viernes, 20 de enero de 2012

"El cuento", de Joseph Conrad



En una pequeña colección de bolsillo, Alpha Mini, encuentro esta pequeña joya de Joseph Conrad. "El cuento" es en realidad una caja china o muñeca rusa, un cuento dentro de otro cuento, que convergen en las líneas finales para cobrar todo su sentido. Magistral de principio a fin. Con un par de frases, Conrad es capaz de crear la atmósfera necesaria para leer y entrar en otra historia, que aparentemente poco tiene que ver con la primera.

"Al otro lado del ventanal, la luz crepuscular se extinguía poco a poco en un gran brillo cuadrado sin color enmarcado entre las sombras crecientes de la habitación. Era una habitación alargada. La irresistible marea de la noche se apoderaba de su extremo más apartado, donde la susurrante voz de un hombre, apasionadamante interrumpida y apasionantemente reanudada, parecía protestar contra los murmullos de infinita tristeza que le respondían."

En ese entorno de oscuridad y sombra, un oficial de la marina británica le cuenta a una mujer una historia de guerra ubicada en el mar, en la Primera Guerra Mundial. Sólo al final sabremos que el narrador es uno de los protagonistas de la otra historia y entenderemos la verdadera naturaleza del cuento, un cuento sobre el bien y el mal, sobre la responsabilidad y la culpa y sobre el horror de la guerra. Una maravilla. Creo que leer o releer a Conrad va a ser uno de los propósitos de este año.




PD: No puedo evitar leyendo este cuento de marinos, acordarme de algún capitán de crucero de plena actualidad. Qué diferencia de altura. ¿Que diría el viejo Conrad?.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No conocía este libro de Conrad y me aptece mucho. Gracias por tu entrada.

Gonzalo Muro dijo...

Gracias por la entrada. Tengo un poco abandonado a este autor del que sólo he leído un cuento, Lord Jim y El corazón en las tinieblas.

Tomo nota.
Saludos.

Golem dijo...

Gracias a vosotros por seguirme y dejar rastro con vuestros comentarios. Conrad es uno de esos escritores a los que siempre vale la pena volver. Espero que os guste.

Saludos