un disparatado triángulo amoroso que transforma al protagonista."


Según algunas fuentes, la novela podría tener elementos autobiográficos, basados en la ruptura de su primer matrimonio provocada por la relación del autor con la mujer de un amigo. En cualquier caso, todos los críticos coinciden en que sin duda es su peor libro y lo he podido constatar. Lo he ¿leído? en diagonal, página sí, página no, y aún así me ha costado terminarlo. Totalmente prescindible. Menos mal que ya llega Smiley.

martes, 10 de enero de 2012

"Pacto de sangre", de James M. Cain




Dos años después del cartero, en 1936, Cain publica su segunda novela, "Double indemnity" en su título original. Aparece primero como novela por entregas en el "Liberty Magazine". Es de nuevo otra aproximación al tema de la "femme fatale". No por casualidad el título hace referencia a la doble indemnización a cobrar en caso de determinados accidentes en una póliza de seguro.



"Pacto de sangre" es la historia de un agente de seguros y de su atracción por la mujer de un cliente que le propondrá participar en el asesinato de su marido y cobrar la póliza. Aunque al principio todo sale bien, la personalidad de la protagonista y el papel jugado por otro de los agentes de la compañía hará que las cosas se compliquen cada vez más.

En 1944, la novela sirvió de base para una de las mejores películas de serie negra que recuerdo, "Perdición", dirigida por Billy Wilder e interpretada por Fred MacMurray, Barbara Stanwick y Edward G. Robinson. El guión estaba firmado nada menos que por el propio Wilder y por Raymond Chandler, quién al parecer hizo incluso un pequeño cameo y aparece un momento leyendo un libro.


domingo, 8 de enero de 2012

"El cartero siempre llama dos veces", de James M. Cain



Después de Connelly, dos obras maestras de la serie negra americana. James Mahallan Cain (1892-1977) es, sin duda, otro de los grandes de la novela negra americana clásica, la de los años 30 y 40, la época dorada de Chandler o Hammett. Y sin duda también, un verdadero especialista en la figura de la "femme fatale" capaz de hacer perder totalmente la cabeza a los hombres y utilizarlos para sus malvados propósitos. Su primera novela negra, publicada en 1934, es precisamente este "The postman always rings twice", auténtica joya del género. Y aunque seguro que todos hemos visto la o las películas, vale la pena leer las fuentes, los textos originales. En este caso, al menos para mi gusto, ha envejecido bien.

En cuanto al argumento, es sobradamente conocido. Copio de la Wiki: "Frank, una persona de mal vivir, hace una parada en la California rural y entra a comer en un local. Se queda a trabajar allí. El local está regentado por una joven y bella mujer (Cora) y su marido de mucha más edad (Nick), un inmigrante griego. Frank y Cora inician una relación clandestina. Cora está cansada de su situación, casada con un hombre al que no quiere y trabajando en un local del que quisiera ser propietaria para poder hacer mejoras. Ella y Frank planean asesinar a Nick para comenzar una nueva vida juntos sin que ella pierda el local. Su primer intento resulta fallido, pero al final lo consiguen."

No sigo, por si alguien no conoce el final.


Y en cuanto a las películas (Tay Garnett en 1946, con Lana Turner y John Garfield, y Bob Rafelson en 1981, con Jessica Lange y Jack Nicholson), al margen de que resulta divertido comparar la evolución estética, las dos son dos magníficas adaptaciones.







viernes, 6 de enero de 2012

"Llamada perdida", de Michael Connelly


Segunda novela de Michael Connelly que recupero. "Chasing the dime" (2002) en su título original, creo que algo así como "Persiguiendo el dinero". Aún manteniendo el sello de calidad marca de la casa, no me ha gustado tanto como la anterior, y mucho menos que cualquiera de la serie Harry Bosch. Es decir, es una novela bien construida, con la habitual aceleración y vueltas de tuerca de sus argumentos. Pero en conjunto, me ha resultado menos creíble que el resto de sus libros. Tal vez porque el planteamiento inicial resulta demasiado forzado o porque la solución final también lo sea, no lo sé, pero al final, me quedo con la impresión de que es uno de sus libros más flojos. En resumen, sólo para incondicionales (como yo).

"Pierce es un investigador de informática molecular volcado en un estudio que podría revolucionar el mundo de la medicina. Su obsesiva dedicación al trabajo ha repercutido en su vida privada, dando al traste con su relación con Nicole. Tras abandonar la vivienda que compartía con ella, Pierce se instala en un nuevo apartamento con vistas a la playa de Santa Mónica. Allí empieza a recibir extrañas llamadas telefónicas de hombres que buscan a una tal Lilly y descubre que ella está en algún problema grave. Pierce será inexorablemente arrastrado al mundo de Lilly, bien distinto a cualquier mundo que ha conocido. Es el mundo nocturno de los servicios de compañía, sitios web, el sexo y las identidades secretas. Pierce caerá por un agujero y abandonará su vida ordenada en una frenética carrera para salvar la vida de una mujer que nunca ha conocido."

Lo más divertido, encontrar un enlace claro con uno de los casos principales de Harry Bosch, el del fabricante de muñecas.

"—Ella se fugó de casa cuando éramos niños. Entonces la mataron... Fue un tipo
que había matado a mucha gente. Chicas que iba a buscar a Hollywood. Al final la
policía lo mató y... eso fue todo.

—Un asesino en serie... ¿cuándo fue?

—En los ochenta. Lo llamaron el Fabricante de Muñecas. Los periodistas les
ponían nombres a todos, ¿sabe? Al menos entonces.

Pierce vio que Langwiser revisaba su historia contemporánea.

--Recuerdo al Fabricante de Muñecas. Yo estaba en la facultad de derecho de la
UCLA. Más tarde conocí al detective que le disparó. Se ha retirado este mismo año."

 

Link: Como en la reseña anterior, también a la página oficial de MC:  http://www.michaelconnelly.com/novels/chasingthedime/

miércoles, 4 de enero de 2012

"Luna funesta", de Michael Connelly


Como casi siempre, decir Michael Connelly es una garantía de calidad. Estoy completando algunos de los títulos del autor que me faltaban. Entre ellos esta "Luna funesta", publicada originalmente en el 2000 y ambientada en su mayor parte en Las Vegas.

"Cassie Black desea cerrar su historial delictivo para siempre. Trabaja en un concesionario de automóviles de Los Ángeles, pero un hecho inesperado le obliga a jugárselo todo a una carta. Necesita dar un golpe final que le permita realizar el último sueño. Para ello recurre a Leo Renfro, un amigo de los viejos tiempos que le propone participar en un gran robo en Las Vegas. Cassie cree que con su experiencia como ladrona de guante blanco logrará salir airosa de la operación."

Aunque le cuesta un poco arrancar, una vez coge velocidad es absolutamente imparable. La segunda parte es mucho mejor que la primera.

Dejo un enlace a la página oficial del autor:  http://www.michaelconnelly.com/novels/voidmoon/


lunes, 2 de enero de 2012

"El gran Gatsby", de Francis Scott Fitzgerald


Y para empezar el año con buen pie, "El gran Gatsby". Reconozco que no había leído la novela. Y ahora creo que es imperdonable. Como dice Harold Bloom en una de las citas que se recogen en la contraportada: «El gran Gatsby tiene pocos rivales como la gran novela americana del siglo XX. Al volver a leerla, una vez más, mi inicial y primera reacción es de renovado placer.»    

Efectivamente, ha sido todo un placer leerla. Incluso recordando bastante la historia, su lectura es un descubrimiento, literatura en estado puro, un placer estético. Y creo que a ese disfrute ayuda en gran medida la nueva traducción de Justo Navarro que Anagrama acaba de editar. De hecho, he consultado alguna edición antigua de la novela y se entiende perfectamente la necesidad de esta nueva traducción.
Copio parte de la contraportada:

"¿Quién es Gatsby, el personaje que da nombre a uno de los mitos creados por la novela del siglo XX? Jay Gatsby es un misterio, el hombre que se inventó a sí mismo y ha montado una inmensa fiesta para reconquistar a la deslumbrante Daisy Buchanan, que una vez lo quiso. Nadie sabe de dónde ha salido. 

 Estamos en la primera hora de la Edad del Jazz, en los felices y cinematográficos años veinte, en Nueva York, tiempo de diversión y emoción, orquestas y tiroteos. Gatsby vive en una fabulosa casa de Long Island, y a sus bailes acude «el mundo entero y su amante», cientos de criaturas a quienes no hace falta invitar, insectos alrededor de la luz del festín. La puerta está abierta, y la atracción más enigmática del espectáculo es el dueño de la casa, un millonario que quizá sea un asesino o un espía, sobrino del emperador de Alemania o primo del demonio, héroe de guerra al servicio de su país, los Estados Unidos de América, o simplemente un gángster, un muchacho sin nada que se convirtió en rico. Lo vemos con los ojos del narrador, Nick Carraway, que dice ser honrado y haber aprendido a no juzgar a nadie.
En el verano de 1922, buen año para la especulación financiera y la corrupción y los negocios que se confunden con el bandidismo, parece que sólo hubo fiestas y reuniones para comer y beber, y que pocas veladas acabaron sin perturbación. Hay amantes que rompen con una llamada telefónica la paz de un matrimonio, y una nariz rota, y un coche que se hunde humorísticamente en la cuneta, y un homicidio involuntario, y un asesinato, pero la diversión recomienza siempre. Jay Gatsby es un héroe trágico que se va destruyendo conforme se acerca a su sueño: la reconquista de una mujer a la que dejó para irse a la guerra en Europa. Quiere cumplir su deseo más inaccesible: recuperar el pasado, el momento en que conquistó a Daisy Buchanan."


Como muestra del tono de la novela copio aquí tres fragmentos, el principio, una de las primeras apariciones de Gatsby (imposible no acordarse de Redford) y las frases finales. Insisto, una maravilla de elegancia y delicadeza. Ah, y lo mejor que se puede decir de la película una vez leído el libro, es que no le desmerece.

"Cuando yo era más joven y más vulnerable, mi padre me dio un consejo en el que no he dejado de pensar desde entonces.

“Antes de criticar a nadie”, me dijo, “recuerda que no todo el mundo ha tenido las ventajas que has tenido tú.”



"Se notaba el verano en los tejados de los hoteles de carretera y en las estaciones de servicio, donde los surtidores rojos, nuevos, se levantaban sobre charcos de luz, y cuando llegué a casa en West Egg aparqué el coche en el cobertizo y me senté un rato en el jardín, en un cortacésped abandonado. Ya no soplaba el viento, que había dejado una noche clara y ruidosa, con alas que batían en los árboles y el sonido persistente de un órgano, como si el fuelle poderoso de la tierra insuflara vida a las ranas. La silueta de un gato se movió vacilante a la luz de la luna y, al volver la cabeza para mirarlo, vi que no estaba solo: a unos quince metros de distancia una figura había surgido de la sombra de la mansión de mi vecino y de pie, con las manos en los bolsillos, contemplaba la pimienta plateada de las estrellas. Algo en la lentitud de sus movimientos y en la seguridad con que apoyaba los pies en el césped me sugirió que se trataba de mister Gatsby, que había salido a calcular qué parte le correspondía del firmamento local.



"Gatsby creía en la luz verde, el futuro orgiástico que año tras año retrocede ante nosotros. Se nos escapa ahora, pero no importa, mañana correremos más, alargaremos más los brazos y llegarán más lejos... Y una buena mañana....

Así seguimos, golpeándonos, barcas contracorriente, devueltos sin cesar al pasado."

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"Gatsby believed in the green light, the orgastic future that year by year recedes before us. It eluded us then, but that’s no matter—tomorrow we will run faster, stretch out our arms farther…. And one fine morning—— 

So we beat on, boats against the current, borne back ceaselessly into the past."