sábado, 7 de agosto de 2010

"Novela de ajedrez", de Stefan Zweig

He aquí una pequeña obra maestra. Todo aficionado al ajedrez debería leerla obligatoriamente. Pero también todo aficionado a la literatura sin más, debería incluirla en el plan infinito. Narra la historia del enfrentamiento, en una travesía en barco, entre el vigente campeón del mundo y un desconocido pasajero. Zweig empieza contándonos la biografía del campeón, descripción completa de la formación de una personalidad con inteligencia focalizada y algo autista. Pero de ahí se desliza poco a poco al enfrentamiento con un pasajero, para tener la excusa de hablar de la represión nazi y de la personalidad y el comportamiento neurótico. Y así nos enteramos de que el sorprendente talento del desconocido deriva de su pasado como prisionero. Pero ya no cuento más, que la novela se lee muy rápido y vale la pena.

El ajedrez es un tema recurrente en la literatura. Seguro que hay muchos libros más, pero que recuerde así rápidamente, destacaría “La tabla de Flandes”, de Pérez-Reverte, que desarrolla un problema de ajedrez enrevesado, la reconstrucción de una partida en sentido inverso. También “El ocho” partía de la búsqueda de un tablero mágico. No he leído otro de los más conocidos, “La defensa”, de Nabokov.

También me viene a la memoria una cita de García Márquez en “Cien años de soledad”, que se me quedó grabada en su día aunque pensaba que se refería al ajedrez, pero que ahora, al buscarla, he descubierto que hablaba de las damas, aunque también es de aplicación al juego más noble:

“En cierta ocasión en que el padre Nicanor llevó al castaño un tablero y una caja de fichas para invitarlo a jugar a las damas, José Arcadio Buendía no aceptó, según dijo, porque nunca pudo entender el sentido de una contienda entre dos adversarios que estaban de acuerdo en los principios.”


Por cierto que también García Márquez introduce un personaje ajedrecista en "El amor en los tiempos del cólera", que le había ganado una partida al mismísimo Casablanca. Y por acabar esta pequeña relación, que seguro que podría ser mucho más amplia, acordaos de Lewis Carroll y de "Alicia a través del espejo", que en el fondo es el relato de la progresión de un peón hasta coronarse en dama.

Volviendo a nuestra partida, Zweig es un maestro, un clásico, con una capacidad narrativa impresionante. Estuvo de moda en una época. Recuerdo haber visto sus novelas en casa de mis padres siendo yo adolescente. Tal vez por eso, porque me parecían libros aburridos de mayores, no lo leí en su día, y fui descubriendo alguna de sus novelas (la “Carta de una mujer” por ejemplo), mucho más tarde. He releído ahora esta partida de ajedrez, y me ha gustado tanto o más como la primera vez.

9 comentarios:

Susana Peiró dijo...

Una maravilla. Y me sumo a tu enfática recomendación para quiénes aún no han leído esta joya de Zweig. Mi encuentro con este autor fue accidental y me pregunto cuándo no lo es...Como diría Borges,SZ siempre fue fiel a la buena tradición de la claridad, quizás por ésto la brillante narrativa te toma de la nariz y no te suelta hasta el punto final. Qué placer.

Otro agradabilísimo momento con Vos, Querido Amigo!

Mi beso! Excelente domingo!

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Hola, acabo de descubrir tu blog y me ha gustado mucho. Si no te importa, te añado a mi lista de blogs para poder seguirte, leerte y comentarte. Todavía no he leído a Stefan Zweig, pero cada vez veo más reseñas y comentarios sobre este autor y espero poder leer antes o después. Un saludo.

Cuéntate la vida http://cuentatelavida.blogspot.com

Golem dijo...

Susana: Gracias por la nota. Me ha gustado mucho la referencia a Borges, "la buena tradición de la claridad".

Goizeder: Bienvenida a mi blog. Yo también me he dado una vuelta por el tuyo, y descubro cosas en común. Ya hablaremos. Saludos

Jose Ignacio Escribano dijo...

Fab me alegro de que te guste Zweig. Por si todavía no lo hubieses leido te recomiendo su libro de memorias El Mundo de Ayer.

Golem dijo...

Jose Ignacio: Gracias por la referencia. Efectivamente no he leído las memorias de Zweig, así que tendré que ponerlas en la lista.

Un cordial saludo

Gonzalo Muro dijo...

Tengo pendiente esta lectura así que te agradezco que no hayas desvelado la trama. Me parece muy adecuada tu reflexión sobre el ajedrez y la literatura ya que, efectivamente, es un motivo frecuente. Por aportar algo, Nobokiv publicaba de manera regular problemas de ajedrez en revistas especializadas, además de escribir la novela que citas y que, desgraciadamente, tampoco he leído.

Saludos.

Golem dijo...

Gww: Te digo lo mismo que sobre el libro de Uribe. Es una novela corta que se lee rápidamente. Vale la pena.

Un saludo.

RebecaTz dijo...

A Zweig sólo le he leído 24 horas en la vida de una mujer, pero hace tanto que debo releerla. Tuve en mis manos la obra que reseñas pero no la compré; lo que dices no deja lugar a dudas y voy a hacerme con ella en breve.
Estupendo blog, te enlazo al mío.
Saludos.

Golem dijo...

Andrómeda:

Gracias por tus comentarios. También tu blog me parece muy bueno. Yo también te enlacé hace algún tiempo.

Saludos