sábado, 14 de noviembre de 2009

"El veredicto", de Michael Connelly


Excelente la última novela de Connelly. De nuevo el personaje del abogado Haller, que apareció por primera vez en "El inocente" o en su título original "The Lincoln Lawyer" que es mucho más fidedigno a la novela y al personaje. Reaparece para protagonizar de nuevo un juicio apasionante, la defensa de un importante productor de Hollywood, sospechoso de asesinar a su mujer y a su amante. El telón de fondo, la omnipresente corrupción, en este caso del sistema judicial americano. Aparece también en un papel secundario pero trascendental, el detective Harry Bosch. El policía contrapuesto al abogado defensor. Contrapunto que en este caso, alcanza una intensidad especial, al desvelarse la especial vinculación entre ambos.

Ya he dicho en varias ocasiones que Connelly me resulta el mejor de los actuales novelistas de serie negra americana, digno sucesor de los clásicos. Su retrato de Los Angeles es apasionante y ayuda a entender el alma de una ciudad compleja, violenta y atractiva, que se ha convertido en la capital literaria y cultural de América. Vale la pena, por ejemplo, perder un rato y buscar las referencias de ubicación de los escenarios en Google Earth o Google Maps, porque se entienden además mucho mejor las historias.

Por lo demás, así como alguna vez me he quejado de que a alguna novela le sobraban páginas, a esta le faltan cincuenta. El final se precipita de una forma excesivamente abrupta. Creo que la historia daba para algo más. Hubiéramos disfrutado de esas páginas y este veredicto de plomo (de nuevo el título original, "The Brass Verdict", es más claro que el traducido), hubiera quedado más redondo, más terminado. Es tal vez la única pega de una novela magnífica.





Copio aquí, en versión original en inglés, el Capítulo 1 del libro, auténtica declaración de principios del abogado, y supongo que del autor. No sé si estoy leyendo a Connelly o al Dr. House. "Todo el mundo miente". Es una muestra de la prosa seca y dura de la novela.

"CHAPTER ONE

Everybody lies.

Cops lie. Lawyers lie. Witnesses lie. The victims lie.

A trial is a contest of lies. And everybody in the courtroom knows this. The judge knows this. Even the jury knows this. They come into the building knowing they will be lied to. They take their seats in the box and agree to be lied to.

The trick if you are sitting at the defense table is to be patient. To wait. Not for any lie. But for the one you can grab onto and forge like hot iron into a sharpened blade. You then use that blade to rip the case open and spill its guts out on the floor.

That's my job, to forge the blade. To sharpen it. To use it without mercy or conscience. To be the truth in a place where everybody lies."






Links: A una entrevista del autor sobre la novela: http://www.michaelconnelly.com/Book_Collection/Brass/Q_A/q_a.html
Al artículo sobre "Los Angeles,capital literaria", que hoy precisamente publica El País en su suplemento Babelia: http://www.elpais.com/articulo/portada/era/Angeles/elpepuculbab/20091114elpbabpor_3/Tes


3 comentarios:

Jose Ignacio Escribano dijo...

Estaba seguro de que te gustaría y veo que no me he equivocado.
Saludos.

Anónimo dijo...

Gracias por compartir la información.

Un gusto estar en tu blog.
Saludos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Ay, querido amigo, cada vez que entro aquí, me voy con más tarea para leer. No alcanzo a seguir tus pasos... Un abrazo y hasta pronto (espero).