He vuelto a Fred Vargas. Debo decir que al principio con un poco de miedo, ya que la novela anterior, "Un lieu incertain", aún gustándome mucho, me pareció que empezaba a dar una vuelta de tuerca que podía llevar a la autora a pasarse de rosca en su construcción de un universo personal. A hacerlo excesivamente fantasioso e increible, pasando el límite. Sin embargo no ha sido así. Por el contrario, este ejercito furioso sobre cuyo título luego volveré, guarda un equilibrio perfecto y supone un paso más en esa construcción.
No sé como se traducirá el título del libro al castellano. Pero una posible traducción no literal podría ser "La santa compaña", puesto que "L'armée furieuse" hace referencia a una tradición semejante, de procesión de aparecidos, solo que en una variante más agresiva y cazadora. El título italiano, por ejemplo, es "La cavalcata dei morti". Es sobre este elemento central sobre el que Fred Vargas vuelve a construir una novela perfecta, jugando de nuevo al borde de la fantasía, al borde del libro de cuentos o de la novela mágica, y sin embargo, dándole ese toque creíble que hace la mezcla tan atractiva. Al fin y al cabo, podríamos decir al revés, que se trata de una novela tremendamente realista pero con un toque onírico o fantástico que la hace especialmente interesante.
Ya solo el primer capítulo es magistral. La resolución del primer asesinato por el comisario a partir de las miguitas de pan es perfecta, tanto por esa primera muestra de galería de personajes como por la introducción a la metodología de Adamsberg, el apaleador de nubes. Como en los cuentos, las miguitas de pan nos muestran el camino y nos llevan a descubrir al ogro.
"Il y avait des petites miettes de pain qui couraient depuis la cuisine à la chambre, jusque sur les draps propres où reposait la vieille femme, morte et bouche ouverte. Le commissaire Adamsberg les considérait en silence, allant et venant d’un pas lent le long des débris, se demandant quel petit Poucet, ou quel Ogre en l’occurrence, les avait perdues là."
A partir de ahí, la novela dará un salto a los campos y bosques de Normandía donde transcurre la trama principal, la investigación de unos asesinatos vinculados a la aparición del ejército furioso en una pequeña población. Junto a esa historia coexisten otros hilos paralelos en los que con maestría, se combinan la investigación del asesinato de un rico empresario en París con la busqueda de un cruel torturador de palomas. Y en el centro de la novela y por encima de todo, la galería de geniales personajes de la autora, tanto los conocidos (Adamsberg, Danglard, Veyrenc, Zerk,...) como los nuevos, entre los que destaca la familia Vendermot.
Como he leído en algún blog francés, lo único malo que tiene el libro para los que hemos leído toda la obra de la autora, es que ahora no nos queda mas remedio que esperar al próximo y la última vez han sido casi tres años. Al menos a mi me queda la esperanza de que salga pronto en castellano y tener una excusa para releerlo.
"- Cette nuit-là, dit-elle lentement, Lina a vu passer l'Armée furieuse. Et Herbier y était. Et il criait. Et trois autres aussi.
- C'est une association ?
- L'Armée furieuse, dit-elle à nouveau tout bas. La Grande Chasse. Vous ne connaissez pas ?
- Non, dit Adamsberg en soutenant son regard stupéfait.
- Mais vous ne connaissez même pas son nom ? La Mesnie Hellequin ? chuchota-t-elle.
- Je suis désolé, répéta Adamsberg. Veyrenc, l'armée furieuse, vous connaissez cette bande ? La fille de Mme Vendermot a vu le disparu avec elle.
- Et d'autres, insista la femme.
Un air de surprise intense passa sur le visage du lieutenant Veyrenc. Comme un homme à qui on apporte un cadeau très inattendu.
- Votre fille l'a vraiment vue ? demanda-t-il. Où cela ?
- Là où elle passe chez nous. Sur le chemin de Bonneval. Elle a toujours passé là.
(..)
Veyrenc retint discrètement le commissaire.
- Jean-Baptiste, demanda-t-il, vraiment tu n'as jamais entendu parler de ça ?
Adamsberg secoua la tête.
- Eh bien, questionne Danglard, insista-t-il.
- Pourquoi ?
- Parce que, pour ce que j'en sais, c'est l'annonce d'une secousse. Peut-être d'une sacrée secousse. "