martes, 28 de diciembre de 2010

"Dora Bruder", de Patrick Modiano


He dejado ya constancia en este blog de mi descubrimiento de Modiano en 2010. Primero fué "En el café de la juventud perdida", que me pareció absolutamente magistral y después "El horizonte", su última novela publicada, algo inferior pero también interesante. Acabo de terminar este "Dora Bruder" y de nuevo me parece excepcional.



Modiano vuelve a lo que parece ser una constante en su obra, la búsqueda. En este caso, además, asistimos a una mezcla de autobiografía y de reportaje o reconstrucción histórica. La historia parte del descubrimiento por el autor de un anuncio, publicado en el Paris-Soir del 31 de diciembre de 1941, en el que unos padres buscan a su hija de 15 años, Dora Bruder, fugada de un colegio de monjas. La calle en la que vive la familia, el 41 del Boulevard Ornano es el barrio de su infancia. Y a partir de ahí inicia una detallada investigación en la que se mezcla su propia infancia y juventud y la búsqueda del rastro de la joven desaparecida.



Modiano descubrirá pronto el drama. Judía y adolescente, nueve meses más tarde, aparecerá  en una lista de deportados al campo de exterminio de Auschwitz. Pero en esos meses, se suceden reapariciones y nuevas fugas, pasos por la comisaría, vueltas a casa. Modiano descubre fotografías de la propia Dora y de la familia. Y descubre también que su presencia en un colegio católico es un intento de sus padres para ocultarla de la barbarie que se adivina. Pero al final, se producirá una deportación en fases, en las que primero pasará por los campos de acogida franceses, que no serán sino etapas en la deportación definitiva, poniendo de manifiesto la colaboración francesa con el régimen nazi, tema este último que es también una constante en la obra del autor.



Modiano realiza una reconstrucción minuciosa de los pequeños acontecimientos que se suceden en un París ocupado, y esa búsqueda biográfica de los datos de archivo, los fríos informes de las comisarías o los expedientes administrativos, van trascendiendo de lo individual para convertirse en un auténtico memorial por las víctimas judías de la ocupación en París, sistemáticamente ocultadas por la historia posterior.

Copio un párrafo del magnífico prólogo de Adolfo García Ortega para la edición española:

"Narrada como una historia presente, en que el narrador y el autor se confunden, Dora Bruder arranca del encuentro casual, en un periódico de 1941, de un pequeño suelto en que los padres avisan de la desaparición de su hija. El hecho de que el domicilio familiar coincida con el barrio en que el na­rrador vivió su infancia, hace que esa noticia le llame la atención. A partir de ahí, bajo la capa de recuperar más allá de la curiosidad, empezará una búsqueda de la identidad perdida de aquella niña que, como sus padres, como tantos miles de parisinos, terminó en un horno crematorio nazi, ayudados por la burocracia francesa. Buscará primero en los escenarios actuales de París. Buscará rastros, pequeños indi­cios, pero durante años esa investigación irá creciendo, se prolongará por archivos de la policía, por centros de docu­mentación, encontrará cartas, nombres, sabrá cuál habrá sido el destino, paso a paso, de esa muchacha en un París tratado con cariño, pero con dureza, hasta su muerte en el campo de concentración.

 Descarnadamente, como pocas veces se ha visto, Modia­no, con pinceladas escuetas, relata como un historiador la se­cuencia terrible de aquel año 41, primero en comisarías, lue­go en cuarteles, luego en trenes, luego en campos, luego en hornos. Incluso el tono auto biográfico de autor perplejo le presta un realismo descarnado, a-literario, que objetiva la novela en un rango de investigación periodística, aunque sólo en parte, ya que la novela desciende fríamente a lo más hondo del alma. A medida que va profundizando en la vida, en los retazos de vida, que consigue averiguar de Dora Bru­der, el lector asiste a una especie de apertura de cámara se­llada: cientos, miles de Doras Bruder van saliendo a la luz. Lo que era una sencilla búsqueda, alimentada por la coinci­dencia de calles y de lugares comunes con la infancia del na­rrador, se convierte en el acta notarial de una masacre. Y lo espeluznante de la historia es precisamente esa cercanía de lugares comunes, ese París que compartieron la niña y el na­rrador. Mientras busca la identidad de los Bruder, Modiano nos describe el mundo anterior a su infancia, cada casa, cada tren, cada hora, cada sufrimiento o angustia de esos ju­díos y judías deportados son casas, horas y trenes en que otros franceses vivían ajenos, o no tan ajenos, a esa matanza."



Poco más puedo añadir. "Dora Bruder" es una novela impresionante que deja huella. En sus apenas 125 páginas , con brevedad y exactitud, con un estilo contenido y poético, nos deja una lección moral inolvidable. Absolutamente recomendable.  


Links: A la página de la Red Modiano, a la que ya he hecho referencia en otras ocasiones, correspondiente a la novela.





5 comentarios:

Jose Ignacio Escribano dijo...

Me apunto autor y títulos. Magnífica tu reseña.

Elena Rius dijo...

Modiano es un autor que me han recomendado diversas personas, todas en términos muy elogiosos, pero por algún motivo no me he decidido hasta ahora a leerlo. Creo que tu reseña acabará de inclinar la balanza. Ahora mismo voy a ver qué tienen de él en mi biblioteca.

lireaujardin dijo...

Inconditionnelle de Patrick Modiano, je ne peux qu'apprécier ce très beau commentaire !

rbekhor dijo...

Samy Frey da una lectura espectacular de la novela. Esta en este momento al aire, en el sitio de France Culture. Samy Frey que da su voz al texto de Modiano, lo sublima, agregando a la palabra todo el misterio del ser, desde su fragil esencia. http://www.franceculture.fr/emission-lecture-du-soir

Golem dijo...

rbekhor:

Gracias por la referencia. Acabo de entrar y efectivamente me parece una muy buena lectura de la magistral obra de Modiano.