domingo, 28 de septiembre de 2008

"House Insignia of Ancient Prague", de Alena Jezcova





Vuelvo a Praga. En una nota anterior hacía referencia al libro de Katerina Beckova "Lost Prague", que trataba de recuperar la memoria de una ciudad perdida. Hoy me gustaría hablar de otro libro que nos trae la imagen de la historia viva que perdura en las fachadas de muchas casas de Praga actual. Se trata de "House Insignia of Ancient Prague", de Alena Jezcova, una recopilación no exhaustiva pero sí muy amplia, de las insignias presentes en edificios históricos de la ciudad. Aunque se han perdido bastantes, la ciudad conserva entre doscientos y trescientos escudos, casi todos ellos en bastante buen estado.

Se trata de una tradición compartida por muchas otras ciudades de la Europa medieval, en las que la insignia se convertía en el punto central de orientación. Por un lado eran referencia de localización evidente y por otra, además, a menudo expresaban algo de la personalidad, profesión o apodo de su propietario. En Praga aparecieron en el siglo XIV y su rápida extensión llevó a que incluso se creara un departamento para regularlas y evitar que se produjeran repeticiones en una misma calle. En 1770 la ciudad adoptó por primera vez un sistema de señalización numérico y las insignias dejaron de tener su función inicial, pero conservaron su valor como tradición artística e histórica.

En las calles de Praga se pueden encontrar leones, caballos, palomas, patos, ranas, elefantes , tigres, rosas, uvas, estrellas, el sol, la luna, violines, anillos, puertas, campanas, alfabetos, sirenas, unicornios, ángeles, caballeros, ...... Vale la pena mirar el libro y descubrir las bellas fotografías que incluye. Pero sobre todo, vale la pena pasear por la ciudad y encontrarlas en las puertas de los edificios de la que sin duda sigue siendo una de las ciudades más mágicas del mundo.

Aquí tenéis una muestra de algunas de las insignias de la Ciudad Vieja (Stare Mesto).






"El tigre dorado"






"La serpiente dorada"


"El pony negro"



"La campana de piedra"





"La rana verde"






"El sol negro"




"La rosa (roja) dorada"




"La estrella negra"





"El águila roja"




"La sirena de piedra"

sábado, 27 de septiembre de 2008

"Coule la Seine", de Fred Vargas



Siempre me ha gustado la novela negra, pero hacía tiempo que no leía demasiada. Aunque Donna Leon se había quedado como un hilo conductor que mantenía viva la llama, la verdad es que me había desconectado un poco del género. Este verano he descubierto a tres grandes autores. Dos de ellos ya han salido en este blog (Connelly y Vargas), y del tercero (Mankell), espero escribir pronto. Hoy vuelvo a Fred Vargas.



Compré en Brest esta pequeña recopilación de tres historias breves (Salut et liberté, La Nuit des brutes y Cinq francs pièce), donde vuelve a aparecer el Comisario Adamsberg y su mundo. Lo he leído en francés, y la verdad es que todavía me ha gustado más. Es una pena no poder leer siempre en idioma original. Volviendo a las historias, tal vez la constante más clara de las tres es la presencia permanente del "clochard", del vagabundo. En particular, la tercera narración es una pequeña maravilla.



En Salut et liberté, Vasco, un sastre de profesión sin trabajo y "clochard", elige domicilio en el banco frente a la comisaría, y pasa sus días observando a los que entran y salen del edificio. Danglard, compañero de Adamsberg y buen aficionado al vino blanco, opina que hay que echar al viejo porque le molesta y además no puede evitar darle dinero cada día. Adamsberg, por su lado, no considera que sea un problema y le interesa el personaje. Cuando se recibe una carta anónima sobre un asesinato, el comisario establece un vínculo inmediato y empieza su investigación como siempre, más imaginando que estudiando, divertido por las cartas que pasa a esperar con impaciencia.


En La Nuit des brutes, que no es otra que la noche de Navidad, el comisario prevé que en los próximos días se descubrirá un crimen, lo que acaba sucediendo. "Aussi, si les gens ne faisaient pas toute une histoire avec Noël, il y aurait moins de tragédie. Ils sont déçus, les gens, forcément. Et ça fait des drames."


Por fin, en Cinq francs pièce Adamsberg se interesa por un vagabundo, Pi, que no tiene más compañía que Martin, un carro de supermercado lleno de esponjas (9732 esponjas) que se esfuerza en vender a cinco francos la unidad. En la boca de metro donde duerme, asiste a un intento de asesinato de una mujer con un abrigo blanco de piel, que resultará pertemnecer al Ministerio del Interior. Pero el hombre no querrá hablar porque no quiere dinero, quiere vender sus esponjas, pero una a una, a 9732 personas. Adamsberg le dará la solución. Le cederá un muro donde cada vez que venda una esponja, el vagabundo escribirá el nombre del comprador.



"D'ici six mois, tu auras un grand mur couvert de noms, une sorte de gigantesque manifeste des acheteurs d'éponges, un rassemblement, presque un monument.......Ça leur fera de la compagnie, et un peu d'existence. C'est déjà pas mal."



Las ilustraciones de Baudoin, uno de los clásicos de la Bande Dessinée francesa son también muy buenas y acompañan perfectamente al libro.











Links:








lunes, 22 de septiembre de 2008

"Navegación a la vista", de Gore Vidal



Uno de los libros que leí este verano y sobre el que no había tenido tiempo de escribir es "Navegación a la vista", la segunda parte de las memorias del escritor americano Gore Vidal. Repaso por encima el libro para preparar estas notas y vuelvo a disfrutar con su frescura y mordacidad.


Por las páginas del libro pasan escritores, políticos, directores de cine. Tennesee Williams, Paul Bowles, Saul Bellow, Italo Calvino, Federico Fellini, Grace Kelly, Greta Garbo, Rudolf Nureyev, los Kennedy,.....Además, el libro es una bella historia de amor hacia el que fué su compañero durante más de cuarenta años, Howard Austen, fallecido en 2003.


Vidal vivió durante muchos años en Roma, en Via Giulia y en Largo Argentina, antes de comprar una casa en Ravello, en la costa amalfitana. Durante el rodaje de "Roma de Fellini", en 1972, después de algunos incidentes de rodaje derivados de la peculiar personalidad de Fred (como él llamaba a Federico Fellini), y preguntado sobre ¿Por qué vives en Roma?, Vidal contestaba: "Qué mejor lugar para contemplar el fin del mundo que una ciudad que se llama a sí misma eterna." El libro está también lleno de anécdotas sobre la ciudad y sus gentes. Sólo por eso ya valdría la pena, pero sus Memorias van más allá y son francamente divertidas.


Por cierto, el título original me gusta más, "Point to point navigation" y creo que podría haberse traducido literalmente, porque da una idea mucho más clara de cómo está construida la narración.


Salvando las distancias, en alguna medida el personaje me recuerda a Jose Luis de Vilallonga, de quién también leí sus memorias hace tiempo, y que también puedo recomendar.



Links: Al primer libro de Memorias de Vidal, Palimpsesto, en Amazon:


A Ravello en laWikipedia, donde Vidal y otros han tenido su refugio:

jueves, 18 de septiembre de 2008

"Guida insolita di Roma", de Claudio Rendina


En uno de los blogs que más me gusta visitar, "Mujeres de Roma", Isabel recoge una bonita leyenda sobre el viento y el diablo, recogida de un texto de Stendhal, que hace referencia a la Iglesia del Gesú, la de los jesuitas, donde está sepultado San Ignacio de Loyola.


Roma es también una de mis ciudades favoritas. En algún viaje antiguo, me traje uno de esos libros curiosos a los que de vez en cuando me gusta volver, "Guida insolita ai misteri, ai segreti, alle legende e alle curiosità di Roma", de Claudio Rendina, que en sus más de 500 páginas recoge una cantidad enorme de anécdotas y datos interesantes de los lugares y habitantes de la ciudad.


Una de las historias recogidas también tiene relación con el diablo y otro de los edificios más personales de la ciudad, el Panteón. Dedicada a Isabel, que me ha animado a recoger la historia, os cuento aproximadamente la leyenda.


Parece que un famoso mago, de nombre Baialardo, había conseguido poseer un poderoso Libro de Conjuros, para lo cual se había comprometido a ceder su alma al diablo. Sucedió que, arrepentido, utilizó sus artes mágicas para cumplir en un día la peregrinación a Jerusalén y a Santiago de Compostela, para finalmente volver al Panteón. Aquí el diablo le pidió que pagara su precio. Pero Baialardo le dió al diablo un puñado de nueces y se metió de un salto en la iglesia, poniéndose a rezar sinceramente arrepentido. Así se salvó, y el diablo enfurecido, giró varias veces en torno al templo, desfogando así su furia, y tanta fué la rabia con la que corrió, que excavó el foso todavía visible.


Besos.


Links:


Por supuesto , a "Mujeres de Roma":

domingo, 14 de septiembre de 2008

"Un mundo sin fin", de Ken Follett


Hará unos 10 días que acabé de leer el folletón de Follett. Si dijera que me lo pasé mal, mentiría, porque de lo contrario sería imposible acabar las casi 1,200 páginas del novelón. Pero la verdad, lo único que de verdad me ha hecho gracia ha sido encontrar en dos libros seguidos la vieja sentencia medieval: "Huye rápido, véte lejos". Me sigo quedando con la peste según Fred Vargas.



Que conste que pienso seguir leyendo a Follett, especialmente ahora que se dedica al género erótico-medieval, pero a esta novela le falta algo. Posiblemente aquello de que segundas partes nunca fueron buenas, salvo honrosas excepciones.





Para no romper la tradición, un par de enlaces:

http://www.ken-follett.com/

http://www.catedralvitoria.com/home.html

martes, 2 de septiembre de 2008

"Huye rápido, véte lejos" de Fred Vargas




Siguiendo las pistas de algún compañero de oficio, (gracias JB), he descubierto este verano a Fred Vargas. He empezado un poco sin orden, como con Connelly, pero a veces hay que leer algún libro suelto, probar, y sólo si de verdad te apasionan vale la pena convertirse en adicto. Bueno, pues puedo decir que el comisario Adamsberg pasa a la galería de viejos conocidos a los que habrá que volver una y otra vez. Aunque reconozco que el libro me costó un poco al principio, a medida que entras en la historia y sobre todo en la galería de personajes, me ha resultado enormemente atractivo.


Es importante remarcar lo de los personajes, porque me da la sensación de que, a diferencia por ejemplo de Donna Leon, en el mundo de Vargas la ciudad (París obviamente), ocupa un segundo plano frente a la variedad y personalidad de los actores, principales y secundarios. No quiero decir que la historia podría ocurrir en otro lado, de ninguna manera, porque París esta ahí, y es la que de verdad crea ese ambiente especial del libro. Pero es un marco, no la protagonista. Lo que de verdad le importa a la escritora son la amplia y diversa galería de personajes, entrañables y heroicos, que en la ciudad habitan y sobreviven.


Por un lado los flics, con un Adamsberg bien trazado, intuitivo y sanote, tal vez demasiado positivo (creo que yo particularmente me sigo quedando con el escepticismo no resignado de un Brunetti), pero también del resto del equipo, en particular de un Danglard muy bien resuelto. Pero sobre todo, la gente, los personajes secundarios y los principales. Y en particular, Joss, el viejo y digno marino, y Decambrais, también bretón a la postre, héroes a su manera, verdaderos protagonistas de la historia.


La historia está muy bien construida y resuelta, cosa que últimamente no siempre es fácil. Contar una historia sobre la peste en una ciudad actual resulta apasionante, y máximo si se descubre que no hace tanto tiempo que estuvo entre nosotros, París 1920, sin ir más lejos. La paleoarqueóloga y medievalista que se esconde en la escritora, crea una atmósfera especial, en el que la peste alcanza un protagonismo máximo, para al final llevarnos a la conclusión de que como desde hace siglos, la peor plaga de la humanidad sigue siendo la avaricia.


Continuará.......





Links:


Un artículo sobre la autora, publicado en la principal librería independiente de Burdeos, Mollat:



Una lista de epidemias de peste en la historia, incluyendo las del siglo XXI:
Un link a un libro de Frederique-Audouin-Rouzeau, también conocida como Fred Vargas, sobre ........: