lunes, 31 de octubre de 2011

"Post Mortem", de Patricia Cornwell


Leí a principios de Septiembre que el Premio Internacional de Novela Negra RBA de este año se le había adjudicado a Patricia Cornwell. La noticia me pareció un poco chocante, ya que se supone que se presentaba la novela de forma anónima, pero poco anonimato cabe en una novela protagonizada por la doctora Scarpetta.

Navegando un poco en la red me encontré con una corriente generalizada bastante crítica con la autora y con la evolución de sus novelas. Mis recuerdos, sin embargo, no eran tan negativos, así que decidí releer por curiosidad el primer libro de la serie, este "Post Mortem" publicado en 1990, para volver a hacerme opinión propia.

Mi impresión, al menos sobre este libro, no ha sido tan negativa. En primer lugar, creo que la autora tiene el mérito de abrir un campo, el de los investigadores forenses, que tan fructífero ha resultado después. Aunque sólo haya servido para permitir años después la aparición de un personaje como el genial Grissom (CSI Las Vegas), ya valdría la pena. Pero en segundo lugar, la propia novela no está mal. Tiene su ritmo y su tensión y está bien resuelta. Y tiene su gracia ver las primeras apariciones de técnicas, como el ADN, que hoy forman parte de la cultura general.

Es posible que la evolución del personaje no convenza y que las historias sean muy repetitivas en su planteamiento y desenlace, como recogen algunas críticas. Pero esta primera entrega no estaba nada mal.


PD: Tenía programada esta reseña para más adelante, pero me acabo de dar cuenta que junto a Frankestein forma un conjunto muy apropiado para esta noche de Halloween.

domingo, 30 de octubre de 2011

"Frankestein", de Mary Shelley



Igual que no había leído "Drácula" tampoco había leído el "Frankestein" de Mary Shelley. Otro descubrimiento. Nada que ver con la (magnífica) película de James Whale de 1931, que creó la imagen del monstruo que todos llevamos en la cabeza, la imagen de Boris Karloff. No he visto completa la versión de Branagh de 1994, con Robert de Niro, que entiendo que se acerca bastante más a la historia original.

En cualquier caso, vale la pena leer el libro. Publicado por primera vez en 1818, resulta mucho más moderno de lo que cabría esperar. Una lectura actual creo que lleva la mirada más que a la parte científica (la fascinación por la electricidad y el origen de la vida) , a la problemática del otro, del diferente y marginado. Magistral.




domingo, 23 de octubre de 2011

"Todo empezó en esta tierra", de Leonard Cohen


Este es el discurso que improvisó Leonard Cohen en los Premios Príncipe de Asturias. Vale la pena leerlo o mejor aún, escucharlo en su voz:

http://www.rtve.es/alacarta/videos/programa/discurso-leonard-cohen/1230112/

"Es un honor estar aquí esta noche, aunque quizá, como el gran maestro Riccardo Muti, no estoy acostumbrado a estar ante un público sin una orquesta detrás. Haré lo que pueda como solista. Anoche no logré dormir, pasé la noche en vela pensando en qué podía decir hoy aquí. Después de comerme todas las chocolatinas y cacahuetes del minibar garabateé unas pocas palabras pero dudo que haga falta referirse a ellas. Obviamente, estoy muy emocionado por el reconocimiento de la fundación. Pero he venido esta noche a expresar otro tipo de gratitud que espero poder contar en tres o cuatro minutos.

Cuando estaba haciendo el equipaje en Los Ángeles me sentía inquieto porque siempre he tenido cierta ambigüedad sobre la poesía. Viene de un lugar que nadie controla, que nadie conquista. Es decir, si supiera de dónde vienen las canciones las haría con más frecuencia. Es difícil aceptar un premio por una actividad que en realidad no controlo. Haciendo el equipaje para venir, cogí mi guitarra Conde, hecha en España hace 40 años más o menos. La saqué de la caja y parecía hecha de helio, muy ligera. Me la puse en la cara y la olí, está muy bien diseñada, la fragancia de la madera viva. Sabemos que la madera nunca acaba de morir y por eso olía el cedro, tan fresco, como si fuera el primer día, cuando compré la guitarra hace 40 años. Y una voz parecía decirme: "Eres un hombre viejo y no has dado las gracias, no has devuelto tu gratitud a quien la merece: el suelo, la tierra, al pueblo que te ha dado tanto. Porque igual que un hombre no es un DNI, una calificación de deuda tampoco es un país.

Ustedes saben de mi fuerte asociación con Federico García Lorca y puedo decir que mientras era joven y adolescente no encontré una voz y solo cuando leí a Lorca, en una traducción, encontré una voz que me dio permiso para descubrir mi propia voz, para ubicar mi yo, un yo que aún no está terminado.

Al hacerme mayor supe que las instrucciones venían con esa voz. ¿Y qué instrucciones eran esas? Nunca lamentar. Y si queremos expresar la derrota que nos ataca a todos tiene que ser en los confines estrictos de la dignidad y de la belleza. Así que ya tenía una voz, pero no tenía el instrumento para expresarla. No tenía una canción. Y ahora voy a contarles brevemente la historia de cómo conseguí mi canción.

Yo era un guitarrista indiferente. Solo me sabía unos cuantos acordes. Me sentaba con mis amigos, bebía y cantaba, pero nunca me vi como un músico o un cantante. Un día, a principios de los años sesenta, estaba de visita en casa de mi madre. Su casa estaba cerca de un parque con una pista de tenis donde íbamos a ver jugar al baloncesto. Era un lugar que conocía de mi infancia. Me paseé por allí y encontré a un joven tocando una guitarra flamenca. Me encantó, estaba rodeado de algunas chicas y me senté a escucharlo, me cautivaba, yo quería tocar así, aunque sabía que nunca lo lograría.

Me acerqué a él y nos entendimos medio en francés medio en inglés y pactamos unas clases en casa de mi madre. Era un joven español. Al día siguiente se presentó. Me dijo: "Déjame escucharte tocar algo". Lo hice y declaró que no tenía ni idea. Él cogió la guitarra, la afinó, me la devolvió y dijo: "No suena mal. Ahora tócala de nuevo". No cambió mucho. La cogió otra vez y me dijo: "Te voy a enseñar unos acordes". Tocó una secuencia rápida de acordes y luego me explicó dónde tenía que poner los dedos y me dijo otra vez: "Ahora toca". Pero fue un desastre.

Al día siguiente, empezamos de nuevo con esos seis acordes. Muchas canciones flamencas se basan en ellos. Al tercer día la cosa mejoró. Aprendí los seis acordes. Al día siguiente el guitarrista no volvió por casa. Dejó de venir. Como yo tenía el número de la pensión donde se alojaba fui a buscarlo para ver que le había pasado. Allí me contaron que aquel español se había suicidado, que se había quitado la vida. Yo no sabía nada de él, de qué parte de España era, por qué estaba en Montreal, por qué estaba en la pista de tenis, por qué se había quitado la vida.

Sentí una enorme tristeza. Nunca antes había contado esto en público. Esos seis acordes, esa pauta de sonido, ha sido la base de todas mis canciones y de toda mi música y quizá ahora puedan comenzar a entender la magnitud del agradecimiento que tengo a este país. Todo lo que han encontrado favorable en mi obra viene de esta historia que les acabo de contar. Toda mi obra está inspirada por esta tierra. Así que gracias por celebrarla porque es suya, solo me han permitido poner mi firma al final de la última página."




domingo, 16 de octubre de 2011

"El tiempo mientras tanto", de Carmen Amoraga


Creo que ayer se falló el Premio Planeta de este año. Javier Moro e Inmaculada Chacón. En general no es un premio que me atraiga demasiado, incluso me previene un poco en contra. Por ejemplo, de momento aún no me he decidido a leer la "Riña de gatos" de Eduardo Mendoza que ganó el año pasado. Sin embargo, el libro de Carmen es otra cosa. De lo menos comercial que puede pensarse, me apetecía leer esta historia triste y dura que la escritora valenciana narra de una forma intensa y apasionada.

"Son muchas las mujeres que esperan vivir una vida de novela: la que se casa aunque sueña con reencontrarse con el amor de su vida al doblar la esquina; la niña que crece esperando que su vecino se fije en ella, y la convencida de que su conquista cruzará un océano para buscarla.

Ésta es la novela de María José, que sufre un accidente justo cuando ha recuperado el control de su vida. Y la novela de su madre, tan parecidas sin quererlo. Y también la de Marga, su amiga, que sueña por las dos. Y la de Fermín, Paco y Joaquín. Es la historia de todas esas personas, unidos por lazos de amistad, de amor o de familia, y que a pesar de ello se convierten en desconocidos. Sólo una mirada desde la distancia los ayuda a recomponer su propio mapa vital."


No defrauda. Es una historia emocionante, de fuertes sentimientos, que no deja indiferente. Y se lee sin pausas, atrapa, lo que dice mucho de su autora.

Os dejo un enlace al blog de Carmina, De tinta en vena, que hace una reseña apasionada de la novela:

http://detintaenvena.blogspot.com/2011/04/el-tiempo-mientras-tanto-carmen-amoraga.html



sábado, 8 de octubre de 2011

"Juego de tronos", de George R.R. Martin


Hacía tiempo que no leía literatura fantástica. En su tiempo, al calor de la maravillosa obra de Tolkien y salvando todas las distancias, leí algunas series. Recuerdo con cariño las novelas de la Dragonlance, de Margaret Weis y Tracy Hickman. Y por encima de todas, la saga de Terramar de mi admirada Ursula K. Le Guin, una autora que no ha tenido todo el reconocimiento que merece y que nos ha dejado obras tan excepcionales como "La mano izquierda de la oscuridad" o "El nombre del mundo es bosque".  Pero últimamente me resistía a volver al género. Igual que a la ciencia-ficción, otra pasión dormida ante la falta de títulos o autores suficientemente atractivos.

Así que leí este verano "Juego de tronos" por recomendación de mi hijo Javier con una cierta prevención, prevención que se cayó de forma inmediata. Entiendo el éxito de la novela, porque realmente el mundo que construye George R.R.Martin atrapa a las pocas páginas. Sólo la invención del Muro de Hielo es ya es una muestra de la poderosa fantasía del autor. A partir de ahí , la historia de las distintas sagas, en un mundo medieval de señores y guerreros, tiene una fuerza brutal. Construida desde los puntos de vista de los distintos personajes, y con un sentido de la escritura casi cinematográfico, arrastra como un torrente de forma que las casi 800 páginas de la novela caen a toda velocidad e invitan a seguir leyendo.



"Tras el largo verano, el invierno se acerca a los Siete Reinos. Lord Eddars Stark, señor de Invernalia, deja sus dominios para unirse a la corte del rey Robert Baratheon el Usurpador, hombre díscolo y otrora guerrero audaz cuyas mayores aficiones son comer, beber y engendrar bastardos. Eddard Stark desempeñará el cargo de Mano del Rey e intentará desentrañar una maraña de intrigas que pondrá en peligro su vida... y la de los suyos. En un mundo cuyas estaciones duran décadas y en el que retazos de una magia inmemorial y olvidada surgen en los rincones más sombrios y maravillosos, la traición y la lealtad, la compasión y la sed de venganza, el amor y el poder hacen del juego de tronos una poderosa trampa que atrapa en sus fauces a los personajes... y al lector."




He visto algún capítulo de la serie de televisión después de acabar el libro, y lo mejor que se puede decir es que está francamente bien adaptada, tanto en escenarios como en el ritmo de la narración y en la selección de actores. Javier me decía que prefería no ver la serie para no limitar su imaginación y posiblemente tiene razón. Por ejemplo, yo ya no puedo separar mi visión de Lord Stark, señor de Invernalia, de la imagen de Sean Bean, que realiza una recreación perfecta.

En resumen, a mi me ha parecido una buena novela. Puedo anotar como curiosidad que me sorprenden tal vez algunos excesos de sexo y violencia explícitos, que puede que me resulten mas chocantes a mi que a otras generaciones porque mis referencias del género corresponden a lecturas más juveniles. Pero la novela es espléndida. Se nota siempre la presencia de un buen narrador, con claro sentido del ritmo y de la tensión, y el desarrollo de un universo que se va completando progresivamente encajando poco a poco las distintas piezas, aunque al final de este primer libro todo quede completamente abierto. Habrá que seguir leyendo.



 
Links:


Y a la página del autor: http://www.georgerrmartin.com/

martes, 4 de octubre de 2011

"La biblioteca de los muertos", de Glenn Cooper



Un best-seller típico. Una historia bien planteada al menos inicialmente. Un desarrollo correcto en términos de acción. Una magnífica promoción. Y al final, una novela que podría ser más redonda. Entretenida, con una idea inicial que da mucho juego, original. Pero deja tantas incógnitas abiertas que uno se acaba acordando de la moda "Perdidos" y cosas así. ¿Cerrará la historia en la segunda parte o acabará alargándola indefinidamente sin saber que hacer con ella?. Porque en el fondo, lo único que resuelve la novela es una trama lateral al planteamiento central.


"Bretaña, año 777. En la abadía de Vectis crece Octavus, un niño sobre el que pesa una maldición: es el séptimo hijo engendrado por un séptimo hijo y la leyenda le vaticina poderes diabólicos. Octavus comienza a escribir una lista con fechas y nombres sin sentido. Cuando uno de los nombres y su fecha coinciden con una muerte en la abadía, el miedo se apodera de los monjes. Siglos después, los miembros de la Orden de los Nombres, descendientes todos de aquel niño, siguen escribiendo sin descanso para completar un misterioso listado de nombres y fechas...

Estados Unidos, en la actualidad. Nueve personas han aparecido muertas en Nueva York, desconocidos que nada tenían en común. Solo una cosa les unía: todas las víctimas recibieron postales de ataúdes, que anunciaban el día en que morirían, poco antes de su fallecimiento. Son las aparentes víctimas de un asesino en serie difícil de atrapar, cuyas muertes desafían toda lógica."


Me reitero. Una novela entretenida, que invita a leer su continuación recién publicada, "El libro de las almas", pero que no creo que acabe dejando gran huella.


Link: A la página oficial del autor:  http://glenncooperbooks.com/content/index.asp



Edición inglesa



Edición americana

domingo, 2 de octubre de 2011

"L'armée furieuse", de Fred Vargas


He vuelto a Fred Vargas. Debo decir que al principio con un poco de miedo, ya que la novela anterior, "Un lieu incertain", aún gustándome mucho, me pareció que empezaba a dar una vuelta de tuerca que podía llevar a la autora a pasarse de rosca en su construcción de un universo personal. A hacerlo excesivamente fantasioso e increible, pasando el límite. Sin embargo no ha sido así. Por el contrario, este ejercito furioso sobre cuyo título luego volveré, guarda un equilibrio perfecto y supone un paso más en esa construcción. 

No sé como se traducirá el título del libro al castellano. Pero una posible traducción no literal podría ser "La santa compaña", puesto que "L'armée furieuse" hace referencia a una tradición semejante, de procesión de aparecidos, solo que en una variante más agresiva y cazadora. El título italiano, por ejemplo, es "La cavalcata dei morti". Es sobre este elemento central sobre el que Fred Vargas vuelve a construir una novela perfecta, jugando de nuevo al borde de la fantasía, al borde del libro de cuentos o de la novela mágica, y sin embargo, dándole ese toque creíble que hace la mezcla tan atractiva. Al fin y al cabo, podríamos decir al revés, que se trata de una novela tremendamente realista pero con un toque onírico o fantástico que la hace especialmente interesante.

Ya solo el primer capítulo es magistral. La resolución del primer asesinato por el comisario a partir de las miguitas de pan es perfecta, tanto por esa primera muestra de galería de personajes como por la introducción a la metodología de Adamsberg, el apaleador de nubes. Como en los cuentos, las miguitas de pan nos muestran el camino y nos llevan a descubrir al ogro.

"Il y avait des petites miettes de pain qui couraient depuis la cuisine à la chambre, jusque sur les draps propres où reposait la vieille femme, morte et bouche ouverte. Le commissaire Adamsberg les considérait en silence, allant et venant d’un pas lent le long des débris, se demandant quel petit Poucet, ou quel Ogre en l’occurrence, les avait perdues là."

A partir de ahí, la novela dará un salto a los campos y bosques de Normandía donde transcurre la trama principal, la investigación de unos asesinatos vinculados a la aparición del ejército furioso en una pequeña población. Junto a esa historia coexisten otros hilos paralelos en los que con maestría, se combinan la investigación del asesinato de un rico empresario en París con la busqueda de un cruel torturador de palomas. Y en el centro de la novela y por encima de todo, la galería de geniales personajes de la autora, tanto los conocidos (Adamsberg, Danglard, Veyrenc, Zerk,...) como los nuevos, entre los que destaca la familia Vendermot.

Como he leído en algún blog francés, lo único malo que tiene el libro para los que hemos leído toda la obra de la autora, es que ahora no nos queda mas remedio que esperar al próximo y la última vez han sido casi tres años. Al menos a mi me queda la esperanza de que salga pronto en castellano y tener una excusa para releerlo.

"- Cette nuit-là, dit-elle lentement, Lina a vu passer l'Armée furieuse. Et Herbier y était. Et il criait. Et trois autres aussi.
- C'est une association ?
- L'Armée furieuse, dit-elle à nouveau tout bas. La Grande Chasse. Vous ne connaissez pas ?
- Non, dit Adamsberg en soutenant son regard stupéfait.
- Mais vous ne connaissez même pas son nom ? La Mesnie Hellequin ? chuchota-t-elle.
- Je suis désolé, répéta Adamsberg. Veyrenc, l'armée furieuse, vous connaissez cette bande ? La fille de Mme Vendermot a vu le disparu avec elle.
- Et d'autres, insista la femme.
Un air de surprise intense passa sur le visage du lieutenant Veyrenc. Comme un homme à qui on apporte un cadeau très inattendu.
- Votre fille l'a vraiment vue ? demanda-t-il. Où cela ?
- Là où elle passe chez nous. Sur le chemin de Bonneval. Elle a toujours passé là.
(..)

Veyrenc retint discrètement le commissaire.
- Jean-Baptiste, demanda-t-il, vraiment tu n'as jamais entendu parler de ça ?
Adamsberg secoua la tête.
- Eh bien, questionne Danglard, insista-t-il.
- Pourquoi ?
- Parce que, pour ce que j'en sais, c'est l'annonce d'une secousse. Peut-être d'une sacrée secousse. "