jueves, 21 de junio de 2012

"Asesinato en el kibutz", de Gatya Gurb



Me habían hablado muy bien de Batya Gurb, y la perspectiva de leer novela negra que transcurre en Israel me reultaba atractiva. Sin embargo, no he tenido éxito. Al menos este asesinato en el kibbutz me ha resultado tan cerrado como el mundo que describe.

Si hay alguien ahí afuera, ¿vale la pena seguir intentándolo?. ¿Recomendáis algún libro en concreto?

"Batya Gur vuelve a presentarnos al comisario israelí Michael Ohayon, ahora decidido a resolver un crimen que ha tenido lugar en una sociedad compleja y cerrada: el kibbutz. Informado repetidamente de que "quien no haya vivido en un kibbutz no puede comprender cómo es la vida allí", Ohayon penetra con mayor determinación el espíritu del mundo que debe investigar. De forma gradual, revelando poco a poco los secretos del kibbutz, desenmascarando todas las contradicciones de este estilo de vida tan idealizado, Batya Gur logra crear una ingeniosa y original novela policíaca que examina la crisis de fe política e ideológica de la sociedad israelí a través del fascinante mundo del kibbutz."


domingo, 17 de junio de 2012

"La palabra se hizo carne", de Donna León


Un Brunetti al año no hace daño. Donna Leon acude a la cita anual con sus lectores con un nuevo caso, que transcurre esta vez en el mundo de los mataderos y la carne industrial. No apto para estómagos sensibles, aviso. No estando mal, me gustó mucho más el "Testamento mortal" anterior. Pero tampoco defrauda.

Y por cierto, no entiendo nada del título ni de la portada de la edición española. ¿Vende más el morbo religioso que el morbo carnicero?. El título original, "Beastly Things", corresponde a la novela. La versión española, ni por asomo.

"El cadáver de un hombre desfigurado aparece flotando en un canal. No hay denuncias de desapariciones, el hombre no lleva documentación, ha perdido un zapato, y Brunetti sólo cuenta con el informe del forense para su investigación: el difunto sufría una extraña enfermedad. Sin embargo, el comisario tiene la rara intuición de que conoce a la víctima; inexplicablemente, sabe que tiene los ojos claros. Siguiendo el rastro de una posible pista, Brunetti llegará hasta el matadero de Preganziol, en Mestre, fuera de su territorio habitual. ¿Quién es este hombre sin rostro ni pasado? ¿Quién y por qué lo eliminó? Un caso sin apenas información es un reto para el comisario Brunetti, que deberá sumergirse en las zonas más desconocidas de la siempre inquietante Venecia." 


jueves, 14 de junio de 2012

"Con el agua al cuello", de Petros Márkaris



Para acabar con Márkaris por ahora, porque desgraciadamente no hay mas libros publicados en español por el momento. Siguiendo con ese estilo tan personal en el que lo familiar avanza lentamente y en cambio, la historia va a su ritmo, el Comisario Karitos llega a la vez a la boda de su hija y a la crisis económica griega. En ese contexto transcurre una novela en la que aparecen varios cadáveres de personajes con fuertes implicaciones económicas, aunque al final nada es lo que parece. "Con el agua al cuello" en la traducción española o algo así como "Créditos vencidos" en el título original.

"Un caluroso domingo del verano de 2010, el comisario Jaritos asiste a la boda de su hija Katerina, esta vez por la Iglesia y con fanfarria musical. Al día siguiente, poco después de llegar a Jefatura, le informan del asesinato de Nikitas Zisimópulos, antiguo director de banco, degollado con un arma cortante. El macabro homicidio coincide con una campaña que alguien, amparándose en el anonimato, ha emprendido contra los bancos, animando a los ciudadanos a que boicoteen a las entidades financieras y no paguen sus deudas e hipotecas. Lo cierto es que Grecia, al borde de la bancarrota, pasa por un momento muy crítico, y la población no duda en salir a la calle para quejarse de los recortes en sueldos y pensiones. Para colmo, Stazakos, el jefe de la Brigada Antiterrorista, sostiene que el asesinato de Zisimópulos podría ser obra de terroristas. Jaritos, en desacuerdo con esa hipótesis, tendrá que apañárselas con sus dos ayudantes para enfrentarse a un asesino cuyos crímenes apenas acaban de empezar."

Si tengo que decir la verdad, no es la novela que mas me ha gustado de la serie, porque tal vez esperaba más todavía. Junto a algunas reflexiones muy divertidas y acertadas, la parte de investigación criminal de base financiera pone de manifiesto bastantes debilidades y desconocimientos. Pero en el fondo da igual. Hay que leerla. Se entiende mejor la situación griega y también la española. Y además, resulta muy divertida, en particular estos días de Eurocopa. Da la casualidad de que la novela transcurre en pleno Mundial de fútbol, dando paso a algunos fragmentos inolvidables. No resisto la tentación, aún a riesgo de infringir alguna ley, de copiar dos textos, que me parecen geniales, y que dan idea de la solidaridad profunda de los griegos con los españoles, de la que deberíamos aprender .

El primero, de antes de la final:

"—¿Qué pasa, chicos?
—Nada, hablamos de lo de esta noche —explica Dermitzakis.

—¿Qué pasa esta noche? —En mi mente ha quedado registrado que Katerina y Fanis
vienen a cenar. El Mundial se me ha borrado por completo.
Los tres me miran atónitos.

—Se juega la final del Mundial, señor comisario —me recuerda Kula.

—Y, por supuesto, todos apoyamos a España —interviene Vlasópulos, en la cuerda de
Fanis.

—¿Por qué?

—No queremos que el Fondo Monetario Internacional gane el Mundial, señor comisario
—se apasiona Kula—. Nos lo han quitado todo; no se quedarán también con el Mundial.
—Puede que nos lo hayan quitado todo, pero son los únicos que nos sueltan un poco
de pasta ahora que nos han cerrado todos los grifos.
—Se lo explicaré para que lo entienda, señor comisario —dice Vlasópulos, que lleva
más tiempo a mi servicio y sabe que las finanzas no son lo mío—. Esto es como los
informadores de la policía. Te pasan la información pero nunca te caen bien. Lo mismo
ocurre con el Fondo Monetario. Ni aunque te pase dinero lo tragas. Así de sencillo."


Y el segundo, inolvidable Iniesta:

"—¡Gooooool! —gritan Fanis y Katerina levantándose de un salto.
—¡Andrés, eres un dios! —vocifera mi hija.
—Uno es un santo y el otro es dios. Que la Virgen nos ampare —dice Adrianí—. Oye,¿por qué no juega al fútbol el sínodo de los obispos? Ganaría todos los partidos.
En los últimos minutos del partido, a Fanis y a Katerina poco les falta para meterse en
el televisor en su afán por animar a los españoles. Termina el encuentro.
Fanis salta de alegría.
—¡Sí, sí, hemos ganado!
—¡Campeones, campeones, oé, oé, oé! -corea Katerina en español.
—¿Qué significa eso? —pregunta Adrianí.
—¡Que hemos ganado, mamá! ¡Campeones del mundo! —le explica Katerina y se va a
la cocina."

 Que conste que si los copio, es para animaros a comprar y leer el libro.


miércoles, 13 de junio de 2012

"El mapa del tiempo", de Félix G. Palma



Una novela atípica en el panorama literario español. Transcurre en Londres a finales del siglo XIX. Habla de viajes en el tiempo. Uno de los protagonistas es nada menos que H.G.Wells. Ya sólo por eso, por el esfuerzo que significa salirse de lo habitual, habría que hablar bien de Félix J. Palma. Pero es que además, la novela está bien construida y bien resuelta. Se hace entretenida y te deja con ganas de leer la segunda parte de lo que promete ser una Trilogía Victoriana. Francamente bien.


"Londres, 1896. Innumerables inventos hacen creer al hombre que la ciencia es capaz de conseguir lo imposible, como demuestra la aparición de la empresa Viajes Temporales Murray, que abre sus puertas dispuesta a hacer realidad el sueño más codiciado de la humanidad: viajar en el tiempo, un anhelo que el escritor H. G. Wells había despertado un año antes con su novela La máquina del tiempo. De repente, el hombre del siglo XIX tiene la posibilidad de viajar a otras épocas, como hace Claire Haggerty, una joven acaudalada e insatisfecha que está convencida de que ninguno de sus pretendientes puede ofrecerle el amor verdadero. Esa insatisfacción la llevará a viajar al año 2000, donde se enamorará de un hombre del futuro, un hombre que en su época aún no ha nacido, con quien vivirá una historia de amor a través del tiempo. Pero no todos desean ver el mañana. Andrew Harrington es un joven que pretende suicidarse al comprender que nada podrá borrar el dolor que que siente por la muerte de su amada, una prostituta llamada Mary Kelly, que fue la última víctima de Jack el Destripador. Pero abandona la idea cuando le ofrecen viajar ocho años en el pasado para salvarla de la muerte él mismo. Y el propio H. G. Wells sufrirá los riesgos de los viajes temporales cuando un viajero del futuro llegue a su época con la intención de matarlo para publicar sus novelas con su nombre, obligándolo a emprender una desesperada huida a través del tiempo, atravesando la II Guerra Mundial y los años ochenta hasta perderse en un futuro tan remoto como insondable.

En El mapa del tiempo Félix J. Palma teje una fantasía histórica tan imaginativa como trepidante, una historia llena de amor y aventuras que rinde homenaje a los comienzos de la ciencia ficción, y transportará al lector al fascinante Londres victoriano en su propio viaje en el tiempo."

martes, 12 de junio de 2012

"Muerte de una heroína roja", de Qiu Xiaolong



Uno de mis objetivos de este año lector es el de abrir horizontes y que la novela negra me ayude a entender otras realidades. No me apunto a algunos desafíos que circulan por ahí, el Global Reading Challenge o similares, por falta de disciplina, por no traicionar el principal motivo de mi lectura que es el del placer, sin obligaciones. Pero eso no impide que por placer, me apetezca abrir horizontes este año. En esa línea, uno de las primeros títulos caídos ha sido este "Muerte de una heroína roja", de Qiu Xialong, escritor nacido en Shangai, afincado hoy en los Estados Unidos.

Publicada en el año 2000, aunque la acción transcurre en 1990, la novela presenta al Inspector Jefe Chen Cao investigando un complejo caso de asesinato de una joven, cuyo cadáver desnudo aparece en un canal. La investigación de la joven, que resultará ser una trabajadora modelo del partido, llevará pronto a una compleja trama de relaciones entre cuadros del partido, viejos y nuevos, y a una aproximación muy interesante de la compleja realidad china. Impactantes, por ejemplo, las descripciones de los modos de vida de las familias y la problemática de la vivienda. Qué lejos de nuestra realidad.

Me ha resultado apasionante, pese a algún altibajo en la historia. Creo que repetiré, para ir viendo la evolución de los personajes y para acercarme a la realidad mas actual.

La página oficial del autor es http://www.qiuxiaolong.com/





lunes, 11 de junio de 2012

"Abades", de Pierre Michon


Otra miniatura de Michon. Tres textos sobre abadías en el Norte de Francia. Tres relatos precisos que nos hablan de las primeras generaciones de benedictinos, alredededor del año mil. Michon es poesía pura.

"Cuan mudables y próximas a lo incierto son todas las cosas."


domingo, 10 de junio de 2012

"Muerte en Estambul", de Petros Márkaris


De vuelta por aquí. Mas de un mes sin decidirme a escribir. Mezcla de astenia de primavera y depresión post-bankial. Pero ya que nos rescatan, habrá que hacerse el ánimo y volver a las andadas, que dentro de nada voy para cuatro años casi sin darme cuenta.

Los ataques de pereza afectan a la escritura pero no a las ganas de leer, así que se me han acumulado mas de veinte títulos sin reseñar. Hay que darles salida antes de que el atasco sea ya irresoluble.

Para empezar, otro Markaris, "Muerte en Estambul". Casi diría que es el que más me ha gustado de toda la serie del Comisario Jaritos. Y se aprende mucho de la historia de la ciudad y de las complejas y  difíciles relaciones entre la comunidad griega y la turca. Altamente recomendable.

"Tras la boda de su hija Katerina, el comisario Kostas Jaritos decide tomarse unos días de descanso y viajar con Adrianí, su temperamental mujer, a Estambul, ciudad estrechamente relacionada con la historia de Grecia. Así pues, mezclado con cientos de turistas, Jaritos se lanza a admirar iglesias, mezquitas y palacios mientras degusta la gastronomía del lugar y discute no sólo con su mujer sino también con los miembros del grupo con el que viaja. Sin embargo, todo se tuerce cuando algo aparentemente tan nimio como la desaparición de una anciana en un pueblo de Grecia se convierte de pronto en un caso de asesinato, pues informan a Jaritos de que han encontrado muerto a un pariente de esa anciana... y de que ésta se dirige a Estambul. Jaritos tendrá que trabajar codo con codo con el suspicaz comisario turco Murat, e irá internándose en la pequeña comunidad que conforman los griegos que todavía, tras el éxodo masivo que protagonizaron en 1955, permanecen en la ciudad."

domingo, 29 de abril de 2012

"Yo, mi, me,...contigo", de David Safier



"Maldito Karma" me hizo gracia, sin entusiasmarme. "Jesús me quiere" me gustó incluso un poco más. Pero para yo, mi, me, conmigo, la fórmula Safier se está agotando. Esta última novela, en la que la protagonista se reencarna en Shakespeare, ya no tiene casi gracia. O el propio Safier se reinventa pronto, o la fórmula no da para más.

    

jueves, 26 de abril de 2012

"El sabueso de los Baskerville", de Arthur Conan Doyle



"El sabueso de los Baskerville" (The Hound of the Baskervilles) es la tercera novela de A. Conan Doyle con Sherlock Holmes. Fue publicada por entregas en "The Strand Magazine" entre 1901 y 1902. Poco que añadir a un clásico. Lo mejor, releerla.

"Habíamos dejado atrás y abajo las tierras fértiles. Al volver la vista contemplábamos los rayos oblicuos de un sol muy bajo que convertía los cursos de agua en hebras de oro y que brillaba sobre la tierra roja recién removida por el arado y sobre la extensa maraña de los bosques. El camino que teníamos ante nosotros se fue haciendo más desolado y silvestre por encima de enormes pendientes de color rojizo y verde oliva, salpicadas de peñascos gigantescos. De cuando en cuando pasábamos junto a una de las casas del páramo, con las paredes y el techo de piedra, sin planta trepadora alguna para dulcificar su severa silueta. De repente nos encontramos ante una depresión con forma de taza, salpicada de robles y abetos achaparrados, retorcidos e inclinados por la furia de años de tormentas. Dos altas torres muy estrechas se alzaban por encima de los árboles. El cochero señaló con la fusta.

-La mansión de los Baskerville -dijo.

Su dueño se había puesto en pie y la contemplaba con mejillas encendidas y ojos brillantes. Pocos minutos después habíamos llegado al portón de la casa del guarda, un laberinto de fantásticas tracerías en hierro forjado, con pilares a cada lado gastados por las inclemencias del tiempo, manchados de líquenes y coronados por las cabezas de jabalíes de los Baskerville. La casa del guarda era una ruina de granito negro y desnudas costillas de vigas, pero frente a ella se alzaba un nuevo edificio, construido a medias, primer fruto del oro sudafricano de Sir Charles.

A través del portón penetramos en la avenida, donde las ruedas enmudecieron de nuevo sobre las hojas muertas y donde los árboles centenarios cruzaban sus ramas formando un túnel en sombra sobre nuestras cabezas. Baskerville se estremeció al dirigir la mirada hacia el fondo de la larga y oscura avenida, donde la casa brillaba débilmente como un fantasma."

lunes, 23 de abril de 2012

"Sin noticias de Gurb", de Eduardo Mendoza


Después de leer sobre la Atenas pre-olímpica de la mano del Comisario Jaritos y al ver que Eduardo Mendoza publica nuevo libro, "El enredo de la bolsa y la vida", se me ha ocurrido releer, esta vez de un tirón, el famoso "Sin noticias de Gurb", que el autor publicó, por entregas diarias, allá en el año 1991 en "El País" y que cuenta las andanzas de dos extraterrestres que aterrizan en la Barcelona de Maragall. La historia la cuenta uno de los dos, que sale a la búsqueda de su compañero, Gurb, que se ha perdido por Barcelona con la apariencia de Marta Sánchez. Lo mejor que puedo decir es que me he reído tanto o más que la primera vez que la leí. Si queréis pasar un buen rato, recomendable de todas todas.

viernes, 20 de abril de 2012

"Los demonios de Berlín", de Ignacio del Valle




Me gustó mucho la anterior novela de Ignacio del Valle, "El tiempo de los emperadores extraños". Esperaba más de "Los demonios de Berlín". Me ha resultado algo larga y confusa. Aún así, la recomiendo. No es frecuente el esfuerzo de ambientación y documentación que hace Del Valle para recrear el Berlín de los días de la caída del Reich, los días del hundimiento.


"Arturo Andrade, soldado de la División Azul a quien ya conociéramos en El tiempo de los emperadores extraños, vuelve a protagonizar uno de los episodios más siniestros de la historia contemporánea: el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Berlín, 1945. Los soviéticos avanzan, imparables, por las calles llenas de escombros, la lucha es durísima en la ciudad y la derrota alemana, inminente. Arturo Andrade está en medio de aquel caos. Su misión: hallar a Ewald von Kleist, un científico alemán, a quien encuentra muerto en la cancillería del Reich con un misterioso diagrama en los bolsillos.

Así comienza este thriller escrito con pasión y rigor documental, que con un ritmo que no da respiro al lector nos acerca a un personaje que deberá enfrentarse a múltiples demonios, ajenos y propios, para salvar lo único que parece escapar a ese entorno atroz: el amor de una mujer."

Y por cierto, y al hilo de la novela, nunca valoraremos lo suficiente que fueran los americanos los primeros en tener la "bomba". A veces la historia se escribe al filo de la navaja.

PD: Si a alguien, como a mí, le apasiona Berlín, le recomiendo el extraordinario libro de Anthony Beevor, "Berlín. La caída, 1945", que reconstruye esos días con la minuciosidad del historiador, pero con la agilidad de un buen narrador. Aún mejor que la novela.



martes, 17 de abril de 2012

"Un caso del Comisario Jaritos y otros cuentos", de Petros Márkaris



El siguiente Márkaris. Un libro de relatos breves, con escasa presencia de Jaritos. Ubicado temporalmente antes de las Olimpiadas de Atenas, está marcado sobre todo por el protagonismo de los inmigrantes y de los desheredados. Resulta curioso leerlo en la perspectiva de la actual crisis griega. Incluso en sociedades pobres, siempre hay gente aún más pobre.

"Nueve relatos, nueve casos policíacos en los que se ven involucrados inmigrantes albaneses, de países del Este o subsaharianos; en los que intervienen asesinos, sicarios, viejos racistas o camareros; que se desarrollan en Atenas, en los prolegómenos de la cita olímpica de 2004. Historias como el asesinato de tres árabes en las inmediaciones de las instalaciones olímpicas o el que comete un camarero sudanés tras ganar una quiniela."

domingo, 15 de abril de 2012

"El Titanic", de Joseph Conrad



Ahora, a las 2,20 horas, hace exactamente cien años que se hundió el Titanic, el 15 de abril de 1912. Joseph Conrad, que había sido marino antes de dedicarse a la escritura, se vió profundamente impactado, primero por la catástrofe y después por la despreciable investigación que se realizó para establecer sus causas. En el mismo año 1912 publicó dos artículos en la "English Review", en los que deja constancia de sus reflexiones, tanto técnicas como sociales. Y su voz no puede ser más clara: los dos motivos principales de la catástrofe fueron la soberbia y la avaricia de los hombres. Y los ejemplos son muchos. Botes con menos de la mitad de plazas que personas a bordo. "Si no pueden conseguir tantos botes, vendan menos pasajes. No hagan naufragar a tanta gente en la noche mas calma y hermosa que jamás se ha conocido en el Atlántico Norte". O un capitán que no hizo caso de los numerosos avisos recibidos y que no quiso reducir la velocidad, sin duda para demostrar que podía llegar antes que sus competidores.  

Lo más triste es que como el propio Conrad afirma "Los hombres no cambian. No mucho." 

Vale la pena leer los dos artículos que ha publicado Editorial Gadir en un pequeño volumen, con algunos materiales gráficos complementarios y con un magnífico prólogo de Fernando Baeta. Vale la pena leer lo que Conrad afirma que es "la cruda verdad desprovista de la romántica vestimenta con que la prensa ha envuelto este desastre del todo innecesario."


Si alguien se anima, en la red están los artículos originales en inglés:


SOME REFLECTIONS ON THE LOSS OF THE TITANIC (1912)


CERTAIN ASPECTS OF THE ADMIRABLE INQUIRY INTO THE LOSS OF THE TITANIC (1912)




viernes, 13 de abril de 2012

"El loro de Flaubert", de Julian Barnes


No había leído antes un libro completo de Barnes. Tan solo el primer capítulo de "Una historia del mundo en diez capítulos y medio", el que habla del Arca de Noé, que me pareció muy divertido.

"El loro de Flaubert" es un libro inclasificable, basado en distintas aproximaciones a la obra y la biografía de Gustave Flaubert, mezcla de ensayo, novela, biografía y más cosas. A mí me ha gustado bastante, pero reconozco que puede ser duro para muchos, por lo específico del tema.

miércoles, 11 de abril de 2012

"El signo de los cuatro", de Arthur Conan Doyle




Segunda de las cuatro novelas o relatos largos de Holmes, publicada en 1890, tres años después del "Estudio en escarlata". Muy entretenida. Según la Wiki, es en el único relato en el que Holmes aparece explícitamente consumiendo cocaína.

"La petición de una mujer a Sherlock Holmes para acompañarla a visitar a un hombre y la muerte del hermano del mismo, lo lleva a descubrir, junto al Dr. Watson, el secreto que hay tras un tesoro encontrado en la India, un juramento entre tres indios, un blanco y una enloquecedora sed de venganza."

lunes, 9 de abril de 2012

"Con los ojos cerrados", de Gianrico Carofiglio



Otro descubrimiento. Tenía varias referencias sobre el autor y esta novela en concreto, y no me ha defraudado. Carofiglio se suma al plan infinito. Aquí podéis encontrar una buena reseña. Gracias, Jose Ignacio.


domingo, 8 de abril de 2012

"Suicidio perfecto", de Petros Márkaris


Otro Márkaris. Tercero de la serie del Comisario Jaritos y cuarto que leo. Ya he dicho varias veces que me gusta mucho el escritor griego. Tal vez no sea la mejor novela de la serie, pero se lee muy bien. Esta vez la novela transcurre en la Atenas pre-olímpica. Por cierto, si a otros detectives les obsesiona la comida, la verdadera obsesión de Jaritos es el tráfico.

"Tras haber sobrevivido al disparo recibido mientras resolvía su anterior caso (Defensa cerrada), el comisario Jaritos arrastra una aburridísima existencia de convaleciente lejos del ajetreo policial. Una noche, mientras ve pasar las noticias por el odiado televisor, una escena lo arranca de cuajo de la mediocre monotonía en que ha caído: en medio de una entrevista, un célebre empresario griego saca una pistola y comete un acto que deja pasmados a todos los televidentes."


sábado, 7 de abril de 2012

"La nochevieja de Montalbano", de Andrea Camilleri


 
Siguiente título de la serie de Montalbano. Otro libro de relatos breves, al igual que el anterior.  Simplemente delicioso. Por cierto, el título original es "Gli arancini de Montalbano". Igual estoy cometiendo algún delito, pero no puedo evitar la tentación de dar la clave del título (y la receta):



"Al regresar a su casa de Marinella, encontró en la mesa de la cocina una nota de su asistenta Adelina.
«Perdone si me premite que mañana no baya que es nochevieja y aprovechando que mis dos ijos están en libertaz preparo los arancini que tanto les gustan. Si usía me ace el onor de pasar a comer la direccion ya la sabe.»
Adelina tenía dos hijos delincuentes que entraban y salían de la cárcel: era una pura casualidad, tan insólita como la aparición del cometa Halley, que ambos se encontraran simultáneamente en libertad. Y, por consiguiente, el acontecimiento merecía celebrarse por todo lo alto con unos arancini.
—¡Dios mío, los arancini de Adelina! Los había saboreado sólo una vez: un recuerdo que seguramente le había penetrado en el ADN, en su patrimonio genético.
Adelina tardaba dos días enteros en prepararlos. Se sabía de memoria la receta. La víspera se prepara un estofado de ternera y carne de cerdo a partes iguales que tiene que cocer a fuego muy lento durante horas y horas con cebolla, tomate, apio, perejil y albahaca. Al día siguiente, se prepara un arroz, el que llaman a la milanesa (¡pero sin azafrán, por favor!), se vierte todo sobre una mesa, se mezcla con los huevos y se deja enfriar. Entre tanto, se hierven los guisantes, se hace una besamel, se cortan en trocitos unas lonchas de salchichón y se mezcla todo con la carne estofada y triturada a mano con la tajadera (¡nada de batidoras, por el amor de Dios!). Al arroz se le añade el jugo de la carne. A continuación, se coge un poco, se coloca en la palma de la mano ahuecada, se le agrega una cucharada de la mezcla anterior y se cubre con un poco más de arroz para formar una albóndiga. Cada albóndiga se pasa por harina y después por clara de huevo y pan rallado. Luego, todos los arancini se echan en una sartén con aceite muy caliente y se fríen hasta que adquieren un color de oro viejo. Se escurren sobre papel. ¡Y, al final, loado sea el Señor, se comen!
Montalbano no tuvo ninguna duda acerca de con quién iba a cenar en Nochevieja. Sólo una pregunta lo preocupó antes de conciliar el sueño: ¿conseguirían los dos hijos de Adelina permanecer en libertad hasta el día siguiente?"



viernes, 6 de abril de 2012

"HHhH", de Laurent Binet


Uno de los mejores libros que he leído en los últimos meses. "HHhH". Detrás de esas letras se oculta la expresión 'Himmlers Hirn heibt Heydrich', el cerebro de Himmler se llama Heydrich. Una aproximación novelada al atentado que acabó con la vida de Heydrich en Praga y que desató una durísima represión. Si de todos los libros del trimestre tuviera que seleccionar uno, éste estaría sin duda, entre los finalistas. 

No resisto la tentación de reproducir unos textos del libro:

"5 
Poco tiempo después de mi llegada a Eslovaquia, conocí a una joven eslovaca muy bella de la que caí perdidamente enamorado y con la que iba a vivir una historia pasional que duraría casi cinco años. Gracias a ella pude obtener algunas informaciones suplementarias. Por de pronto, el nombre de los protagonistas: Jozef Gabčík y Jan Kubiš. Gabčík era el eslovaco y Kubiš el checo; al parecer, debido a la consonancia de sus patronímicos respectivos, es imposible confundirlos. En todo caso, aquellos dos hombres parecían ya formar parte integrante del paisaje histórico: de hecho, Aurelia, la joven en cuestión, había aprendido sus nombres en la escuela, como cualquier otro niño checo o eslovaco de su generación, creo yo. Por lo demás, ella conocía el episodio a grandes rasgos, pero apenas si sabía algo más que mi suboficial. Tuve que esperar dos o tres años para tomar conciencia de lo que siempre había sospechado realmente: que aquella historia sobrepasaba en intensidad novelesca las más improbables ficciones. Y esto lo descubrí casi por azar.

Había alquilado para Aurelia un piso situado en el centro de Praga, entre el castillo de Vyšehrad y Karlovo náměstí, la plaza Carlos. Pues bien, de esta plaza sale una calle, la ulice Resslova, que llega hasta el río, donde se encuentra ese extraño edificio de cristal que parece ondular en el aire y que los checos llaman «Tančicí Dům», la casa que baila. En esa calle Resslova, en la acera de la derecha según se baja, hay una iglesia. En uno de los laterales de esa iglesia hay una claraboya en torno a la cual son bien visibles en la piedra numerosos impactos de bala, y una placa, que menciona entre otros los nombres de Gabčík y de Kubiš, así como el de Heydrich, cuyo destino está desde entonces ligado al de ellos para siempre. Yo había pasado decenas de veces por delante de aquella claraboya sin fijarme ni en los impactos de bala ni en la placa. Pero un día me detuve: había dado con la iglesia donde los paracaidistas se habían refugiado después del atentado.

Volví luego con Aurelia a una hora en que la iglesia estaba abierta y pudimos visitar la cripta.

Y en la cripta estaba todo.

6
Estaban las huellas, aún terriblemente frescas, del drama que se había consumado en aquella sala apenas sesenta años antes: el reverso de la claraboya que se ve desde el exterior, el túnel excavado unos pocos metros, los impactos de las balas en las paredes y en el techo abovedado, dos pequeñas puertas de madera. También había unas fotos con los rostros de los paracaidistas, estaba el nombre de un traidor en un texto redactado en checo y en inglés, había un impermeable vacío, un morral, una bici, todo ello reunido dentro de una vitrina, por supuesto había una metralleta Sten, de esas que se encasquillan en el peor momento, había mujeres evocadas, había imprudencias mencionadas, estaba Londres, estaba Francia, había legionarios, había un gobierno en el exilio, había un pueblo con el nombre de Lidice, había un joven centinela que se llamaba Valčík, había un tranvía que pasa, también éste, en el peor momento, había una máscara mortuoria, había una recompensa de diez millones de coronas para el hombre o la mujer que delatase, había cápsulas de cianuro, había granadas y gente para lanzarlas, había emisoras de radio y mensajes codificados, había un esguince en el tobillo, estaba la penicilina que sólo se podía conseguir en Inglaterra, había una ciudad entera bajo el poder de aquel a quien apodaban «El Verdugo», había banderas con la cruz gamada e insignias con calaveras, había espías alemanes que trabajaban para Inglaterra, había un Mercedes negro con un neumático reventado, había un chófer, había un carnicero, había dignatarios alrededor de un ataúd, había policías inclinados sobre unos cadáveres, había represalias terribles, estaba la grandeza y la locura, la debilidad y la traición, el valor y el miedo, la esperanza y la pena, todas las pasiones humanas estaban reunidas en unos pocos metros cuadrados, estaba la guerra y estaba la muerte, había judíos deportados, familias masacradas, soldados sacrificados, había venganza y cálculo político, había un hombre que, entre otros, tocaba el violín y practicaba esgrima, había un cerrajero que nunca pudo ejercer su oficio, estaba el espíritu de la Resistencia que se quedó grabado para siempre en esos muros, estaban los rastros de la lucha entre las fuerzas de la vida y las de la muerte, estaban Bohemia, Moravia, Eslovaquia, estaba toda la historia del mundo contenida dentro de unas pocas piedras.

Fuera había setecientos SS."



He pasado muchas veces en Praga por la calle Resslova sin darme cuenta de todo lo que había allí, en la cripta. Cuando vuelva a la ciudad, creo que tengo la obligación de pasar por allí. 


Postdata: He visto una serie en la 2 de Rtve, muy interesante, sobre los cazadores de nazis. Uno de los episodios reconstruía francamente bien toda esta historia. Es un buen complemento al libro.


jueves, 5 de abril de 2012

"El jardinero nocturno", de George Pelecanos



Uno de los objetivos del año es descubrir nuevos autores y ampliar el espacio geográfico donde transcurren las novelas. Uno de los nuevos es George P. Pelecanos (1957, Washington). Autor consagrado y escritor de guiones, entre otros, los de la serie de culto "The Wire".
"El jardinero nocturno" es una muy buena historia. Los policías de sus novelas son lo más parecido a gente normal que me he encontrado en la serie negra.

"Cuando el cadáver de un adolescente aparece en un parque público de Washington, el detective Gus Ramone revive con intensidad una investigación en la que participó veinte años atrás. El asesino, a quien los medios dieron en llamar el Jardinero Nocturno, sembró de víctimas los parques de la ciudad y salió impune. El nuevo crimen reunirá a los tres hombres que participaron en aquel caso y les dará la oportunidad de cerrarlo. Tal vez ahora consigan atrapar al Jardinero Nocturno.."



miércoles, 4 de abril de 2012

"El libro de las horas contadas", de José María Merino



Como se acumulan los libros leídos desde principios de año sin comentar, voy a darles en los próximos días una salida rápida con un comentario breve para no perder el hilo de mis lecturas. Me da más pereza escribir que leer.

Ya hablé un poco en febrero de Jose María Merino. Este "Libro de las horas contadas", mezcla de relato largo construido a fragmentos y pequeños microrrelatos me ha gustado pero no me ha entusiasmado. Creo que Merino tiene obras mucho mejores.


miércoles, 28 de marzo de 2012

"Viajes y otros viajes", de Antonio Tabucchi




Sostiene Tabucchi que nunca ha hecho viajes para escribir sobre ellos, porque "sería como si uno quisiera enamorarse para poder escribir un libro sobre el amor."

Sostiene Tabucchi que de niño tenía un tío que le llevaba a Florencia desde su campiña toscana para descubrir a Giotto; que en Pisa hay callejas pequeñas que merecen ser descubiertas; que Mougins es uno de los pueblos mas hermosos de la Provenza; que en Hernani hay (había) un museo que es uno de los regalos mas hermosos que un artista, Chillida, puede legar a su pueblo; que de la India nunca se sabe lo bastante; o que en su amada Lisboa, nadie visita la Rua da Saudade.

Sostiene muchas más cosas en este maravilloso libro de viajes, que puede leerse como un libro de horas. Recojo la nota del editor:

"Unos textos reunidos en este libro que sobre el mapa del mundo despliega el mundo contiguo de las vastas lecturas que han anticipado, provocado y acompañado siempre esos viajes. De esta forma, vemos a Tabucchi sentado en el zócalo de la estatua del abate Faria en Goa, en la India; delante del templo de Poseidón, en el Cabo Sunión, en Grecia; en el «cementerio marino» de Sète, en Languedoc. Y allí, con él, compartimos las reminiscencias de El conde de Montecristo, los versos de Sophia de Mello Breyner, el «mar que se repite» de Paul Valéry. Lo vemos de noche atisbando las grandes estatuas barrocas de Aleijadinho en Congonhas do Campo, en Brasil, o dejándose inspirar por Cortázar en las salas de Paleontología del Jardin des Plantes, en París. Y además se vuelve presencia afectuosa cuando nos acompaña por «su» Lisboa. No obstante, el mapa ideal de este libro se abre también a lugares que visitamos «por persona interpuesta»: las ciudades fantásticas de los escritores, las geografías imaginarias, las historias literarias."


Pero al final, sostiene Tabucchi que en su libro, "tal vez falten los viajes mas extraordinarios. Son los que no he hecho, los que nunca podré hacer. Que permanecen sin escribir, o encerrados en su propio alfabeto secreto bajo los párpados, por las noches. Después nos quedamos dormidos, y levamos anclas."

Antonio Tabucchi ha levado anclas definitivamente hace unos días. Como siempre, leerlo (releerlo) es el mejor homenaje posible.


jueves, 22 de marzo de 2012

"Purga", de Sofi Oksanen


Un libro extraordinario. Durísimo. Una novela sobre dos mujeres. Ambientado en la Letonia post-comunista. Narra el encuentro de dos mujeres. Una, mayor, superviviente del nazismo y del comunismo, oculta un terrible secreto. Otra, joven, huye de su presente, de las mafias y la prostitución. Realmente impresionante. Entre muchas otras cosas, una demostración de cómo la violencia contra las mujeres persiste en el tiempo, adoptando muchas y variadas formas.

Hay muchas reseñas en la red. Prefiero copiar dos párrafos:

"Sin embargo, el pánico de la chica era tan palpable que Aliide de repente lo sintió en carne propia. Dios mío, su cuerpo recordaba aquella sensación, la recordaba tan bien que se sentía vulnerable en cuanto la descubría en los ojos de alguien. ¿Y si la joven tenía razón? ¿Y si de verdad existían razones para temer lo que temía, que su marido estuviese allí? La capacidad de Aliide de aterrorizarse era algo del pasado. La había dejado atrás, y los que tiraban piedras la traían sin cuidado. Pero ahora, con aquella desconocida en su cocina esparciendo su miedo desnudo por el mantel de hule, ya no era capaz de expulsarlo como debía, y dejó que se deslizase entre el empapelado y la cola vieja, en los huecos que habían quedado tras retirar las fotografías para esconderlas y más tarde destruirlas. El miedo se había instalado en su propia casa, como si siempre hubiera estado allí. Como si simplemente hubiera estado de visita en algún lugar y hubiese vuelto por la noche."
 

"Le iba a estallar la cabeza. Las cortinas flameaban con desesperación, los ganchos tintineaban, la tela se sacudía. El crepitar del fuego había cesado, el tictac del reloj había sido silenciado por el viento. Todo se repetía. Aunque el rublo se había convertido en corona, aunque los vuelos militares que la sobrevolaban habían ido a menos y las mujeres de los oficiales ya no hablaban tan alto, aunque desde los altavoces del Pitkä Hermann sonaba sin cesar el himno de la independencia, siempre había una nueva bota de cuero curtido al cromo, siempre llegaba una bota nueva, igual o diferente, pero que siempre pisaba la garganta del mismo modo. Las trincheras se habían cubierto de tierra y vegetación, los casquillos en los bosques se habían oscurecido, los refugios subterráneos se habían derrumbado, los caídos se habían descompuesto, pero ciertas cosas no cambiaban."

martes, 20 de marzo de 2012

"El palacio de la luna", de Paul Auster


Sigo leyendo a Auster. Después de "El país de las pequeñas cosas", por orden cronológico, "El Palacio de la Luna", así, con mayúsculas. Me ha gustado mucho, bastante más que el anterior. Se nota claramente la transición del casi surrealismo explícito de los libros anteriores a una narración mas limpia y realista, aunque con muchísimos elementos simbólicos. Empezando por el nombre del protagonista, Marco Stanley Fogg, homenaje algo simplista a tres de los grandes viajeros de la historia, real y escrita: Marco Polo, Henry Morton Stanley (Dr. Livinsgtone supongo) y el Phileas Fogg de Julio Verne. Al fin y al cabo, la novela no es sino la narración de múltiples viajes, interiores, físicos y temporales.



Más que hacer una reseña extensa me apetece copiar algún texto del libro. Podría reproducir muchos párrafos. He seleccionado uno, que hace referencia a los libros, que me gusta en especial:

"Fue entonces cuando empecé a leer los libros del tío Victor. Dos semanas después del entierro, elegí al azar una de las cajas, corté cuidadosamente la cinta adhesiva con un cuchillo y leí todo lo que había en su interior. Resultó ser una extraña mezcla, embalados sin ningún orden o propósito aparente. Había novelas y obras de teatro, libros de historia y de viajes, manuales de ajedrez y novelas policíacas, ciencia ficción y filosofía; un caos absoluto de letra impresa. No me importaba. Leí todos los libros hasta el final y me negué a juzgarlos. Por lo que a mi concernía, cada libro era igual a todos los demás, cada frase se componía del número adecuado de palabras y cada palabra estaba exactamente donde tenía que estar. Esa fue la forma que elegí de llorar la muerte del tío Victor. Una por una, abriría cada caja, y uno por uno, leería cada libro. Esa era la tarea que me habla fijado, y la cumplí hasta el final. Todas las cajas contenían una mezcolanza similar a la primera, un batiburrillo de malo y bueno, montones de literatura efímera esparcidos entre los clásicos, manoseados libros de bolsillo emparedados entre ejemplares de tapas duras, noveluchas baratas alternando con Donne y Tolstoi. El tío Victor nunca había organizado su biblioteca de ninguna forma sistemática. Cuando compraba un libro lo colocaba en el estante al lado del que había comprado antes de ése, y poco a poco las hileras se iban extendiendo, ocupando mayor espacio a medida que pasaban los años. Así era precisamente como habían entrado los libros en las cajas. La cronología, al menos, estaba intacta, la secuencia se había preservado por omisión. Consideré que éste era un orden perfecto. Cada vez que abría una caja penetraba en un segmento nuevo de la vida de mi tío, un período determinado de días, semanas o meses, y me consolaba pensar que estaba ocupando el mismo espacio mental que mi tío habla ocupado antes, leyendo las mismas palabras, viviendo las mismas historias, quizá albergando los mismos pensamientos. Era casi como seguir la ruta de un explorador de tiempos lejanos, repitiendo sus pasos cuando se abría camino por las tierras vírgenes, avanzando hacia el oeste con el sol, persiguiendo la luz hasta que finalmente se extinguía. Dado que las cajas no estaban numeradas ni etiquetadas, no tenía modo de saber de antemano en qué período iba a entrar. El viaje, por tanto, estaba hecho de breves excursiones discontinuas. De Boston a Lenox, por ejemplo. De Minneapolis a Sioux Falls. De Kenosha a Salt Lake City. No me importaba tener que ir dando saltos por el mapa. Al final, se llenarían todas las lagunas, se cubrirían todas las distancias. Ya había leído muchos de esos libros y otros me los había leído Victor en voz alta: Robinsón Crusoe, El doctor Jekyll y Mr. Hyde, El hombre invisible. Sin embargo, no dejé que eso se interpusiera en mi camino. Me adentré en todos con la misma pasión, devorando las obras conocidas tan ávidamente como las nuevas. "



Portada de la primera edición - 1989

martes, 13 de marzo de 2012

"La marca de sangre", de Johan Theorin





Tercera entrega del Cuarteto de Oland. Ambientada esta vez en la primavera, Theorin construye una novela magnífica, que no puede ser catalogada exclusivamente como novela negra. Lo es en alguna medida, ya que hay crímenes y resolución de un misterio. Pero es muchas más cosas. A mí particularmente me ha gustado muchísimo la aproximación al mundo de la vejez. Tanto por el personaje que se ha convertido en el hilo conductor de la serie, Gerlof Davidson, como por el resto de intervinientes, en particular el padre del protagonista, afectado de un ictus cerebral. También la combinación de elementos fantásticos como referencia cultural, sin pasar los límites del realismo, está muy bien integrada en la narración, de forma que el mundo de las hadas y los trolls se convierten también en protagonistas de la historia. Sobre todo porque se asocian al terreno de los deseos más profundos de la gente y a veces son su única esperanza. Y el final, en la noche de Walpurgis, con la presencia del fuego que es también otro de las presencia continuas de la novela, desde las páginas iniciales hasta el desenlace, está muy bien resuelto.




"Entre las piedras de la vieja cantera de piedra caliza de Öland, una larga vena roja atraviesa las piedras, una tara geológica que los trabajadores bautizaron con el nombre de “la marca de sangre”. Una vieja leyenda de Öland cuenta que esa señal era la sangre derramada por la lucha entre los throlls, que habitaban dentro de la cantera, y las hadas, que vivían fuera. La cantera se encuentra en Stenvik, zona en la que recientemente se han construido lujosas casas que paulatinamente han ido ocupando familias procedentes de Estocolmo. Sin embargo, lo que a priori parece ser un marco idílico, es una comunidad en la que recelos y envidias son el pan de cada día entre los vecinos. Es primavera en la isla de Öland y coincidiendo con el regreso de las aves migratorias, las vidas de varios habitantes de esa zona cambiarán para siempre… El viejo Gerlof, personaje que conocemos por La hora de las sombras y El eco de los muertos, tiene el presentimiento de que ésta será la última primavera de su vida, y es por eso que toma la decisión de abandonar la residencia de ancianos donde está instalado desde hace un tiempo y se traslada a vivir a su casa en Stenvik. Una de las vecinas de Gerlof es Vendela Larsson, que vive con su marido en una gran casa. Vendela creció en Öland y ha regresado a la isla a pesar de que fue allí donde vivió una tragedia: la granja en la que vivía siendo niña fue destruida por un terrible incendio. En aquella época Vendela estaba convencida de que la granja fue destruida por las hadas porque se encontraba en un lugar molesto para ellas. No obstante, pronto descubrirá lo que realmente paso… Poco después Per Morner, que también se ha trasladado a la zona recientemente, recibe una llamada alarmante de su padre. Cuando llega a verle, su casa está en llamas y el padre, aterrorizado y delirando, afirma que un throll le ha apuñalado y ha incendiado la casa…"



Después de leer este tercer libro de la serie me reafirmo en la impresión de que Theorin es uno de los mejores autores de la larga serie de nórdicos recientes y que destaca claramente por encima de otros que parecen vender más, y que particularmente no he conseguido disfrutar. El ejemplo mas claro sería Camilla Lackberg.

Investigando en la red, y para los que ya nos hemos quedado con ganas de cerrar el ciclo, aunque luego nos arrepintamos, parece que el cuarto libro de la serie transcurre en julio, cuando la mayoría de la gente visita la isla y las casas cerradas durante todo el invierno se llenan de vida. Traduciendo del sueco, con las herramientas que nos da la red, parece que el motivo central del libro serán los túmulos funerarios de la Edad de Bronce encontrados en Öland, grandes montones de piedras que a veces tienen una muy mala reputación. Las personas que excavan en ellos en busca de tesoros, a veces son asustados por llamas que parecen surgir de las piedras, e incluso a veces han desaparecido sin dejar rastro.


martes, 6 de marzo de 2012

"Una habitación en Holanda", de Pierre Bergounioux



Pierre Bergounioux es uno de esos escritores intelectuales franceses que aparecen de vez en cuando, sin hacer ruido, sin pretender brillar especialmente, y que desde su humildad de profesor de la periferia de París, nos deslumbra con una erudición desbordante, con una capacidad análitica y sintética muy especial y con una escritura precisa y a la vez algo barroca, que recuerda en algún momento la voz de Pierre Michon. Editorial Minúscula, en una colección que ya ha salido otras veces en este blog, Paisajes narrados, ha empezado a publicar parte de su obra.

"Una habitación en Holanda" es un pequeño texto de menos de cien páginas,, a la vez ensayo, meditación y biografía como dice la presentación, en el que Bergounioux reflexiona sobre la historia de Europa. En particular, el libro habla del acta de nacimiento de la Razón, el "Discurso del Método", que Descartes redactó en Holanda.

Un librito denso y complejo, pese a su aparente ligereza. Vale la pena.

"Un francés llamado Descartes concibe en sueños y en tierras alemanas su Discurso del método. Pero es en Holanda ―allí pudo haberse cruzado con el pequeño Spinoza paseando de la mano de su padre― donde el pensador escribió y publicó el texto que transformó la filosofía occidental. Aun sin conocerlos, el filósofo comparte una misma incertidumbre esencial con Shakespeare y Cervantes: los tres autores dan testimonio del momento en que la condición humana se adueña de su destino. En Una habitación en Holanda ―que es a la vez ensayo, meditación y biografía―, Pierre Bergounioux se pregunta si solamente lejos, en un contexto de exilio, puede la reflexión redibujar el mundo. La respuesta es un inusual y deslumbrante recorrido por la historia europea en el que se explica cómo y por qué fue precisamente en los Países Bajos donde surgió la obra que dio lugar al nacimiento de la racionalidad contemporánea."