sábado, 28 de marzo de 2009

"Una lectora nada común", de Alan Bennett



Curioseando por las librerías descubro un librito de poco más de cien páginas que desarrolla una historia poco común. ¿Y si la Reina de Inglaterra descubriera de repente el placer de la lectura, a través del contacto con una biblioteca ambulante aparcada junto a las puertas de las cocinas del palacio, con la guía inestimable de un joven pinche de cocina, pelirrojo y gay?.

A partir de ese arranque insólito, la novela desarrolla las consecuencias de la nueva afición real y se divierte describiendo el ambiente y las reacciones de la corte, en un pequeño muestrario del poder y la burocracia que rodea a Su Majestad. Bennett de paso, se despacha también sobre sus colegas los escritores, y pasa revista a una parte de la literatura universal, dando cuenta de sus preferencias, entre las que destaca, sin duda, Marcel Proust.


Y sobre todo, reflexiona sobre el hecho de leer y las consecuencias transformadoras y liberadoras de la lectura, y de la inevitable fase posterior, la escritura. Aunque no es una obra redonda, es un pequeño divertimento que se lee de un tirón.


"El atractivo, pensó, estaba en su indiferencia: había algo inaplazable en la literatura. A los libros no les importaba quién los leía o si alguien los leía o no. Todos los lectores eran iguales, ella incluida. La literatura, pensó, es una mancomunidad, las letras, una república. En realidad había oído usar esta expresión, la república de las letras, en ceremonias de graduación, títulos honorarios, y demás, pero sin saber muy bien lo que significaba. Entonces, que hablaran de cualquier caso de república le había parecido un poco insultante y hacerlo en su presencia una falta de tacto, como mínimo. Sólo ahora comprendía su significado. Los libros no se sometían. Todos los lectores eran iguales y esto le remontaba a los comienzos de su vida. De niña, una de sus grandes emociones había sido la Noche de la Victoria, cuando ella y su hermana se escaparon por las puertas de palacio y se mezclaron de incógnito con la multitud. Le parecía que en leer había algo de esto. Era un acto anónimo; era compartido; era común. Y ella, que había llevado una vida distinta de la de los demás, descubrió que ansiaba aquello. Allí, entre aquellas páginas y entre aquellas tapas, estaba de incógnito." (pág. 31)




"Descubrió sin embargo, que cuando había escrito algo, aunque sólo fuese una anotación en su libreta, estaba tan feliz como lo era antaño leyendo. Y otra vez cayó en la cuenta de que no quería ser una simple lectora. Un lector era casi lo mismo que un espectador, mientras que cuando escribía, actuaba, y actuar era su deber." (pág. 101)


¿No es esta un poco, la sensación que tenemos todos, al pasar de lectores, a escribir en nuestros blogs.?


Links: Imposible no acordarse de Helen Mirren y de la película "The Queen", de Stephen Frears.




4 comentarios:

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Interesante lectora esa Fab...ya lo creo.

Un abrazo y feliz fin de semana.

Susana Peiró dijo...

Caramba y carambita con Su Majestad, la lectora. Algo había leído por ahí respecto de este libro, pero como de costumbre, tus reseñas "graban" la data.

(Bonita reflexión a propósito de los bloggers)

Y muy apropiados los videoooossss!

Creo que la estupenda Helen Mirren pasará a la historia del cine como "The Queen" por antonomasia ¿Recordás cuando protagonizó a Elizabeth?
Mr. Bean...brillante!

Gracias querido Fab por este momentazo en tu blog!

Mi abrazo estimado Amigo!

Elena dijo...

Tengo muchas ganas de leer este librito porque me lo han recomendado muchas veces. A ver si me hago con él de una vez.

Un abrazo

Clarice Baricco dijo...

Debe ser muy divertido.
Anotado.


Abrazos.