Sigo leyendo a Agatha Christie. "El asesinato de Roger Ackroyd" (1926), es ya una obra de madurez. Reaparece el inefable Poirot, con un argumento clásico:
"En una pequeña y sosegada ciudad británica, King's Abbott, una dama asesina a su marido y es víctima de extorsión hasta que ella, sin poder aguantar más, se suicida. El hombre a quien ella amaba, Roger Ackroyd, recibe una carta donde le revela el nombre de el extorsionador, quien le llevó a tal fatídico desenlace. Pero antes incluso de conocer la identidad del personaje, Roger Ackroyd es asesinado. Poirot,recién retirado a King's Abbott, es llamado para tratar de resolver el oscuro caso."
Lo mejor, el punto de vista con el que está escrito, en primera persona. Y la vuelta de tuerca final es perfecta.
El mayor misterio, la edad real de Poirot, dado que en 1926 ya está retirado y seguirá investigando hasta ¿1975?.
Está muy bien este "Manuscrito de piedra". Supongo que por casualidad ví en las librerías estas Navidades la segunda parte , "El manuscrito de nieve" y me llamó la atención. Nunca tendré claro que es lo que te atrae de un libro nuevo de un autor que no conoces. Un buen título o una buena portada. Una editorial o una colección que te da cierta garantía de que no te vas a encontrar con otra "novela histórica" más. Una buena sinopsis que te hace atractiva la historia. O la suma de todos los factores. El caso es que descubrí que antes de ese manuscrito en la nieve el autor había publicado otro manuscrito, esta vez tallado en la piedra y decidí empezar por el principio.
Luis García Jambrina (Zamora,1960) es doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca y profesor titular de la misma. Y todo eso se nota en la novela, en la que Salamanca es la auténtica protagonista, aunque los personajes también tienen su curiosidad:
"A finales del siglo XV, en la convulsa España de los Reyes Católicos y en medio de la persecución a los conversos, el futuro autor de La Celestina, Fernando de Rojas, converso y estudiante de Leyes en la Universidad de Salamanca, se ve obligado a investigar el asesinato de un catedrático de Teología. De Rojas usa su mente deductiva para descifrar enigmas y desenmascarar al asesino, quien pronto se cobra otra víctima: el príncipe don Juan."
Es decir, una novela negra situada en la Salamanca del siglo XV, en la que un joven Fernando de Rojas hace de detective, y en la que acabarán teniendo su papel otros personajes históricos, incluida, sí, claro, como no, Celestina. Una novela excelente, muy entretenida y perfectamente documentada. Imposible no encontrar en algunos momentos ecos de "El nombre de la rosa". Tal vez en algún momento un poco fantasiosa pero a mí me parece que se le puede perdonar ya que el balance es muy positivo.
Ahora ya no tengo excusas para leer el segundo título. Y más en este tiempo de nieve.
Como es tradicional el pasado 6 de Enero, en la noche del día de Reyes, se concedió el Premio Nadal de 2011. Este año le ha correspondido a la escritora Alicia Jiménez Barttlett de quien tengo pendiente toda su saga de Petra Delicado y de la que me han hablado francamente bien. La novela, titulada “Donde nadie te encuentre”, narra la historia real de una maquis, en la línea de aproximación a la historia de la guerra civil que por ejemplo está también iniciando Almudena Grandes en su último libro. (A veces tengo la sensación de que estamos demasiado obsesionados con la guerra civil y que no hay escritor que no quiera dejar su punto de vista o su libro sobre ese episodio.)
Cuento lo del Nadal porque, aunque con un año de retraso, he leído la novela que ganó la edición anterior, “Lo que esconde tu nombre”, de Clara Sánchez. Es una novela que me llamó la atención desde el principio, porque el tema me resultaba tremendamente atractivo. Copio el resumen de la presentación oficial:
“Sandra ha decidido retirarse a un pueblo de la costa levantina: ha dejado el trabajo y, embarazada, pasa los días intentando aplazar la decisión de qué hacer con su vida. En la playa conoce a un matrimonio de octogenarios noruegos que parecen la solución a los problemas de Sandra.
Julián, un anciano que acaba de llegar de Argentina, superviviente del campo de exterminio de Mauthausen, sigue paso a paso las idas y venidas de los noruegos. Un día Julián aborda a Sandra y le revela detalles de un pasado que a Sandra sólo le suenan por alguna película o algún documental: horrores en blanco y negro que no tienen nada que ver con ella. Aunque el relato de Julián le parece a Sandra descabellado, empezará a mirar de una forma nueva a los amigos, las palabras y los silencios de la pareja de ancianos, sin darse cuenta de que el fin de su inocencia está poniendo su vida en peligro.”
Mi interés era doble. Por un lado, siempre se ha hablado de la presencia de antiguos nazis en la costa española y una novela que abordara el tema resultaba muy interesante. Por otro, hace algo más de un año, tuve la oportunidad de visitar con mi mujer y mis hijos, el campo de Mauthausen y fue una de las experiencias más duras e impresionantes que he vivido. En pocos sitios como estos se percibe de una forma tan clara, tan evidente, tan cercana, la presencia del mal en estado puro.
La novela me ha producido una sensación agridulce. Por un lado, la trama mantiene el interés todo el tiempo y se sigue la lectura con rapidez, con el interés de ver como avanzan los acontecimientos y cual será el final. En ese sentido, la autora maneja bien el suspense y la tensión. Sin embargo, en otros momentos la trama parece bastante increíble, inverosímil, y eso le hace perder fuerza. Creo que se le podría haber sacado más partido al tema. Además, la propia escritura resulta a veces repetitiva y perjudica al ritmo de la historia.
En cualquier caso, merece la pena leerla. El esfuerzo de la autora por abordar una temática poco abordada en España es importante y los resultados, pese a que pudieran ser mejorables, son francamente buenos. Insisto en que me si me ha defraudado un poco, tal vez es porque esperaba mucho, más de lo habitual.
A lo mejor una de las causas es precisamente lo difícil del tema. Ayer, en el Babelia se publicaba un fragmento de los diarios de Ricardo Piglia. En una de las entradas, el escritor argentino hacía referencia precisamente a la dificultad de escribir sobre los campos de exterminio y reproducía un cita de Bertolt Brecht:
"Los acontecimientos en Auschwitz, en el ghetto de Varsovia y en Buchenwald no admiten indudablemente descripción alguna en forma literaria. En efecto, la literatura no está preparada para semejantes acontecimientos, no ha desarrollado medio alguno para ellos".
Brecht escribía en 1948. Desde entonces muchos autores se han acercado al tema con mayor o menor fortuna. Por ejemplo, si no habéis leído a Jorge Semprún os lo recomiendo sinceramente, en particular “La escritura y la vida”.
Pero el tema siempre es difícil. Precisamente por eso creo que vale la pena recomendar esta novela, pese a que aún podría haber sido mejor.
Links:
A una entrevista con la autora, donde manifiesta haber recibido incluso amenazas después de la publicación del libro:
“En el Big Ship de Butte oí por primera vez a un minero pelirrojo de nombre Hickey Dewey que llamaba Poisonville a la ciudad de Personville. Tenia la costumbre de convertir las erres en diptongos, así que me importó poco su manera de nombrar la ciudad. Luego volví a oír el mismo nombre de boca de hombres capaces de pronunciar bien las erres. Lo tomé como una muestra más del humor vulgar que anima los retruécanos propios de la jerga de los bajos fondos. Unos años después fui a Personville y comprendí el exacto significado de esta palabra.”
Así empieza “Cosecha roja”. Hoy hace 50 años del fallecimiento de Samuel Dashiell Hammett (27 de mayo de 1894 – 10 de enero de 1961), quien es sin duda el padre de la novela negra moderna y el mejor homenaje posible es leerlo o releerlo. No ha perdido ni una gota de frescura o de actualidad. Sólo dos muestras:
“Elihu Willsson el Viejo, padre del fallecido esa noche, había sido, a lo largo de cuarenta años, el corazón, el alma, la piel y el intestino de Personville. Era el presidente y principal accionista de la Personville Mining Corporation y del First National Bank, propietario de los dos diarios de la ciudad, el Morning Herald y el Evening Herald, y copropietario de casi todas las empresas de alguna importancia. Además tenia comprados a un senador de los Estados Unidos, dos diputados, al gobernador, al alcalde y casi todos los diputados del estado. Elihu Willsson era Personville y gran parte del estado.”
“Estuve casi toda la semana en Ogden corrigiendo mis informes para que al leerlos no se notara la cantidad de normas de la Agencia, leyes del estado y huesos humanos que había roto.”
Una de piratas. Es decir, una de aventuras. Siempre son divertidas.
Sólo que a lo mejor se hubiera podido esperar más de Crichton. Al parecer, tras su fallecimiento inesperado, encontraron en su ordenador el borrador de una novela en curso. Y alguién la terminó. Demasiado llena de tópicos, incluyendo españoles vagos y malos marinos. Nula como novela histórica aunque entretenida. "Piratas del Caribe" en letra impresa.
Mejor nos quedamos con Jack Sparrow.
O mejor aún con Serrat. Todos los piratas tienen ............
Segundo título de la saga Montalbano. Buenísimo. Mejor aún que "La forma del agua". ¿Cómo no había descubierto antes la serie?.
Camilleri es un maestro mezclando tramas. Cuando parece que la novela va a ir sobre la detención pactada de un mafioso y sobre un robo atípico, la historia da un giro sorprendente y asistimos a la investigación apasionada sobre un crimen ocurrido en la Segunda Guerra Mundial, el hallazgo de los cuerpos de dos jóvenes en una cueva enterrados simbólicamente con un perro de terracota. De esos libros que se leen de un tirón. Una delicia absoluta.