domingo, 26 de septiembre de 2010

"La playa de los ahogados", de Domingo Villar


En primer lugar, pese a las quejas del Inspector Caldas, mientras pienso como escribir este post y mientras vosotros lo leeis, vale la pena poner de fondo en primer lugar la música de Gershwin, "Promenade -Walking a dog". Cuando se acabe, enlazar con la voz y la trompeta de Louis Armstrong, "Exactly like you". Y para terminar, para quedarnos con una sensación más melancólica, más acorde con la personalidad del inspector y con el tono general de la novela, hay que escuchar la "Canción de Solveig", de Grieg. Los que habéis leído el libro me entenderéis. Para disfrutarla más, he copiado dos versiones, una vocal y otra orquestal, las dos excelentes.




Segunda novela del escritor gallego Domigo Villar y segunda aparición del inspector Caldas y su compañero aragonés, el impulsivo Estévez. Con un resultado francamente excepcional. Ya comenté en su día que me gustó la primera entrega, "Ojos de agua", aunque aún tenía algunos síntomas de inmadurez, de precipitación, por ejemplo en el final. Ninguno de esos problemas está presente en "La playa de los ahogados". Por el contrario, la novela está perfectamente construida en su ritmo de avance, lento pero continuo, hasta su resolución final. Los personajes, que ya estaban bien apuntados en la anterior, todavía ganan más en profundidad, en particular ese Wallander a la gallega que es Leo Caldas. Tal vez hay menos humor que en la primera pero precisamente ese factor le aleja del riesgo de convertirse en parodia para darle serenidad y realismo. Y si en "Ojos de agua" se empezaba a captar el alma de Vigo, en "La playa de los ahogados" se capta con toda la naturalidad del mundo, con esa sencillez que hace fácil lo difícil, el paisaje y el ambiente de las pequeñas poblaciones costeras, entre Vigo y Bayona. Toda la novela huele a mar.





Para los que no la habéis leído, copio un resumen: "Una mañana, el cadáver de un marinero es arrastrado por la marea hasta la orilla de una playa gallega. Si no tuviese las manos atadas, Justo Castelo sería otro de los hijos del mar que encontró su tumba entre las aguas mientras faenaba. Sin testigos ni rastro de la embarcación del fallecido, el lacónico inspector Leo Caldas se sumerge en el ambiente marinero del pueblo, tratando de esclarecer el crimen entre hombres y mujeres que se resisten a desvelar sus sospechas y que, cuando se deciden a hablar, apuntan en una dirección demasiado insólita, un oscuro naufragio ocurrido muchos años atrás. Un asunto brumoso para Caldas, que atraviesa días difíciles: el único hermano de su padre está gravemente enfermo y su colaboración radiofónica en Onda Vigo se está volviendo insoportable. Tampoco facilita las cosas el carácter impulsivo de Rafael Estévez, su ayudante aragonés, que no acaba de adaptarse a la forma de ser del inspector."

Pero mejor que este resumen, vale la pena ver la presentación de la novela por el propio Villar:




Todo eso y mucho más es "La playa de los ahogados", una novela de verdad excepcional, de la mejor novela negra que he leído en castellano en los últimos años. Creo que Villar tiene una brillante carrera por delante y que volveremos a oír hablar del amigo Caldas.




Como muestra de la novela, reproduzco el principio de la segunda sección.

"Rescoldo. 1. Brasa pequeña que se conserva entre la ceniza. 2. Resto o residuo que queda de una cosa, en especial de un sentimiento, pasión o afecto.

Algunas veces, en los meses de zozobra que siguieron a la muerte de su mujer, el padre de Leo Caldas había visitado la antigua casa solariega que ella había habitado de niña, una vivienda en ruinas que apenas mantenía los muros de piedra de su esqueleto. Sólo había resistido los años de abandono la bodega anexa a la casa, que, semihundida en la tierra para evitar cambios bruscos de temperatura, todavía conservaba en su interior varias cubas, una arcaica prensa de madera, una embotelladora de mano y otras herramientas rudimentarias. Paseando por la finca, por los bancales que descendían como un anfiteatro hasta el río Miño, el padre del inspector había hallado un bálsamo para su abatimiento, un alivio que la ciudad le negaba."
 
 
 

 
   
Y para terminar, estoy dudando si , al igual que el padre del inspector, empezar a crear mi propio libro de idiotas.

8 comentarios:

Jose Ignacio Escribano dijo...

Celebro que te haya gustado. Coincido contigo en tu apreciación del libro. Esperemos que no se demore mucho en volver a deleitarnos con una nueva entrega de Caldas y Estévez.

Susana Peiró dijo...

El clima creado a partir de la música es muy apropiado! Gershwin, Armstrong, qué maravillas!
La novela negra en general me pierde y si Vos le llamás “la mejor novela negra que he leído…” “La Playa de los ahogados” se hace imprescindible!

Já, tengo sonando esa gloriosa trompeta mientras te escribo, qué placerrrrrrrrr!
Gran Artículo, Querido Amigo, Muchas Gracias!
Un Abrazote!

Gonzalo Muro dijo...

Documentadíaima esta entrada con sus enlaces y sus videos. Ha sido una lectura plancentera por lo que imagino que la lectura del libro debe ser similar. He visto varias crícticas de este libro y siempre muy positivas. Aunque no es uno de mis géneros favortios, si el libro es de calidad merecerá la pena.

elementalqueridoblog dijo...

En efecto, coincidimos. Una de las mejores noticias para la novela negra española en mucho tiempo. Yo también me apunto a la idea del libro de idiotas. Saludos

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Enhorabuena por esta magnífica reseña tan completa, variada y documentada. Ya había visto alguna reseña en varios blogs de este libro y del anterior de esta serie y los dos me han picado la curiosidad. A ver si saco tiempo y los leo. Saludos.

Cuéntate la vida http://cuentatelavida.blogspot.com

Carmina dijo...

Los tengo pendiente de lectura los dos, pero es que ultimamente estoy demasiado inmersa en la novela negra, sin embargo con las opiniones que estoy leyendo sobre se autor, seguro que caen algun día

lammermoor dijo...

Cuanto me alegro de que te haya gustado. Coincido contigo en que los personajes van madurando y también en ese wallanderismo a la gallega.
A punto estuve este fin de semana de comprarme el libro en gallego pero al final me corté. Por cierto en La Casa del libro de Vigo había auténticas pilas de ambas novelas, tanto en gallego como en español.
¡Ah! y la música me ha encantado. Muy buen acompañamiento.

José M. Martínez dijo...

Muy buena novela en su género. Con un final de vértigo que no suele ser frecuente en otras. Saludos.